El separatismo en el Ecuador es, por ahora, un absurdo. Y no lo digo para sortear el enjuiciamiento que podría sobrevenir por una rebuscada apología de esa figura penal , sino porque no existen argumentos válidos para llegar a una separación , ni aún bajo la hipótesis de que pudiera consumarse por convenciones o acuerdos. Digámoslo claro: el separatismo es el grado extremo de reacción contra el centralismo y es parte de las acciones que animan a toda sociedad. El centralismo responde a una política perniciosa que ejecuta acciones carentes de equidad y representa una perversa antítesis del separatismo ; pero ninguna legislación se ha encargado de tipificar al centralismo como un delito, pese a los destructores e invaluables daños que ocasiona. La reacción contra el centralismo, sin embargo, tiene grados : comienza con la desconcentración ( usualmente una artimaña centralista) , pasa por la descentralización camino a la autonomía y, de acuerdo a las circunstancias , culmina con la separación . Pero no lo olvidemos : son reacciones que responden generalmente con proporcionalidad a las agresiones cometidas por el centralismo.
El centralismo se ha dado mañas para afianzarse en el poder, a través de una retórica adoptada sin tapujos por corrientes doctrinarias que también tienen grados : desde el falso nacionalismo hasta el totalitarismo autocrático comunista , emulado hoy por ese engendro bautizado como socialismo del siglo XXI . Se está magnificando en el Ecuador, hasta rayar en el abuso , el miope concepto del acierto gubernamental , de la ejecución directa , de la contratación a dedo , de la creación de riqueza por parte del Estado con prescindencia de la empresa privada, mintiendo con puerilidad al afirmar que nuestra Patria ya es de todos.
Todo lo expresado generará la caída estrepitosa del sistema , porque se exacerban las facultades decisorias en todos los ámbitos de una administración cada vez más obesa que, instalada en la ciudad capital , cree torpemente en sus virtualidades y recurre a la concentración del poder y a la centralización de recursos . Es un círculo viciado por la ignorancia voluntaria de los preceptos democráticos que pudieron habernos convertido en una nación pujante y unida , ahora sometida al servicio de grupos exaltados que saben muy poco y aprenden muy mal , y al de una inflada burocracia que opera en perfecta simbiosis con los grupos oligárquicos capitalinos.
No deberá asombrarnos, entonces, si más adelante descubrimos esa misma exacerbación independentista o separatista , orientada en dirección opuesta al centralismo y acusando a éste de traicionar ideales de justicia social y económica. La Historia está llena de estos procesos : Bosnia, Kosovo, Irlanda, Chechenia, Santa Cruz, cada uno con sus propios argumentos, son muestra incontrastable de la ninguna eficacia de leyes punitivas promulgadas contra el separatismo. Nuestra vanagloriada separación de la Gran Colombia es una más. En su momento, creímos tener una identidad propia como ecuatorianos y optamos, como Venezuela, por un separatismo que hoy, según Chávez y el mismo Correa , otorgaría a Colombia (irónicamente a Uribe) el derecho a reclamar la reintegración de la Gran Colombia. Y en el plano de las digresiones, ¡cuántos monumentos deberíamos echar abajo si esta ridícula visión prosperara! En su reemplazo emergería un nuevo urbanismo profusamente decorado por vendedores ambulantes asentados en basurales . Ya nadie se atrevería a afirmar que las FARC y sus campamentos narco.-terroristas están violando soberanía territorial alguna. Estarían en casa. Y nuestro escudo nacional ya no requeriría de idiotas discusiones : habría desaparecido con todo y cóndor. El descalabro ya sería de todos, compañeritos.
Volviendo a la objetividad , reitero que cualquier separatismo en el Ecuador es inapropiado y que los regímenes autonómicos siguen siendo la mejor y única opción para vivir en una diversidad relativa que nos complemente e integre. Tras afirmar que la penalización del separatismo es tema específico de un Código Penal, atendido y revisable por un Congreso, y no de una paranoica Constitución Política redactada bajo el influjo del intervencionista Chávez ( a quien , parafraseando a Santo Tomás, no hay que creerle ni cuando dice la verdad) , creo que la proyectada norma constitucional que condena penalmente al separatismo, no es más que un nuevo ardid para asegurar la agudización del centralismo que viene degradándonos por décadas y que hoy el “experimento” socialista se propone consolidar. Hasta que un buen día nos deshagamos de él.
Hay mucha timides, falta de valentia, aguas tibias. en esto de la INDEPEBNDENCIA de Guayas.
De una vez por todas salgamos de la bota de los andinos que nos aprisiona,
Estamos invadidos de andinos interioranos. Y gobernados por los mismos andinops de la burocracia quiteña.
Guayaquil debe de ser libre, independiente, otra republioca.
Note cuantos paises unos mas chicos y otros mas grande son mas importantes que todo el Ecuador.
lA COLUMNA NUMERICA SON DE KILOMETROS CUADRADOS
2 MONACO
80 HONG KONG
300 MALATA
2600 LUXEMBURGO
9300 CHIPRE
10452 LIBANO
13930 BAHAMAS
20000 GUAYAS
20100 ESLOVENIA
22145 ISRAEL
30300 BELGICA
33800 PAISES BAJOS
36200 TAIWAN
41290 SUIZA
43100 DINAMARCA
43400 ESTONIA
Ahi Guayas con sus 20000 kilometros cuadrados.
Hay que apuntar alto: INDEPENDENCIA TOTAL. GUAYAS SI PUEDE.
No soy quién para criticar los anhelos de una persona o de una comunidad: «Clarin Hacker» tiene derecho a pensar y a desear lo que quiera, yo lo apoyo. Eso sí, resulta el colmo de facilista y de poco sensato comparar realidades tan disímiles como las expuestas. En custiones científicas, transpolaciones como estás con las que hacen dudar de la capacidad de sus autores.
USA es un país federado, aún es rico, Brasil, también es federado y contiene un pueblo pobre, Canadá es es centralizado y su pueblo es muy rico, Ecuador es centralizado y su pueblo «toca» la miseria
el cuento de la descentralización solo sirve para ocultar la incapacidad de la clase «dirigente» de elaborar un plan de desarrollo unitario del país.