Divertida, ligera, real, son varios de los epítetos que podemos trasmitir al público sobre como otros sectores de ese mismo público han calificado esta telenovela de producción nacional. Encierra la confrontación intelectual y de valores que vivimos. Encierra un mensaje de desvalor de ciertos comportamientos humanos y categoriza negativamente a ciertos sectores reales de la sociedad, creando un fantasma de negativismo sobre personajes que representan también nuestra realidad social y económica.
La existencia de un personaje dueño de empresa que se caracteriza por al infidelidad y en cada amante ellas procrear hijos y que no es otra cosa que la personificación de la idea de muchos ecuatorianos que se han creado un personaje falso, que el ejecutivo de alto nivel y perteneciente a clases altas económicas, realmente es un vago dedicado a la vida libertina. Mientras que atrás tiene al infatigable hombre de clase baja, (Soto) medianamente capacitado que es quien realmente administra el negocio.
El hijo que es una segunda hoja de lo mismo pero que por haber nacido en medio de la opulencia además es dañado y negociante, mujeriego, artero, trasmutación de una irrealidad, porque este es otro estereotipo, otra imagen de lo que mucha gente piensa y es el concepto que se ha formado en el medio sobre los hijos de quienes ocupan determinada posición económica, que definitivamente no corresponde a una realidad integral.
Los empleados abnegados que entregan su vida al trabajo sin reclamar, con malos sueldos, siendo la amante del jefe la misma secretaria que pertenece a la misma clase social que el hijo ilegitimo del dueño del canal, hace ver que lo bueno esta en esa clase y que todo lo malo esta en la media y en la alta.
No entrega sino unos pocos personajes de clase media, que tienen un papel denigrante, como ser Nader, la Cococha (divertidísima), pero por circunstancias como estudios colegios, amistad infantil se sitúan junto a las personas de alto nivel, pero que realmente no son parte del carro del triunfo, que lo guiaran únicamente los que pertenecen a la clase baja representada por el Cholito, los empleados del canal y el círculo de amistades que además engendran todo lo bueno (opuesto a los dueños del canal) y en los momentos malos también representan la pureza y la lucha infatigable por lograr una condición de vida mejor.
No critico el libreto que marca personajes existentes en nuestra sociedad, pero que no son lo común ni la totalidad. Más bien se ha resaltado ciertos vicios cargándole la mano a un sector mientras que se ha tratado con mucha benevolencia a otro. Esto me atrevo a afirmarlo porque en mi vida he transitado por las tres clases sociales y realmente me encontrado con porcentajes similares de delincuentes, farsantes, mentirosos, oportunistas etc, en todas ellas. Con el único diferencial de la forma en la cual hacen las cosas, por el nivel cultural, educativo.
Una realidad incuestionable parece que si la marcan los políticos, creo que ahí si la excepción es prácticamente nula, incluyendo a todos, los niveles de inmoralidad en todos los sentidos marcan a esta clase y de ahí el porque estamos en la posición que se encuentra el país.
El personaje central “El Cholito” pretendiendo ser inocente, encuentro que lo que le falta es educación y oportunidad porque el momento en que comenzó a conocer otro tipo de vida la aprovecho y dejo de lado su pretendida inocencia y que todo se trataba de falta de la oportunidad de ser. Me parece un buen ensayo costumbrista, pero que exacerba los ánimos en esta pelea en la que nos ha metido el señor Presidente Correa, la de la lucha de clases que antes no la teníamos y desde esta fase de la vida política se ha hecho tan evidente que en la calle se siente el odio en este sentido, evidentemente lamentable porque da pie a que se den situaciones antes desconocidas en nuestro país.
Creo que se le está dando al tema más importancia de la que tiene. Si bien una novela puede generar ciertas identificaciones de estereotipos de nuestra sociedad, no pasa de ser eso, una novela que solo puede mostrar la faceta que al argumento le interesa presenten los personajes.
De todas maneras, refiriéndonos un poco a los personajes, veo que han presentado tanto al ladrón de cuello blanco, como al ladrón de barrio de la esquina; al mujeriego empresario, y al mujeriego pobre (el camarógrafo); por supuesto cada uno sumergido en las limitaciones de su mundo, para unos sociales y para otros económicas. Y además muestra el oportunismo, que es quizás uno de los peores defectos del hombre.
Sin embargo, no le lancemos a la pobre novela parte de los problemas y grandes diferencias sociales, que hoy en día se han remarcado. Por favor, al César lo que es del César.
Para Luis Neira: Tu opinión es una clara contradicción. Primero dices que el articulo no refleja la realidad de la novela. y después das a entender no hay que ser hipócritas y criticarla por que si refleja la realidad… En que quedamos? Si refleja o no refleja la realidad social del Ecuador la novela? o Peor aun… a base de repetir la misma mentira una y otra ves terminan convenciendo a los televidentes que es verdad? Lo terrible de esto es que la novela si refleja una verdad: como la gente esta juzgando hoy como sociedad. Y la conclusión de un clima social asi sera catastrófica donde habría anarquía y después nuevamente se consolidara todo el poder en muy pocas manos que no seran nada pacificas y benevolentes.