Comentaba con unos amigos sobre la situación política y financiera del país y sobre el incidente fronterizo con Colombia, que tiene cosas tan difíciles de creer que me impiden saber si lo que se está viviendo es una patraña, un diálogo de retardados mentales (con el perdón de los retardados, que no tienen la culpa), o es una telenovela en la que el autor ha fumado… ¡y de la buena!
Por un lado el Álvaro Uribe con el asesoramiento de USA, sin importarle un comino sus propios compatriotas y por supuesto, demostrando un cinismo extremo y un quemeimportismo por la salud humana, insiste en fumigar sobre la zona de la frontera con glifosato, diciendo que el producto no es tóxico. Si insiste en que el producto no es tóxico, lo invitaría a probarlo, haciendo que una avioneta lo eche varias veces sobre su casa, con su familia y amigos haciendo un picnic en el patio y sin protección (él y Bush incluidos). Si son los americanos los que dicen que no es tóxico, quisiera que digan si puedo fumigar la cerca del jardín que colinda con la persona que dice que no es tóxico, estando sus hijos jugando en esa zona. He visto las lesiones producidas en trabajadores que negligentemente se niegan a usar protección mientras fumigan tan sólo las raíces, una por una, de las malezas.
Por el otro lado, un Presidente al que no le importa que a sus conciudadanos que viven cerca de la frontera los envenenen, pero que reclama porque matan a un grupo de guerrilleros extranjeros que se han refugiado en su país y a los cuales, por su reclamo parece que los estuviera protegiendo. Es más, agravar las cosas porque en medio de los delincuentes se hallaba un guerrillero ecuatoriano, que estaba siendo investigado por sus uniones con la narcoguerrilla e intentar sancionar al chismoso que dejó escapar esa noticia, que debió haber sido dada por el Gobierno desde el comienzo.
Asusta la forma de actuar del Gobierno que dice que la Patria ya es de todos. En los casi 15 meses que llevamos, la producción ha bajado enormemente, el índice de desempleo ha aumentado y para tapar este daño a la población, han cambiado los índices para valorarlo (¿los volverán a cambiar este año también?), la canasta familiar se ha elevado como nunca y en vez de razonar, prefiere ayudar a sus amigos del Banco del Fomento y otras entidades burocráticas, importando urea, subsidiando arroz nacional de mala calidad para venderlo a los pobres, mientras la salud de los ecuatorianos se va deteriorando, se avecinan tremendas epidemias y la atención sanitaria en el país no puede hacer más que entregar ayuda a los damnificados, porque presupuesto para la salud, para la prevención, no existe. La miseria y la muerte es lo que ya es de todos.
A los de su Partido les da puesto por tajada en un acto reñido con la moral, pues el cobro de estos “diezmos” para el partido es asqueroso.
La gente digna que alcanzó una curul por su partido, o acata la decisión de la mayoría o se va, porque el plan ya está definido.
¡En verdad es increíble hasta donde se puede llegar con la demagogia y el cinismo!