Domina en nuestros gobernantes un patrón visceral y rencoroso que parecería responder a cánones políticos e ideológicos. Muchas veces, la rivalidad política puede resultar energizante e impulsar positivamente la acción gubernamental; pero la ideología , por sí misma, sólo ha conseguido en la historia universal atar a los gobernantes de turno y servir como pueril excusa por los errores y torpezas que en nombre de aquella se cometen. No pedimos el abandono de valores y principios filosóficos que sirven para señalar derroteros ; pero de allí al sometimiento dogmático que, por añadidura, las sociedades han visto fracasar y han sufrido sus fracasos, hay una enorme y aterradora diferencia.
Hace medio siglo se fomentaba con tesón la lucha de clases y se gritaba que el desarrollo de la producción , en una sociedad capitalista, sólo se daba a costa de la esclavización de los obreros. Se decía que los medios de producción (las máquinas, entre otros), al acrecentar la productividad del trabajo, sólo servían para reforzar la explotación del trabajador, cuya fuerza laboral era la única que generaba una plusvalía para provecho exclusivo del patrono capitalista. Había, pues, que revertir la relación. Las Universidades latinoamericanas cayeron en manos izquierdistas ; de sus Facultades de Economía egresaban activistas revolucionarios en vez de profesionales liberales académicos. La máquina igualitaria empezó a funcionar y en pocos años sobrevino el fracaso del experimento. No obstante, el patrono quedó estigmatizado y si bien muchos de ellos hacían honor al calificativo de explotadores, pasaron algunas décadas para que impere la racionalidad, dándose paso a legislaciones que supieron articular un capitalismo con rostro humano y responsabilidad social, solidaria y equitativa. En Ecuador, tales ejemplos no nos sirven . Los soslayamos . No los miramos. Y , menos aún, los copiamos . Y nosotros, irritados y desconcertados, nos preguntamos por qué.
La Asamblea pretende que retornemos a los años 60 de la historia acabada de narrar . Ha desempolvado planes comunistoides de cafetín y ha redimensionado la participación de la fuerza de trabajo en la obtención de la riqueza. Carlos Marx (el del siglo XIX ) ha vuelto a la palestra. Y en vez de abrir aún más los caminos que permitan crear nuevas fuentes de trabajo – bajo estricta y lógica regulación – se pretende eliminar, en homenaje al trabajador
ecuatoriano, todos los puestos de trabajo que generaron la tercerización e intermediación laborales vigentes. Detrás de este siniestro plan está el gran sindicalismo y las monsergas estereotipadas de un materialismo histórico saturado de enmohecidas proclamas. Al sindicalismo no le conviene perder su hegemonía sobre los trabajadores .Ni siquiera le conviene la creación de nuevos puestos de trabajo, porque la masa salarial de la empresa ( estatal o privada), al fraccionarse o requerir de nuevos egresos , frena la voracidad habitual de los sindicalistas y enerva sus demandas de nuevas y mayores “conquistas laborales”. Si por ellos fuera, duplicarían sus prebendas y reducirían aún más los puestos de trabajo . La lucha de clases – más de una vez lo he sostenido – ¡ hoy debe librarse entre la oligarquía sindical y la sociedad llana sin empleo !.
Acuerdo País se arrastra hacia el pasado ; mas, en un último discurso presidencial se ha dicho inesperadamente lo que suena a blasfemia política e ideológica, para desconcierto de muchos de los alzamanos de Montecristi : ¡ “ los contratos colectivos del sindicalismo público serán revisados ”!. ¿ Qué explica este gesto con el que Correa ha ganado aplausos de la ciudadanía sensata ? , ¿Bastarán estos aplausos para que vayamos a la revisión? ¿ Dónde ha quedado el golpeteo y la alharaca de la explotación patronal ? ¿ Qué va a pasar con la fuerza de choque emepedista, enquistada en el sindicalismo público ? ¿ No se decía, acaso, que las “conquistas” sindicales apenas compensaban la explotación patronal ? ¿Se pretende que olvidemos que esos contratos colectivos, pese a ser legalmente celebrados, fueron vergonzosamente concertados mediante la dilapidación de fondos públicos ? Veremos qué pasa. La lucha de clases recién comenzaría. ¡Bienvenida !
