Leyendo la exposición de motivos y los considerandos en la reforma tributaria planteada por el presidente Correa, me surge la duda si estamos hablando de la misma propuesta; pues se señala que el sistema tributario debe “dinamizar la economía, estimular el ahorro, la inversión y mejorar la distribución de la riqueza”; apela a la “práctica económica a lo largo de la historia” como lecciones para una correcta política monetaria y fiscal. Y en el caso del contenido de la propuesta, está muy lejano de cumplir los asertos iniciales que justifican su presentación.
En términos generales, la propuesta destruye riqueza porque afecta gravemente la capitalización futura de la economía ecuatoriana a través de la creación del impuesto a la salida de capitales, del incremento del impuesto a la renta a las personas naturales y del impuesto a las herencias; además, destruye las “autonomías al andar” que tanto buenos resultados han dado a las ciudades cuando re-centraliza los recursos de las donaciones del 25% del impuesto a la renta, derogando la Ley que permitía esa renta a los Municipios y consejos provinciales y derogando la Ley que permitía brindar beneficios tributarios para empresas que hagan nuevas inversiones productivas. Sólo en estos puntos nos vamos a centrar pues son los que consideramos de los más nocivos; pero la reforma es de tal magnitud que se necesitaría muchos más espacio que el asignado para comentarla. Asimismo, vale decir que no todo es malo en la propuesta, el régimen impositivo simplificado que se plantea es positivo y va en el camino correcto en que debe avanzar nuestro sistema tributario, la simplificación.
- La creación del impuesto a la salida de divisas (ISD) con una tarifa del 0,5% tiene una justificación de lo más ingenua, se señaló por el principal del SRI que este impuesto trata de evitar la salida de los capitales “golondrina” o especulativos, esto es como decir que la fiebre de un niño enfermo va a disminuir poniendo hielo al termómetro. El principal del SRI parte del supuesto de que los agentes económicos no van a reaccionar ante los actos del gobierno, lo cual es falso. Ya que un inversionista ahora debe introducir en su análisis el costo de este impuesto, además de la incertidumbre de que lo puedan incrementar en cualquier momento. Por este último motivo es irrelevante que el impuesto sea del 0,5 o del 0,1, lo negativo es que exista y lo más probable es que logren el cometido de que no salgan capitales, pero debido a que muy probablemente poco capital nuevo llegará al país, afectando la creación de puestos de trabajo. Esto es sumamente grave si tomamos en cuenta que en lo que va del año la inversión extranjera directa en el país no es más allá de US$500 millones y la inversión societaria es muy pobre. Si siguiéramos la exposición de motivos de la propuesta deberíamos hacer lo que hace Perú, apertura de mercados y simplificación de tributos, para muestra un botón, la inversión extrajera directa en Perú este año superará los US$15 mil millones y su crecimiento económico bordea el 8%.
