21 noviembre, 2024

El huevo o la Gallina

Cuando alguien quiere empantanar una controversia, o posponer la respuesta, quien se siente acorralado repregunta aquello de que viene primero ¿el huevo o la gallina? Y así sucedió en una entrevista de televisión no me recuerdo en que canal, cuando entrevistaban a uno de estos jóvenes asambleístas de PAIS y le observaron de que como se iban a crear nuevos impuestos, ya que los ciudadanos no sienten el beneficio del retorno sobre sus contribuciones. El joven entusiasta e inexperto, envuelto en su ilusión, respondió: déjenos primero cobrar los impuestos, y ya verán luego como retorna el beneficio y por tanto el entusiasmo por pagarlos.
 
Cuando se es joven uno está lleno de esa inocente optimismo, y piensa que todo lo anterior estaba mal o nunca sucedió. Cuando uno llega a la tercera edad, comienza a sentir aquello de la “sabiduría” que no es otra cosa el poder distinguir cual es el mejor camino entre dos o mas opciones, sin estar tentado ni por los cantos de sirenas, ni porque circunstancialmente lo han sentado en Montecristi a “diseñar un país”. Todo estaba mal, y a partir de ahora todo irá bien. Suena bien pero está mal.
 
Para todos los ingenuos ciudadanos que están  embobados con ese sueño correista y que por su falta de tiempo existencial no han vivido circunstancia ya pasadas, cabe hacer la siguiente reflexión. El Ecuador de hoy fue un Estado muy rico desde 1970 cuando apareció el petróleo oriental. Ahí se instauró una dictadura militar, no hubo Congreso, los alcaldes fueron elegidos a dedo, se legisló expeditivamente, se centralizó al Ecuador, se subsidió la gasolina, la moneda (que en ese entonces era el Sucre a un tipo de cambio de 25 unidades por dólar), se modernizó la maquinaria militar, nos fuimos a la OPEP, se decuplicó la burocracia central, se extinguió la autonomía municipal, se alfombraron las millares de oficinas públicas que se crearon en la Capital para seguir los delineamientos de la Junta de Planificación (hoy SENPLADES) y diseñar un nuevo país, el mismo que actualmente tenemos. El petróleo puso los huevos, pero el gallo, es decir el Estado, se volvió infértil porque se creyó y convirtió en un pavo real. Las gallinas, que son quienes pagan impuestos, fueron perdiendo su entusiasmo para suplir a ese pavo real envanecido pero infértil. Total ahora el precio del petróleo vino a fortalecer esa ilusión de los años setenta, y los señores militares han decidido participar nuevamente de los beneficios, dando a Rafael Correa la potestad de constituirse en un emperador neo democrático. Volvimos a la OPEP, alfombramos Montecristi, subsidiamos el gas, la harina, creamos bonos, multiplicamos ministerios, y se van contra la autonomía municipal. Y entonces viene la necesidad de crear nuevos impuestos, para engordar a un Estado infértil. Es decir, que no me vengan con el cuento del huevo y la gallina y hablemos más bien del Pavo Real.

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  1. Excelente articulo Sr. Raad, ojala que el mismo pueda ser leido por los jovenes de todas ls tendencias, pero que llegaron después del inicio de la era Petrolera Ecuatoriana.

  2. Concuerdo con el Dr. Raad y quisiera adicionar lo siguiente: Esta claro que se esta aplicando el mismo modelo que demostro que no sirve y que fue el origen de los famosos ajustes o paquetazos, al gastar en forma corriente el ingreso extraordinario.
    El socialismo que yo admito es gastar en infraestructura economica, que brinde mejor calidad de vida a los menos favorecidos de la nacion. Minimizando el espectro de accion pero vigorizando la misma en areas claves, asi se concentra la accion positiva y se sienten los resultados.

  3. Felicitaciones por su articulo,no entiendo la pasividad del pueblo, es hora que el Pavo Real nos haga las cuentas claras,el rendimiento economico del 2 i pico%, es evidente que el gobierno no esta haciendo nada de nada, pero si se esta apuntalando las bases de un centralismo que nos llevara a caminar otross 50 anios para ATRAS.

  4. El Pavo Real tiene bonitas plumas pero no sabe cantar. El narcisista se creo hermoso pero es horrible. El Emperador que habita en Carondelet se cree de todo, pero el tiempo lo desenmascara para la sorpresa de todos. Ya empezo, pero tiene a los militares a su lado con tantas dadivas, que ni el pueblo puede gozar de sus fantasias prometidas.
    Pronto los impuestos y entradas seran para los militares, que son las nuevas instituciones comerciales e industriales del pais. Ofrendas del Pavo Real para gozar de su seguridad.

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