Excelente artìculo, pero se ha preguntado Ud. y la ciudadanìa quienes son estos alzamanos, a los que Ud. hace alusiòn, que son parte de la mayorìa de la Asamblea de Montecristi.Sencillamente son manipulados por los mismos de siempre, los de toda la vida, son un puñado de vagos, que ahora se hacen llamar de «corazones ardientes y manos limpias», que usualmente se cambian de camisetas y utlizan un nuevo slogan, que han militado o son afectos,como dice el pueblo «estan siempre tapiñados» en los diferentes Partidos Polìticos, la gran mayoria siempre ha usufructuado del poder con prebendas, contratos, cargos pùblicos para sus alza manos, agnados y cognados, etc.,tienen mucho poder econòmico,pero no se hacen llamar pelucones y en otros casos, han chantajeado a los gobiernos de turno desde el Congreso. Pongan mucha atenciòn, porque «Los Sociolistos-comunistoides» que alzan la mano izquierda y cantan Patria Tierra Sagrada,visten con trajes italianos, usan perfumes Oscar de la Renta, Channel number 1, Chisthian Dior, Paco Rabanne, utilizan un vehìculo 4×4 importado y comen con la derecha, en los lugares a los que ellos llaman para la burguesìa ò lo que es lo mismo para pelucones de Guayaquil, acostumbran a hospedarse, almorzar, cenar ò reunirse en los Hoteles 5 Estrellas,como el Oro Verde o en el Howard Johnson de Manta; otros tanto, son una tarea de holgazanes, aprendizes de intelectuales, que usan la misma retòrica,»siempre hablan de la larga noche neoliberal,de los pelucones,la vieja partidocracia, etc.», en los que se incluyen traficantes de tierras, ganapanes, frustrados, resentidos sociales sobrevivientes del Huasipungo, tirapiedras,acomplejados,que han estado enquistados en los Movimientos Sociales, en los movimientos estudiantiles, Universidades, Magisterio, gremio del transporte, etc., por eso aflora en estos un revanchismo enfermizo en contra de los sectores productivos, de Beneficencia y en general de las Instituciones Guayaquileñas, estàn en contra de todo lo que es progreso, en contra de aquellos sectores que generan producciòn, riqueza y trabajo, engañados como estan por las falsas promesas de su famoso Socialismo del Siglo XXI, al puro estilo Chàvez, quieren acabar con todo lo bueno,como dice el vulgo, «SON CONTRERAS, ESTAN A FAVOR DE LOS QUE ESTÀN EN CONTRA Y EN CONTRA DE LOS QUE ESTÀN A FAVOR» quieren acabar con todo aquello a lo que no han tenido acceso, no por culpa de la sociedad, si no por culpa de los malos gobiernos de turno,de los cuales formaron parte sus mentores, congèneres, amigotes, agnados y cognados. Carajo!,reclàmenle a ellos, por què al pueblo llano nos endosan una deuda que no es nuestra, por què ofenden a la dignidad humana, porquè quieren que la delincuencia acabe con la vida nuestra, por què ya no quieren que se invoque a Dios en la Constituciòn, etc.
Por eso, PUEBLO EN GENERAL, todos «pelucones y no pelucones»,debemos estar atentos y tener presente las palabras del Viejo Luchador, Eloy Alfaro Delgado, quien sentenciò: «Los hombres indiferentes a la desventura de la Naciòn, aunque sean privadamente laboriosos, son los auxiliares inconscientes de las desgracias y corrupciones de los pueblos. Su indiferencia los vuelve aliados tàcitos de los tiranos y, con su pusilanimidad se convierten en instrumentos pacìficos, prontos a protestar contra los esfuerzos del patriotismo, que en uniòn del tirano, contribuyen a sacrificar. !Obreros de la regeneraciòn, perdonad a esos desgraciados que no saben lo que hacen!
GARIKOITZ