22 noviembre, 2024

Guayas, Guayaquil, Nuevos desafíos

Las guerras del futuro serán producidas por alimentos, aguas y energías.   Parte de esta aseveración la estamos viviendo actualmente y no es necesario ser muy inteligente para notar hacia dónde se dirigen los esfuerzos de los países desarrollados y qué están tramando.   Mientras algunos países pobres pero suertudos –como nosotros (¿?)- nadan en momentánea riqueza petrolera y hemorragias palabreras, otros más viejos, avanzados y precavidos, ensayan y desarrollan nuevos tipos de energías, formas de alimentación y conservación del agua.
De otra parte, reduciendo el nivel de las aseveraciones anteriores, pensemos en nuestra Ciudad y en nuestra Provincia.   En su futuro como conjunto de espacios poblados urbanos o no que, para sostener sus anhelos de autonomías, deben invertir en un desarrollo sostenido, sostenible, sistémico, globalizado (por lo menos en nuestro entorno).  
Debemos aprovechar ahora que, a través de una liposucción geográfica, se han reducido nuestros territorios de responsabilidad sin mayor detrimento de los ingresos.   Aprovechemos aquello para endilgarnos algunas responsabilidades a cumplir durante el primer cuarto del siglo XXI.
Nuestros Líderes y cabezas capitales, sin descuidar la minucia politiquera del diario acontecer, deben superponer una visión de futuro y una misión de servicio presente, a todo intento de acallar con embrujos momentáneos y solicitudes atrabiliarias (por decir lo menos) de división del pensamiento emprendedor de los guayasenses.   Para muestra de lo dicho, miremos la solicitud de hacer de la Empresa Eléctrica una institución estatal.
Visto así, la conclusión es fácil y la acción difícil.   No imposible.
El Concejo Provincial del Guayas y la Municipalidad de Guayaquil, como instituciones jurídicas y emblemáticas, tienen que tomar la posta del desarrollo.   Eso significa seguir avanzando al galope tendido en los proyectos de presente, mientras se los protege con fuego de artillería de largo alcance.   Este fuego de artillería –que no es más que un símil- es la afirmación del lanzamiento de nuevas ideas, nuevos proyectos, nuevas modernidades.
Ya se ha probado que Guayas puede conseguir lo que desea.   Ya se ha mostrado que Guayaquil es Ciudad abanderada del desarrollo.  Pero –y este es un pero sorpresivo, como alacrán caído del techo- ya debemos ir pensando creativamente, distintamente, agresivamente y ambiciosamente.
Todo lo mencionado, anteriormente, es polvo al viento si no aventuramos algunas ideas que marquen un derrotero:
  • Islas de Energía: de alguna manera, los países y ciudades ubicados en los niveles enemundistas, podemos sacudirnos de nuestras dependencias energéticas.   Son sitios en donde se ubican todas las clases de energías posibles, renovables o no, que aseguren los abastecimientos de los sectores de consumo.   Podríamos empezar por la Santay.
  • Recorrido Provincial Periférico: formidable sería poder contar con un cinturón vial que recorra la Provincia del Guayas recogiendo –por mallas y transversales de carreteras vecinales-  la producción agrícola, artesanal, industrial, etcétera, de los diferentes pueblos y recintos guayasenses.   Esto puede ser una autovía o un ferrocarril, o, ¿Porqué no los dos?
  • Ruralizar las Ciudades, urbanizar los Campos: viejo principio de Frank Lloyd Wright.   Incrementar la oxigenación urbana (en todo sentido) y otorgar a las áreas rurales la categoría de Ciudad con todas las amenidades y servicios con que cuentan las urbes.   Esto, indiferente del tamaño físico y utilizando hasta el último centímetro de suelo.
  • Desarrollo de zonas de Playa: No es mucho lo que nos ha quedado. Pero la geografía y la historia nos demuestran lo que se puede lograr en turismo frente al mar y en áreas muy pequeñas.   Todo es cuestión de creatividad y fe en nosotros mismos.
Estas son solamente algunas ideas sueltas que iremos desarrollando en posteriores entregas, pero hay más, mucho más: Aeropuerto intercontinental y puerto de aguas profundas –que suponemos en fase proyectual-; Mini terminales terrestres fabricando una red de transporte y movilidad ciudadana; granjas flotantes; dragado de ríos y protecciones laterales – aprendamos de los pueblos que están bajo el nivel del mar-; redes consultoras de adultos mayores; en fin hay tantas y tantas ideas y bocetos mentales como para convertir a esta pujante y fértil Provincia en un gran hermanamiento de pueblos y ciudades que implanten una verdadera globalización al interno.
Discutamos algo menos las situaciones políticas y actuemos más sobre nuestras posibilidades de desarrollos creativos.

Artículos relacionados

¿Guevarista, por dónde?

Mientras el Ché Guevara junto a Fidel Castro nacionalizaron las principales empresas norteamericanas asentadas en Cuba, como la United Fruit Company o la Texaco , el gobierno de la revolución ciudadana – presidido por Rafael Correa – ha entregado varios campos petroleros a la empresa privada, ha cedido el campo Sacha a PDVSA; así como el importante campo Pungarayacu – por 30 años – a la empresa gringa Ivanhoe, reeditando el entreguismo neoliberal del pasado.

Mientras Fidel Y El Ché defendieron con las armas la soberanía de Cuba ante el ataque e invasión militar de EE.UU. en 1962, Correa fue incapaz de criticar frontalmente al gobierno de Washington, por haber sido cómplice del aleve bombardeo colombiano que violó la integridad territorial del Ecuador.

No hay comentarios

  1. Señor Yturralde,

    Le felicito por su manera de pensar, .. Soy Ibarreño, serrano, pero siempre he concordado con el empuje guayaquileño, y sobre todo con ideas como la suya: hacer de un inconveniente, una gran oportunidad de desarrollo para el futuro.

    Le comento ue en la misma línea trabajo desde mi ciudad, con sugerencias al Alcalde de Ibarra, quien ha sabido acogerlas y ejecutarlas, dando cada vez nuevos servicios esta ciudad.

    Pienso que esa es la manera en que podemos aportar todos, .. con un diálogo y sugerencias enmarcadas en el respeto, aún con el Señor Presidente, con quien discrepo, pero quien pienso, tendrá que escuchar, a alguien que se dirija a El, con la razón, dentro de un correcto diálogo entre mandatario y mandante.

    La razón no pide fuerza ni necesita ofensas, .. es.. y punto.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

×