22 noviembre, 2024

La libertad y los símbolos patrios.

¡Libertad! – ¡Independencia! Son los términos usados este día, para recordar la batalla del 24 de mayo de 1822, con la que se selló la emancipación del Reino de Quito-hoy Ecuador que no fue sino la culminación de un proceso libertario comenzado con las ideas precursoras de Espejo a finales del siglo XVII y toda esa pasión arrolladora y heroica por la libertad americana empujada desde Carabobo, Boyacá y Bombona, en el siglo XVIII por Bolívar, el díos de la libertad de América.

Era la época de las independencias en América; en Ecuador, Guayaquil hizo la suya en 1820, con próceres guayaquileños, encabezados por José Joaquín de Olmedo, más los tres soldados venezolanos.

Fue ésta la primera ciudad que ve la luz libertaria en Ecuador, toda una estrella rayando el cielo de Guayaquil y de aquí subió 2 años después a los Andes hasta el Pichincha, llevada por Antonio José de Sucre, enviado por Bolívar, que bien hubiere querido ser él quien empujara los carros de la guerra, pero no podía dejar Colombia, donde luchaba por su independencia.

Y lo hizo Sucre con huestes formadas por gente en nuestro Litoral con todo un ejército que rubricó ese mayo con sangre de héroes en las gloriosas páginas de esa historia libertaria que, a más de estar escrita en páginas, se la perennizó en nuestros símbolos patrios:

Nuestro Himno Nacional uno de los mejores del mundo cuyos versos al cantarlo rememoran la historia de la libertad ecuatoriana.

El Escudo Nacional, donde cada signo, figura o color tiene un referente representativo de nuestra Patria, sello de identidad nacional y, sobre todo, símbolo de nuestra raza mestiza de arriba en los Andes o abajo en el Litoral con el barco en el río Guayas indicativo del comercio y navegación con la verde selva oriental. Reafirmados los vestigios culturales por el díos sol de nuestros antepasados; todo descansando en un haz de armas, símbolo de la lucha patriótica, más la bandera tricolor pendiendo a los costados, con dos ramas de laurel y olivo, significativos del triunfo y gloria de nuestra gesta libertaria y encima, en actitud de vuelo inalcanzable el cóndor, significativo de fuerza libertadora del yugo español.

Ese es nuestro escudo de armas, uno de los símbolos patrios, igual que el himno nacional y la bandera que aprendimos a amarlos y respetarlos desde niños, luego como padres y maestros enseñamos a nuestros hijos y alumnos a ver en ellos a la Patria.

Símbolos a los cuales, en estos momentos de veleidosa locura asambleísta, quieren hacerle escarnio, planteando cambios y profanos a uno de ellos.

Y sin que ésto suene a amenaza, repito algunos versos del himno nacional, para que se abstengan de hacerlo. “nadie intente arrancárnosla ahora. Ni nuestra ira excitar vengadora quiera necio y audaz contra si…….”(los ecuatorianos sabemos el resto).

Estando segura que si viviera el viejo luchador Alfaro, quien oficializó nuestro escudo en 1900, sería el primero en levantar su espada indignado gritando a rebelión a todos los ecuatorianos, para defenderlo.

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Creo que la historia viene bien en esta época de inundaciones, de un invierno que algunos funcionarios del gobierno actual declaran como “normal,” y que, por lo tanto, no les otorga justificación alguna para que, después de más de cinco años de gobierno y con tanto dinero invertido, los tome desprevenidos, sin las obras previsibles y produzca las inundaciones, deslaves y otras desgracias que están asolando a este ya sufrido pueblo ecuatoriano.

No hay comentarios

  1. LA FELICITO POR SU BRILLANTE ARTICULO, ESTOY INDIGNADA POR LA PERVERSA INSINUACION DE QUERER CAMBIAR NUESTROS SAGRADOS SIMBOLOS…TODO LO QUE HACEN ESTAS PERSONAS QUE POR DESGRACIA ESTAN EN EL PODER NOS QUIEREN DESTRUIR SU ODIO ES TAN PATETICO QUE DEBERIAMOS PONERLE UN STOP…EL ALCALDE DEBE LO MAS PRONTO POSIBLE PEDIR QUE SALGAMOS A
    LAS CALLES HA DEFENDER A NUESTRA QUERIDA CIUDAD,

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