Hace ocho años exactamente, fuimos a una consulta popular a votar a favor de un sistema autonómico. Se ganó abrumadoramente en Guayas y en otras cinco provincias. Nuestro Prefecto no tuvo arrestos ni ideales y abandonó la causa por otros favores devaluados a nivel de peajes. Nuestra mal llamadas elites se durmieron en los laurreles, Joyce mas con audacia que por nivel academico hablo de automias sin entender realmente el compromiso adquirido y la enrocó con la dolarización a la que entramos inesperadamente a causa de un incidente cerebral de un Presidente que se instaló en le yacuci de su propio Titanic. Una impresionante obra pública municipal causó la admiración de unos y la envidia de otros. Nuestra Junta Cívica se adormeció en los laureles de sus antepasados.
Los sueňos se sembraron en Puerto Lucia, cuando en un foros de dos días, allá frente al Oceano Pacifico con el cual colidabamos como provincia, se habló del puerto de aguas profundas, de la refineria cercana a la ciudad de mayor consumo de los productos refinados, del aeropuerto trascontinental, de la ciudad tecnologica. Ese fue el unico y mejor oficio de la Junta Civica sobre la cual recaia el desafio y la obligación de manejar las estrategias. Corria septiembre de 1999.
Las obras municipales despertaron envidias. Ellos se aplicaron. Copiaron los mecanismos que se implementaron para saltar al centralismo, y se diseňo esa autonomia al andar, sin otra filosofia que el oportunismo que un líder nos brindaba. Somos sapos, pensamos, y asi como la liebre despreció a la tortuga, confundimos velocidad con inteligencia, y el brillo de la obra prevaleción sobre el sustento institucional de las autonomías. Obras lindas de relumbre que nos impresionaron y nos confundieron. Si La Junta Cívica hubiese invertido en foros y en una suerte de universidad especializada en el manejo de las cosas publicas, y en la formacion de las ciencias autonómicas, para hacer de allí el nido de nuestros sueňos, otra historia estariamos contando.
Facil es decirlo ahora. Todos tenemos parte de la culpa. Pero sin mirar hacia atras y mientras este tsunami llamado Correa arrasa con nuesros sueňos ya sea por convicciones o por extravios emocionales acumulados durante su recia y quizas infeliz adolecencia, debemos levantar la cabeza, y juntarnos otra vez ya no en Puerto Lucia, de donde ya fuimos expulsados, sino frente al rio Guayas antes que nos lo quiten, a deliberar y dibujar las estrategias y empezar a soňar de nuevo. Ojalá que la ya cansada vieja Junta Civica que ha ofrecido cambiar los estatutos en este mes de enero, haga un acto de contrición perfecta, y encuentre la manera de renovarse enteramente, para en vez de segregar, aglutine, en vez de distrutar debajo de las sombras de enormes alcaldes, empuje al nivel cívico raso y no encopetado. Es hora de cambiar los adoquines por nuevas ideas y partiendo de cero, empezar de nuevo a reconstruir lo más valioso que Guayaquil tiene: su derecho a sentirse orgullosa y distinta del resto de un pais estatizado y centralizado a 400 kilómetros de distancia y a 2.800 metros de altura.
Nos encantaría que se autonomice la oligarquía criminal, pero con su propio dinero, no con el que han robado 120 años al resto de ecuatorianos.
¿De qué va a vivir la oligarquí autónoma si ya no va a poder medrar del centralismo acsorvente??
Impuestos no pagan, pagan tan poco como las ciudades del centro del País, del centro andino naturalmente.
¿De qué van a vivir, si sus bancos ya quebraron a punta de robo?
Seguramente de lo que robaron en las quiebras fraudulentas de esos bancos.
A propósito como les arderá el asunto ese de la proctología, con el nombre de Pichincha en el Estadio de Barceleche.!!!!
¿No es cierto?
Juan Francisco Morales debe ser un mequetrefe que Ortega seguramente decribiría como hombre masa, desconocedor de la historia opina sin fundamentos pero se cree con todo el derecho hacerlo, tipos como él: de ignorancia camuflada de resentimientos, forman la base de alianza país; decir que Guayaquil ha robado por 120 años?? Por Dios!! Y el ejercito es guayaquileño? y los ministerios están en Guayaquil, y los dictadores que cagaron el Ecuador no eran serranos? Los Morales, ignorantes de su pasado y porvenir, votarán siempre por el hombre ungido que guíe el rebaño, alma de borrego, nunca va a entender el espíritu liberal de Alfaro y Guayaquil.
Sr. Raad:
El antagonismo politico entre Correa y Guayaquil, parece intensificarse. Correa y sus grupos insisten que Guayaquil esconde a los pelucones que defraudaron al estado y que tienen que enfrentar la justicia y rendir cuenta. Haciendo esto al costo del progreso de la ciudad y una planificada desmembracion territorial de la privincia. Mas aun, atemorizando al pueblo con violencia si apoyan al adversario politico.
Esta intolerancia y exceso de poder de parte del gobierno de turno se demostro en la amazonia, que injustamente usaron uniformados para atacar a otros hermanos ecuatorianos y encarcelar a sus representantes. Hecho que prueba que abusos se han cometido y los derechos civiles se pisotearon bajo las botas militares.
Es evidente que el Ecuador NO ES DE TODOS. Correa insiste en su autoridad absoluta y sobre la ley. Las Fuerzas Armadas estan compradas con provechosas dadivas y listas a proteger al benefactor. Los otros esbirros politicos cambian partidos para alinearse con los gobiernistas. La nacion esta polarizada entre los que tienen el poder y los que tienen nada.
Si la confrontacion continua solo llevara a la violencia causada por una vanidad. De los despojos sera claro que las cenizas SON DE TODOS.
El futuro del Ecuador esta en el balance. Guayaquil con sus hijos y poder economico protejeran sus herencias. Correa debe reconsiderar sus ambiciones extremas y prevenir su Armagedon, de donde no puede gobernar a NADIE.
Atte.
Abdon Long Pazmino