- El incremento del impuesto a la renta de personas naturales bajo el paraguas “políticamente correcto” de que quien más tiene más debe pagar, también afecta la capitalización de la sociedad y lo que en primera instancia parece progresivo termina siendo regresivo. Me explico: Necesitamos que se generen mayor cantidad de empresas, que son las que brindan oportunidades de trabajo; empero, la fijación populista de la redistribución del ingreso a través de un sistema tributario progresivo tiene efectos regresivos, es decir, afecta a los que en primera instancia quería no perjudicar. Cuando se grava progresivamente la renta de una persona natural o jurídica, ésta tiene menos recursos para invertir y tiene menos rentabilidad para repartir, en cualquiera de los dos casos la inversión final es menor. Esta reducción de la inversión ocasionará una menor tasa de capitalización, con lo cual el nivel de ingresos y salarios en términos reales también será menor de lo que hubiese resultado si se permitía la canalización de la nueva inversión. Sin nueva inversión en una sociedad no se generan más empresas, sin nuevas empresas que brinden más y mejores trabajos, el desempleo se incrementa y, los empleados, dada la poca competencia por obtener sus servicios, no tienen la posibilidad de obtener trabajos mejor remunerados. En suma, un impuesto progresivo a la renta es un castigo progresivo a la eficiencia, que obviamente afecta a toda la sociedad, pero más a los más pobres, pues limita su posibilidad de obtener empleo, en el peor de los casos y dificulta el obtener mejores salarios a los ya empleados, en el menos malo. Una alternativa al impuesto progresivo, que podría plantearse en la Asamblea Constituyente, es un impuesto proporcional fijo, es decir una tasa igual a todos los contribuyentes, de seguro habrá quienes sostengan, demostrando su desconocimiento de los procesos económicos, que el sistema proporcional es algo perjudicial para los más pobres, pues siempre sale a relucir el discurso populista, “los que más tienen deben pagar más”. Lamentablemente este concepto es bastante aceptado. Por desconocimiento o mala intención estamos generando una sociedad donde cada día hay más pobres y menos ricos. Cuando deberíamos implementar un conjunto de instituciones sociales que generen más ricos y menos pobres. El impuesto plano como se lo conoce en el mundo académico por los trabajos de Alvin Rabushka y Robert Hall, ha demostrado su efectividad donde se lo ha implementado. Hong Kong, Estonia, Letonia y últimamente Rusia, son algunos de los países donde existen impuestos planos. El caso de Rusia es digno de destacar, a partir de enero de 2001, se elimino el impuesto progresivo a la renta que tenía un techo máximo de 30% y se lo reemplazó por un impuesto proporcional plano de 13%. Supuestamente se debió haber recaudado menos, pero sucedió exactamente lo contrario. No es una hipótesis teórica, es una realidad contundente, como señala Rabushka. Para el primer año la recaudación de este impuesto se incrementó en 28% en términos reales (restada la inflación), para el 2002 se incrementó en 20,7%. En el 2000 el impuesto a la renta representaba el 12% de los ingresos tributarios de Rusia, para el 2002, con un impuesto proporcional fijo de 13%, representaba 15,3% de dichos ingresos. Las ventajas de un impuesto a la renta proporcional fijo son evidentes: distorsiona en menor medida el proceso económico y hace más eficiente la recaudación. La propuesta del presidente Correa va por el sentido contrario, incrementar el techo del impuesto.
- El impuesto a la herencia de hasta el 70% es algo confiscatorio, pero va acorde con la visión de este gobierno de castigar el éxito económico. Si bien es cierto que se debe sancionar la riqueza mal habida, no es menos cierto que la bien habida debe ser motivo de elogio y ejemplo. Con un impuesto de hasta el 70%, lo que se hace es introducir los incentivos para que trasladar recursos familiares ya no a las empresas radicadas en el país sino comenzar a mudar operaciones a sociedades donde los derechos a la propieda
d estén bien salvaguardados, una vez más la reforma introduce los incentivos para disminuir la capitalización de la sociedad, eso estimado lector se traduce sencillamente en menos empleo. - Los dos últimos puntos mencionados al inicio dan muestra, una vez más, de la subordinación de la economía a la política, la re-centralización de recursos que actualmente se canalizaban directamente a Municipios y Consejos Provinciales, muy probablemente responde al afán del gobierno de centralizar el poder, y que mejor que controlar los recursos que manejan sus opositores. El problema es que en el camino, destruye lo que había dado tan buenos resultados en los últimos años, la “Autonomía al andar”, ya que deja sin una fuente importante de recursos sobre todo a los pequeños Municipios, ya que las rentas de marras representan parte importante de sus presupuestos.
