Imposible comprenderlo, menos aceptar, la gran ofensa de la que es víctima el Magisterio nacional y digo el Magisterio, porque lo que se hace a un miembro debe dolerle a todo el gremio.
Subleva ver como fueron llevados a la P.J por “un piquete de policía “a dos maestras, dignas Rectoras de colegios, por “cobros indebidos de matriculas” “cuando ésto está prohibido por orden ministerial” según el Fiscal.
Tal ofensa no la podemos concebir, al ser tratadas en flagrante atropello a las normas constitucionales legales, sobre el uso de la fuerza pública “Art. 61 para la aplicación de las medidas cautelares”, de la Constitución en vigencia.
Además que hay una Ley de Educación, a la que esta sometido el Magisterio.
¿Qué pasa con las autoridades educativas provincial del Litoral y/o quien como directrices su primer deber es salvaguardar la dignidad de sus dirigidos y menos permitir que traten a los maestros/as como delincuentes.
Lo sensato hubiere sido, notificarles por escrito las sanciones que van desde las amonestaciones oral y escrita correspondiente en la ley de educación, o en un acto de mutuo respeto, citarlas al despacho de La Dirección.
Y si el asunto es de mayor gravedad, levantar un expediente ante el Departamento jurídico de la misma.
Luego de ésto viene mi pregunta: -¿Qué puede hacer un/a director/a desesperada sin tener dinero ni siquiera para la tiza, o para una escoba, menos aún para arreglar el techo, las bancas/o computadoras y, más que eso, contratar profesores para completar el personal para su colegio, etc, etc?
Hay que vivir esta realidad para saberlo, soy maestra forjada en el estamento fiscal, como tal “he bebido la cicuta” del abandono y la miseria en la que se debate.
Se lo que significa tener los servicios higiénicos de la escuela dañados y sin fondos para pagar un gasfitero, las bancas escolares rotas y sin que nadie responda ante esa carencia. Qué duro es no contar ni con papel en el escritorio, menos papel higiénico-lo cual es un lujo tenerlo en una escuela fiscal-
Y sé, porque fui maestra directora fiscal, oír cada año el “canto de sirena” que por ser tal, sabía que era ficticio y de engaño, igual que ahora, hablando de “educación gratuita”.
Y sé que solo la capacidad y valentía de el/la director/a para con autogestión producir fondos, logra la subsistencia de su escuela o colegio.
“La autogestión”, como medio de subsistencia está contemplada en los cánones de los conglomerados sociales-humanos y, por ende, en la escuela fiscal “gratuita”, dentro de una racionalidad de no caer en el abuso, considerando las limitaciones de sus contribuyentes quienes deben cooperar desde las posibilidades de cada uno de ellos, eso sí todo con un rendimiento de cuentas minucioso
Aparte, que la autogestión en la educación está considerada desde el punto de vista didáctico formativo en los alumnos, como un elemento de cooperación y autofinanciamiento, tan importante en la vida práctica.
Cuando en la directiva del grado o consejos estudiantiles se elije un tesorero, ello tiene connotaciones formativas como: el ahorro, el cumplimiento de un compromiso adquirido, de responsabilidad, etc. Todo depende del maestro/a, para lograr los fines formatrices y objetivos que deben ser señalados desde el principio entre alumnos y maestros, igual que entre directivos del plantel y padres de familia.
Entonces, no hay por qué satanizar, a la cooperación de los padres de familia, en la educación fiscal, la cual es víctima del nomeimportismo de los gobiernos, como otro de los desastres nacionales que vive el Ecuador.
Hoy más que nunca, cuando se sostiene de la mentira, de los “miles de millones de dólares” que, muy flojos de lengua, ofrecen a cada momento en las declaraciones “de emergencia gubernamental” …
!Bravo¡… y luego de los actos a los que alude usted, se pretende que padres y educandos respeten al maestro.
¿Qué clase de ciudadanos estamos forjando?…