21 noviembre, 2024

Las fundaciones municipales y el por qué de su existencia

Guste o disguste a unos, en Guayaquil claramente debemos identificar dos épocas: antes de Febres Cordero y después de Febres Cordero. Lo demás que ha venido es otra era que goza del orden que se instauró en la ciudad donde antes todo era caos, suciedad y corrupción al aire libre. Solo el ímpetu empresarial, constructivo y confrontador de Febres Cordero podía desensamblar la vergüenza que era para los ciudadanos porteños un municipio que de autosuficiente no  tenía nada. La belleza patrimonial de su edificio era urinario para pipones y ediles, y adicionalmente sitio para la colusión perfecta y sabrosa entre aviesos que por allí pululaban ofreciendo servicios del “municipio paralelo” de esquina o vereda.

El verdadero espíritu emprendedor no sabe de obstáculos; los sortea. Y si no puede sortearlos, los enfrenta y reduce a simple nimiedad. Así funcionan los audaces que solo ven frente a ellos sus objetivos. Febres Cordero visionó una Guayaquil ordenada, limpia, que rescate su ornato como ciudad cuna de la nacionalidad ecuatoriana. Y esa visión hoy es legado. Para que ese plan sea concreto se valió de muchas estrategias y una de ellas fue la creación de mecanismos que le permitan saltar los obstáculos de la rígida y lenta contratación pública, para con agilidad ejecutar en equipo toda la descomunal obra pública que su ciudad necesitaba y sigue necesitando. Así nacen las fundaciones municipales en la historia política y administrativa de los gobiernos locales; métodos que solucionan atrasos en la ejecución de obra pública y servicio público.

Este fenómeno jurídico -como lo llaman a esta práctica solución estudiosos del Derecho- no es nuevo en Guayaquil. Ya países del primer mundo lo sufren o lo gozan como es el caso de España, por decir algo. “La huida del Derecho Administrativo al Derecho Privado” le dicen. Esto no significa más que operar obra o servicio público con los principios ágiles y dinámicos de la actividad privada. No es artería, no es desvergüenza, no es impudencia, no es sapada… Es un mecanismo de desarrollo, una herramienta que se hace moral o inmoral cuando las pretensiones protervas o no de quien la usa se extienden sobre el objeto, sobre la cosa. Y es allí donde lo derecho se tuerce cuando la justicia debe operar.

Guayaquil emplea este instrumento de diligente servicio público con notoria eficacia. Allí están los modernos y limpios malecones como centros de diversión y esparcimiento; allí están las terminales terrestres antes miasmas, ahora flamantes centros comerciales de paseantes y pasajeros. Allí está el aeropuerto J. J. Olmedo, sencillo sí, pero digna construcción para una ciudad como esta, y no la cueva con pista que era cuando la DAC lo administraba. Gracias a esta “huida” el registro civil dejó de ser guarida de tramitadores y perros vagabundos para ser sitio de renovada y digna atención. La obra ejecutada por estas fundaciones municipales y por el propio municipio está allí, nos sirve a propios y extraños y sus beneficios son evidentes. Pero en el gobierno del socialismo del s. XXI estas fundaciones no son más que parte de esa fuerza autónoma a la que hay que recentralizar.

En sus ya acostumbradas cadenas radiales sabatinas el presidente Rafael Correa Delgado disparó contra estas entidades. “En enero eliminaremos a todas esas fundaciones, porque ya basta de tanta fundación privada que utiliza recursos públicos.” dijo el joven presidente. A esto el alcalde Jaime Nebot contestó: “Aquí nadie quiere quedarse sin obras y servicios, suficiente ya. Que sepa que si en enero concreta el atropello contra Guayaquil, desde ya convoco a Guayaquil para reaccionar con todas sus fuerzas en enero.”

Aparentemente la suerte está echada. Con Asamblea de plenos poderes limitada a la voluntad del correísmo (el caso Dayuma así lo evidenció); con aplanadora de votos marcadamente estatista; con una Guayaquil que asustada y sin voceros cívicos busca en su solitario alcalde el representante y vocero de sus aspiraciones, el año 2008 arrancará muy movido. Y todo esto lo redacto sentado con mi computador portátil sobre una banca del Malecón 2000…

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  1. Su elocuencia refleja una fibra de guerrero que parece existir solo en una minoria en Guayaquil. Este mensaje debe difundirse mas alla de este foro para alentar a aquellos que temen las consecuencias pero se resignan a ser observadores detras de puertas cerradas. Como ya otros lo han expresado, callar es otorgar. Aquellos que no toman accion, no tienen derecho a quejarse mas adelante.
    Desde los EE.UU. apoyo un movimiento unido para la defensa de la gran obra que empezo con Febres Cordero y continua con el alcalde Jaime Nebot.

  2. Francisco… concuerdo contigo que las Fundaciones en Guayaquil son ejemplo gestión, servicio y calidad. Concuerdo también con que el Presidente Correa pareciera no tener otro interés que atacar la gestión de Nebot para seguir ganando espacios de poder. Si la crítica de Correa se basara en propuestas de administración gubernamental eficaz yo creo que sí tendría más sentido. Como tú bien recuerdas, las Fundaciones nacen por la ineficacia de las estructuras públicas. Si se crearan dichas estructuras que garanticen servicios de calidad para todos, sería correcto dejar de acudir a la creación de Fundaciones… pero esto en el Ecuador ideal, que parece que a Correa no le interesa…

  3. Los movimientos civicos de Guayaquil deben de estar preparandose para la defensa de la ciudad y de la Provincia del Guayas,pienso que este gobierno no va a dar marcha atras,con una asamblea de mayoria absoluta Correa tiene el camino abierto para imponer leyes centralistas que tanto danio le ha hecho al Ecuador desde su nacimiento.
    Los ecuatorianos no vamos a permitir que este gobierno atraza-patria regrese al Ecuador a tiempos tercer-mundistas.
    En Enero estaremos en las calles a defender lo que con tantos sacrificios hemos obtenido.

  4. Guyaquil se ha covertido en un modelo de desarrollo para todo el Ecuador,los que vivimos y luchamos en Guayaquil.Tenemos la firme conviccion que no queremos retrocer a epocas de las cavernas , como en otras administraciones municipales estuvo sumida nuestra ciudad.Guayaquil no puede convertirse en victima del centralismo voraz.Por que esto significaria el deterioro de lo hasta ahora conseguido y el renunciamiento a vivir mejor.

  5. Gracias a la ineficiencia de las entidades publicas a su tortuguismo es que los guayaquileños nos vimos en la obligacion de crear organismos que funcionen con rapidez y eficacia como son las Fundaciones . las cuales debemos defenderlas contra los centralistas y atraza pueblos. Guayaquil no debe caer y debe defenderse y estaremos en pie de lucha como verdaderos hijos Huancavilca que somos .

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