La constante ausencia de reformas tributarias que realmente incentiven la creación de empleo tiene su origen en lo que Henry Hazlitt llamó la diferencia entre un buen economista y uno malo. Al respecto dijo: “La persistente tendencia de los hombres a considerar exclusivamente las consecuencias inmediatas de una política o sus efectos sobre un grupo particular, sin inquirir cuáles producirá a largo plazo no sólo sobre el sector aludido, sino sobre toda la comunidad. Es, pues, la falacia que pasa por alto las consecuencias secundarias. En ello consiste la fundamental diferencia entre la buena y la mala economía. El mal economista sólo ve lo que se advierte de un modo inmediato, mientras que el buen economista percibe también más allá. El primero tan sólo contempla las consecuencias directas del plan a aplicar; el segundo no desatiende las indirectas y más lejanas. Aquél sólo considera los efectos de una determinada política, en el pasado o en el futuro, sobre cierto sector; éste se preocupa también de los efectos que tal política ejercerá sobre todos los grupos”.
Esta reforma tributaria, de aprobarse, podría tener efectos negativos en la creación de empleo en una cuantía que sólo el tiempo nos dirá, pero lo que sí es cierto es que no sólo va a afectar a los sectores involucrados sino al conjunto de la economía en el corto y largo plazo. La dicotomía planteada en la reforma entre equidad y eficiencia se limita a sólo equidad, pero equidad en la pobreza, consecuencia directa de la miopía de nuestra clase política. Ecuador necesita tener una visión de País, conformado por ciudadanos libres y responsables y limitando el ámbito de la política a las cuestiones netamente relacionada con ella, el hecho de que la economía en el País esté subordinada a la política ha sido el peor lastre al cual nos hemos tenido que enfrentar. Los Asambleístas tienen una gran responsabilidad con el país, porque los cambios deben ser para bien, no para peor, así que, parafraseando a James Madison, espero que la Asamblea no ceda al impulso de pasiones violentas y repentinas, ni se deje seducir por líderes facinerosos para tomar decisiones perniciosas e inmoderadas.
Cómo estás Carlos, te saluda Carlos Mackliff. Estoy de acuerdo contigo pero creo que al contar con medios de comunicaión tanto escritos como televisivos, es importante que recalques (aparte de los temas técnicos y numéricos) que este borrador de Ley casi que prohíbe a los contribuyentes (personas naturales y jurídicas) estar en desacuerdo con lo determinado por la Administarción Tributaria, y aparte el Director del SRI sería quien con su sola calidad de Director podría juzgarte y hallarte culpable de algún tipo de «DELITO», lo cual es juzgado con prisión, sin necesidad de que los contribuyentes tengan la oportunidad de ser juzgados por una sala judicial, ya que en la Ley par la Equidad Tributaria se utilizaría la palabra DELITO. Con esta LEY TRIBUTARIA los derechos civiles no existirían o en su defecto sería muy costoso poder acceder a ellos, por lo que no quisiera imaginar lo que nos depararía la Nueva Constitución. Justamente el día de ayer mi socio (con quien trbajamos en el SRI por más de 5 anos y quien fue Director Jurídico Regional) fue entrevistado por Fernando Aguayo para exponer otros puntos de vista a los escuchados y leídos en los últimos días, y nos encontramos sumamente preocupados por lo que pasaría en caso de que se apruebe la Ley.
Ojalá leas este comentario e informes de lo que podría pasar.
Un abrazo
Carlos Mackliff G.
cel: 096350444
Dr. MOLINA : MOLESTO SU ATENCIÓN PERO…
SOY ATENTO LECTOR DE «DESDE MI TRINCHERA» Y ESPECIAL DE SUS ARTÍCULOS SOBRE GEOPOLÍTICA PERO POR CONVERSACIÓN CON UN AMIGO TAL PARECE QUE ME HE PERDIDO UNO SUYO QUE TRATA SOBRE ECONOMÍA Y ANALIZA EL TEMA DEL PETROLEO Y LAS PRETENCIONES DE LAS TRANSNACIONALES POR APODERARSE DEL MISMO EN LOS PAISES SUBDESARROLLADOS, POR LO QUE AGRADECERÉ MUCHO SI ME LO ENVÍA A MI CORREO PERSONAL.- AFECTUOSAMENTE – fcastro39@hotmail.com
Usted me podría ayudar con lo siguiente:
es posible crear en el país un impuesto progresivo y proporcional a la vez?? y si es posible de qué manera sería?