Estamos en el inicio de un nuevo año, hemos comenzado el largo recorrido del 2008, dejando atrás todos los recuerdos, anhelos e ilusiones del año 2007.
Recuerdos alegres y tristes. Alegres por los momentos felices que pasamos y que merecen recordarse, pasajes o momentos tristes son los que nos dejaron aquellos instantes de desilusión y amargura, por no haber logrado lo que deseamos a pesar del gran esfuerzo que hicimos. Anhelos e ilusiones que se esfumaron en los 365 días del año que termino, sin haber logrado hacerlos realidad.
Pero ahora tenemos por delante todos los días y noches del año que se inicio lleno de nuevas ilusiones con toda la fe y entusiasmo que caracteriza a los ecuatorianos, para lograr lo que anhelamos en beneficio de nuestras familias, venciendo las adversidades que quieran frenar o desviar nuestro sano esfuerzo. Lo importante es tener fe y decisión en la seguridad de que estamos preparados para lograr el éxito que anhelamos, apegados siempre a los preceptos legales, con el cuidado de no perjudicar a nadie pero si de ayudar a todos los que podamos.
El Gobierno Nacional, dentro del marco de las atribuciones que le corresponden, a decretado un nuevo salario para este año, que corresponde a un incremento de $ 30,oo dólares, con lo cual se fija el salario mínimo en $ 200,oo dólares mensuales, mas los correspondientes incrementos de los decimos, vacaciones y aportes al IESS. El incremento parece justo y necesario, ahora le corresponde a todos los empleadores hacer
los ajustes que se requieran para lograr los costos, que sin incrementar los valores unitarios, permitan cubrir los gastos y generar una equitativa rentabilidad para que la actividad que desarrollan tenga su justificativo aliciente para seguir generando mas trabajo con una justa rentabilidad.
Para las instituciones que desarrollan una actividad de servicio social, especialmente en la educación y la salud, como las escuelas y hospitales que viven estrictamente de la autogestión que realizan, van a tener dificultades para cubrir sus gastos, teniendo entonces que hacer un ajuste al costo de sus servicios, lo cual incidirá en la economía de los mas pobres, que son los que siempre se han beneficiado de estos servicios.
Es de nuestro especial anhelo que todos los estudios y ajustes que se realicen, se hagan bajo el mas riguroso análisis de equidad y justicia para todos, para evitar que se genere un proceso inflacionario que absorba el incremento salarial y que lejos de beneficiar, perjudique a los de menores recursos, para ello es necesario reducir estratégicamente los gastos y reducir las utilidades, haciendo mas eficiente nuestro trabajo y el de nuestros colaboradores, para lograr un mejor rendimiento en nuestros procesos de trabajo, para lograr una mejor rentabilidad.
La ley de equidad tributaria obligara a tener un mejor control y análisis de los gastos, eliminando todos aquellos que se realizan con poca justificación por la falta de un eficiente control y análisis de la inversión, en beneficio de la productividad de la empresa.
La aplicación de la ley debe hacerse previo un análisis exhaustivamente técnico, para evitar el atropello y abuso que puede producirse por la falta de un claro conocimiento de la ley y evitar también los errores de su aplicación.
Mas grave aún puede resultar la aplicación de esta ley en el impuesto a la herencia, pues parece que el espíritu ha sido castigar el esfuerzo y sacrificio de toda una vida que los padres han realizado para lograr una mejor vida para sus hijos, sin los problemas y dificultades que se generan por la falta de oportunos recursos para su buena formación, integrándolos a una vida decente y productiva en beneficio de otras generaciones.
El impuesto a la herencia ha sido concebido como un castigo a la eficiencia y al trabajo realizado por padres honestos, pensando solo en castigar a sus adversarios políticos, sin darse cuenta que lo que están haciendo es castigar el esfuerzo familiar, por lo cual este impuesto resulta injusto e inadmisible.
Lamentablemente la ley de equidad tributaria se la quiere aplicar dictatorialmente, pues de acuerdo con el reglamento que fue aprobado en consulta popular, establece que para la aplicación de las reformas políticas y de la Constitución que deben redactar los Asambleístas, deben ser aprobadas en consulta popular, referéndum, luego de finalizado el trabajo de la Asamblea Constituyente.
Ojala que el deseo de mejores días para los ecuatorianos sea una realidad y no la acostumbrada farsa de los ofrecimientos no cumplidos.
Que yo recuerde, ninguna reforma tributaria o planes de manejo económico de parte de un gobierno son consultadas con el electorado. Por eso, quizás, los ministros de economía en la mayoría de los países subdesarrollados son poco recordados.