Guayaquil por la Patria

Cuando las circunstancias del olvido del Gobierno Central hacia el territorio de la Provincia del Guayas y fundamentalmente hacia el principal puerto del país, Guayaquil, nació esa garra guayaquileña, esa madera de guerrero, que sin esperar mas las dadivas del Gobierno Central, busco el camino de la superación a través de su propio esfuerzo,  bajo la iniciativa y mentalidad de los Guayaquileños, a quienes se unieron luego muchos otros Guayaquileños de corazón.

Bajo estas circunstancias se produjeron hechos trascendentales como la creación del Comité de Vialidad, La Autoridad Portuaria, La Junta Cantonal de Agua Potable, La Comisión de Transito, La Junta de Beneficencia, entre otras instituciones creadas con el único propósito de servir a su ciudad, sin antagonismos ni reservas de ninguna clase, es esa la razón por las que muchas de ellas se denominaron Provinciales y sus directorios se integraron con los Guayaquileños que tuvieron la decisión y capacidad para hacerlo, pues fueron instituciones que nacieron por el amor y respeto a Guayaquil. Así nació igualmente La Junta Cívica en defensa de los intereses de la ciudad, en plena vigencia de una dictadura militar. Instituciones Guayaquileñas de pura CEPA a las que hoy el Sr. Presidente se ha dedicado a atacar y desmerecer su representación en las instituciones que los Guayaquileños crearon para servirse mejor y hacer de Guayaquil, cada día MAS CIUDAD, que merezca denominarse La Perla del Pacifico.

Hoy cuando los cambios se han producido, cuando el Barrio de las Peñas ya no es la vergüenza de antes, cuando el inmundo Mercado del Sur se ha convertido en el Palacio de Cristal, cuando el Cerro Santa Ana se ha convertido en el mas bello mirador de la ciudad, cuando la Playita se ha transformado en un bello Balneario Popular, cuando el sur-oeste de la ciudad cuenta con el mas grande y hermoso Parque de Recreación Popular. Cuando la ciudad cuenta con el mas bello y eficiente Aeropuerto del país y de América del Sur, cuando la ciudad de Guayaquil se ha convertido en el primer centro turístico del país, por la belleza de su reforma urbana, de sus malecones, Simón Bolívar, que lo baña el caudaloso Guayas y el que bordea el mas grande espejo de agua que rodea la ciudad, el estero salado, se critica a sus realizadores, se critica al partido político que en su momento tubo el valor y el coraje  de rescatar la ciudad de otro partido político, hoy aliado del Gobierno, que sumió en la inmoralidad y en la basura política a la ciudad.

Porque tanto ataque a la más pujante ciudad del país, acaso porque nunca se doblego ni a los más  duros golpes del destino, o porque se quiere medir su capacidad de lucha, de trabajo o su fuerza política, cualquiera que sea su intención, hace daño. MUCHO DAÑO.

Se comenzó recortando el territorio de la Provincia del Guayas, como si esa fuera la causa para lograr el efecto, con ello lo único que se ha logrado en el presente, es la desunión entre Guayacos y a futuro, el aumento de la burocracia y con ella el aumento de la corrupción Peninsular. Se saco a dos entidades Guayaquileñas del Directorio de la Comisión de Transito, para tener vía libre en el análisis populista, no técnico, de la circulación vehicular por el puente de la ex – unidad nacional. Atropellando el derecho que tiene el Municipio de regular la densidad y capacidad del transito en la ciudad.

Ahora el ataque es contra el Aeropuerto, para disimular se involucra al Aeropuerto de Quito, paralelamente será luego el Centro de Convenciones Simón Bolívar y terminaran pretendiendo administrar el flamante Terminal Terrestre, otra obra magistral que llenara de orgullo a todos los Ecuatorianos y por su puesto a todos los Guayaquileños de corazón, aunque no hayamos nacido en esta hermosa y libérrima ciudad.

Que pena que ese viejo y tan querido eslogan de GUAYAQUIL POR LA PATRIA, pueda o tenga que ser cambiado por GUAYAQUIL POR GUAYAQUIL, por la irracional lucha del poder central, que no comprende y no revisa la historia para comprender que Guayaquil ha surgido por la lucha y esfuerzo de los Guayaquileños, que sin egoísmo ni restricciones, abrió sus brazos a ecuatorianos y extranjeros, para crear una ciudad prospera en que todos hacen grandes esfuerzos por vivir, cada día mejor.