Zapatero a tus zapatos

Viejo adagio castellano, que en nuestro país se lo desconoce, aunque mejor dicho se lo desprecia permanentemente.

Se nombra para Ministro de Defensa a un distinguido médico del Hospital Metropolitano de Quito y que obviamente desconoce lo que es la disciplina militar y por lo tanto su reglamento; las disposiciones castrenses, los Códigos Militares: Penal, Procedimiento Penal, Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas y la Ley Orgánica del Servicio de Justicia, así como todos los prolegómenos, problemas de la disciplina y la jerarquía, la subordinación, el hecho de que ni siquiera la obediencia pasiva exonera de responsabilidad, según los casos, a quien ejecuta, o deja de hacerlo, una orden superior.

Es doloroso ver la situación de acefalía anarquista en que se encuentra la Fuerza Naval; un día se habla de falta disciplinaria y que se someterá a un Oficial General, Vicealmirante, a un Consejo de Disciplina; incluso la prensa informa que se ha iniciado dicho trámite; pero sin mayor explicación ni conocimiento, se afirma que no es falta de disciplina sujeta al Reglamento correspondiente, ni al Consejo de Disciplina, sino que se trata de un delito, calificándole incluso de insubordinación; hechos realizados, o mejor dicho, declaraciones o ideas que consideraban que no era procedente el que se distraiga a la Fuerza Pública de su función específica y que, sin haber emergencia, ni decretado la misma, se le nombra Funcionario Público en una entidad muy importante, , como es Petroecuador, pero que no es específicamente de la Fuerza Naval, a un alto Oficial General en servicio activo; y, por consiguiente, debe afrontar toda esa gran problemática de producción, comercialización, etc. de ese recurso natural que es uno de los más complejos en el mundo actual, el Petróleo.

Pero, más aún, se anuncia y entiendo por los datos publicados en los medios de comunicación, que se ha procedido a un contrato, como vulgarmente se dice a dedo, sin licitación, ni informes de las autoridades respectivas, y con violación de las leyes de la materia y de la propia Constitución de la República, aún vigente, aunque se la desconozca constantemente, con la idea de que existe o está instalada en la Parroquia de Montecristi en el Cantón Manta de la Provincia de Manabí, una Asamblea Constituyente de plenos poderes.

Contrato que se dice es para manejo y comercialización de gas, con una naviera, empresa pública, que tiene su misión propia y específica.

Tiene que ver además con el tema de esta colaboración el hecho de que todos hablan de cambio, pero no se sabe cambio de qué y papa qué, sino que se critica todo el ordenamiento político, jurídico y social actual.

El Ecuador es el único país en el mundo que ha nacido 21 veces a la vida republicana, que existe incluso una Constitución nonata (1938), una efímera que solo duró 15 días del 15 al 30 de marzo de 1945, no obstante haber sido elaborada en una Asamblea que se instaló el 10 de agosto de 1944, se la proclamó y entró en vigencia el 15 de marzo del año siguiente (1945) y fue derogada con el Golpe de Estado del famoso 30 de marzo de ese año.                             
El cambio de que tanto se alardea, debería ser precisamente de ciertas normas que violan aquello de “zapatero a tus zapatos”.

Tenemos ahora una Asamblea como de “levanta manos” para cumplir órdenes superiores; de ciudadanos que no saben lo que hacen, razón por la cual estamos frente a otro “congreso” para cuya elección no se estableció ningún requisito de conocimiento, capacidad, experiencia, por lo cual los miembros, con honrosas excepciones, desconocen lo que es una Carta Magna ni como se deben elaborar las leyes y menos la fundamental.