PRIMERO:
El día de hoy he recibido, por parte del ciudadano guayaquileño, don Enrique Ycaza Díaz, una nota que tiene la actualidad que brinda el hecho de que Guayaquil ha sido, y sigue siendo atacada por el economista desde el inicio mismo de su desgobierno.
A continuación transcribo literalmente la mencionada nota:
GUAYAQUIL: ¿VAN A DOBLEGARTE?
¿Vas a permitir Guayaquil, que un Judas insolente,
un mediocre charlatán, vengativo y prepotente,
con bastardos y mezquinos sentimientos amasado,
te humille, y de sus odios y rencor te haga vasallo?
¿Vas a permitir Guayaquil que un traidor quintacolumna
-puñal infame que hiere el vientre que lo acuna-
con alardes de Mesías infalible; redentor de dogmas repudiables, tiranía, idiotez y
demagogia; Castro, Chávez y Morales,
caudillo de corruptos incapaces; te someta, te invada,
y te conviertan en colonia burocrática, obediente, sojuzgada?
¿Sumisión, servidumbre o vasallaje? ¿Van a doblegarte? ¿Cadenas y dogal serán
tus nuevas insignias y estandarte? ¡Ciudad rebelde, precursora, insurgente, ciudad
libertadora!
¿Dime? ¿Trocaras por ocasos y penumbra tus límpidas auroras?
¡GUAYAQUIL SIN CADENAS NI CORREAS!… (SIC)
SEGUNDO:
El economista se ha referido a una ilustre dama guayaquileña con el mote de “Vieja pelucona” lo que a los ecuatorianos no nos causa extrañeza pues ya nos tiene mal acostumbrados a tales irreverencias que rayan en patanerías propias de especímenes ordinarios.
Lo que realmente debería espantarnos es el hecho de que en cada ocasión en que el economista agrede a alguna dama –gordita horrorosa, vieja pelucona, etc.- no haya alguna reacción de censura por parte de sus seguidores, en espacial de las mujeres que forman su obsecuente séquito, esto es, las asambleístas de Alianza País: Aminta Buenaño; María P. Romo –la gordita no horrorosa-; Rosanna Queirolo; etc., crítica que hago extensiva a sus ministras. Probablemente han decidido mirar para otro lado y no poner el grito en el cielo a fin de no disgustar al agresor y así poder continuar en los cargos burocráticos que hoy ocupan.
De los que se dicen varones -coincidentes con el gobierno- tampoco hemos sabido que hayan hecho algún comentario criticando esas poco varoniles posturas, con lo que se reafirma aquello de “El que calla otorga”.
Estos talantes de pseudos machos me trae a la memoria la tonadita que escuchábamos en los días de nuestra niñez -que la espetábamos a quienes de alguna forma agredían a las féminas- y que siempre tendrá vigencia… “MARIQUITA PEREZ QUE LE PEGA A LAS MUJERES”…