Paradoja comunista

Con la caída del muro de Berlín en 1989 y luego el colapso de los regímenes comunistas de Europa, se creía que el futuro político de todos los países socialistas estaba destinado a un fracaso similar. Han transcurrido más de 20 años, China constituye un modelo y una paradoja difícil de explicar.

La URSS fracasó y se disolvió en 1992, no fue capaz de transformar la realidad económica de los países que conformaban esa unión. China Popular, a pesar de haberse iniciado tres décadas después, manteniendo el régimen político de su país, sí ha logrado transformar su economía y despuntar hoy como el nuevo milagro económico de Asia. Fueron capaces de adoptar reformas que les permitieron crecer y girar a tiempo hacia una economía de libre mercado, basada en un modelo exportador.

China es la segunda mayor economía del mundo, habiendo desplazado a Japón. Han crecido a un promedio anual del 10% en los últimos treinta años. Su PIB es de $5 800 billones, su PIB per cápita de $4 300.. Exportan el 26% de su producto total, mantienen reservas monetarias superiores a $2 600 billones. Han sido capaces de contribuir con el 21.2% del crecimiento mundial en el último quinquenio, casi el doble de los Estados Unidos o la Unión Europea que no superan individualmente la mitad del mismo indicador.

Han logrado grandes avances en la reducción de la pobreza, el desempleo y control de la inflación. Tras la muerte de Mao Tse-Tung en 1976, se aceleraron las reformas aunque manteniendo la retórica comunista. El sistema de comunas fue desmantelado progresivamente y los campesinos empezaron a tener más libertad para producir y vender su producción. La histórica visita de Nixon en 1972 y la apertura al exterior fue otro hecho transcendental.

En 1992, Deng Xiaoping dio el respaldo definitivo a las reformas económicas, con su visita a las zonas de mayor crecimiento económico, las del delta del Río Cantón y Shangai. Tras la confirmación de la orientación reformista, de apertura de los mercados chinos al exterior, la economía alcanzó tasas de crecimiento económico sin precedentes. “No importa el color del gato, sino que cace ratones” su famosa frase, que recorrió el mundo y explicaba los cambios de esa época.

Las reformas para fomentar la inversión extranjera, la creación de zonas económicas especiales en la zona costera, permitieron el desarrollo industrial proveyendo el Estado grandes inversiones en infraestructura, servicios públicos y centros habitacionales para trabajadores. Se convirtió a China en la mayor potencia manufacturera del mundo, sobre todo en el sector de la producción de electrodomésticos y textiles debido al bajo coste de la mano de obra.

Los 1 300 millones de chinos tienen hoy una expectativa de vida de 74 años, aunque hay regiones como Beijing con un promedio mucho mayor. Evitar se exagere la desigualdad económica, mejor equilibrio poblacional, generalizar el sistema de salud, mayor libertad de información y elecciones más directas, son metas todavía pendientes por lograr.