Después de calcular los cientos de miles de personas (estudiando las áreas abarcadas usando el sistema de Google Earth) noté que no era importante mi información ¡Cientos de miles!: Todos, sobre todo, los antagonistas, saben que fue la más grande concentración que se ha realizado en el Ecuador – y de hecho está entre las mayores cívicas del mundo – por lo tanto deseo destacar algunos hechos. Dejando primero sentado que en todas las instituciones del gobierno les prohibieron de hecho o tácitamente asistir, incluso escuchar la radio o ver la televisión.
Concurrí a esta concentración de respaldo a nuestro líder y defensor de la ciudad por convicción de mi orgullosa sangre guayaca y respeto al Alcalde Jaime Nebot S. que si cumple,
Durante ella me dedique a mirar las actitudes de las personas e interactuar con ellas; principalmente a escucharlas.
La camaradería basada en ser Guayaquileño por nacimiento o asimilación se me hizo más notoria. Aquí nadie es menos, nadie es más. ¡Que fantástica integración de representantes de todas las etnias, razas, religiones, tipos…! Realmente Guayaquil es pluriétnico y tiene una gran capacidad de mutuo respeto. La palabra xenofobia hasta la han sacado del diccionario.
Lo que más me lleno de placer es ver la incontable presencia de la juventud; por dos razones: Ellos no vivieron la época negra del asolamiento que malas administraciones causaron en Guayaquil. ¿Cómo así su presencia? Me explicaron que ellos ven las obras y sienten un orgullo al estar en su ciudad que es ejemplo en el mundo; así se lo han dicho los que los han visitado, así lo saben, así sienten que se darán sus oportunidades de empleo, así se han venido sintiendo poco a poco más seguros, así lo sienten, así lo disfrutan.
Los mayores… con bravía resaltaban las virtudes del alcalde Jaime Nebot S. y despotricaban de aquellos a quienes con estricta razón llamaron falsos fariseos. En algunos casos, para cerciorarme, miré y saludé dos veces: personajes de partidos contrapuestos estaban ahí: ¡Por la ciudad y por medio de ella por la Patria!
Otro detalle que me llamó la atención: A toda costa nos desean llevar a una guerra regionalista entre Quito y Guayaquil. Empero, pese a que el señor Alcalde no quería que nadie más interviniese porque su reclamo es cívico y de criterio humanitario NO político (multitud de cantones desearon unirse). Sin embargo, fraternalmente los quiteños se unieron, en igualmente imponente grupo, por su propia cognición y dignidad considerando que la protesta no es por puestos burocráticos si no por la forma de vida que deseamos todos los ecuatorianos.
Es notorio que el gobierno jamás pensó que el Alcalde Jaime Nebot S. tenía ese fenomenal poder de convocatoria nacional sin usar otra cosa que su credibilidad y el hecho de haber cumplido y dado en obras tangibles y espirituales mil veces más de lo que ha prometido.
Respeto más que nadie la serenidad del alcalde Jaime Nebot S. que no desea precipitar al país en un Estado de agitación y anarquía, se necesita mucha valentía y hombría de bien tratar de agotar los medios que usan las personas racionales, como lo es él. Y gracias a él – Jaime Nebot S. – se mantiene la fe en que la democracia triunfe y la dictadura que hoy achaca a todo el país termine.
Es indispensable no contar con ninguno de los cinco sentidos y con demasiada soberbia para no entender el mensaje y rectificar rumbos.
No les sirve señores oportunistas y compradores de conciencias, buenos solamente pera el mercadeo y publicidad, deshonestamente sacar (y continúan haciéndolo) del contexto las declaraciones para tergiversar expresiones y los alcances de la misma; el pueblo es sabio, no lograrán que vivan engañados.
Hago notar también que Jaime Nebot S. aplica para si y por su propia esencia, lo dicho por el asesinado Presidente de Estados Unidos, Abraham Lincoln: “Yo no estoy obligado a ganar, pero estoy obligado a ser verdadero. Yo no estoy obligado a triunfar, pero estoy obligado a vivir por medio de la luz que tengo. Yo debo estar al lado de cualquiera que actúa correctamente, y permanecer a su lado mientras esté en lo correcto, y separarme cuando el se dañe.”; ¿comprenden señores Asambleistas, lo hará su patrón?
Del mismo modo debemos tener en cuenta las palabras de ese célebre, igualmente asesinado joven y gran Presidente del país hermano del norte: John F. Kennedy: “Esos que vuelven imposible la revolución pacífica, vuelven inevitable la revolución violenta”. El pueblo ecuatoriano desea cambios justos y apegados a la ley, no lo obliguen por su autocracia y sarcasmo a buscar otros senderos.