21 noviembre, 2024

Los nuevos símbolos patrios

Claro que la propuesta fue retirada, antes de que llegue a ser planteada y evitar, así, el aumento del caos ideológico gubernamental. La ironía popular, sin embargo, hizo de las suyas imaginándose, alegremente, los cambios posibles en el escudo, la bandera y el himno. El chivo, el cuy, el gallinazo, una torre petrolera, el mono, el algarrobo, la marihuana, la concha spóndylus hicieron residencia unos minutos en los lugares del escudo nacional, de donde fueron desplazados el Chimborazo, el Guayas, el cóndor, el caduceo por la ignara intemperancia gladular… Para mi resultaba simpático una bandera con los colores de Alianza País y 80 pares de manos alzadas, al unísono, del grito imaginario <¡Siempre listos!>. Pero valga de referente para estar claros que la improvisación no puede ni debe ser aceptada para definir las grandes directrices de la administración de un Estado. No hay que olvidar que, por ningún motivo, además, es un caso aislado.

Está aquel de que la “satisfacción sexual femenina”, convertida en derecho social público, sea incluida en el articulado de la Constitución. ¿Es que los traumas personales deben convertirse, por los plenos poderes de la Constituyente, en nacionales? Pero también es una joya eso de declarar que el Ecuador es soberano en el territorio del cual es propietario, pero “especialmente” en el área de los hidrocarburos. Maravilla de las maravillas… ¿Sabrán estos filósofos de la mediocridad qué significa, en verdad, la soberanía? Para algunos ciudadanos les resulta extraño, asimismo, eso de “lo geoestacionario” que le pertenece a Ecuador y por lo cual, como expresaron, “parece que hay interesados en la Asamblea en que el país cobre, por paso o estacionamiento de los satélites artificiales, en lo que le corresponde de línea ecuatorial”. Lo interesante es que este “uso espacial” quede integrado constitucionalmente, teniendo en cuenta, tal cual indicó, muy entusiasmado otro asambleísta, que “sería la única Constitución del mundo que lo tendría”. Al parecer, en todos los países con excepción de Ecuador, son tan tontos que no se han percatado de esta “necesidad”.

Tal cual puede apreciarse, la búsqueda de una sociedad nueva, solidaria y participativa cedió, y muy rápido, ante el juego del protagonismo y el arbitrio de la “originalidad”, confundiendo ésta con cada cambio profundo, para fácilmente escamotearlo. Originalidad que resulta casi siempre calco y copia de normas legales extranjeras y de sociedades diferentes a la nuestra, tal es, por ejemplo, el famoso descanso masculino pre y post parto para que “el padre tome amor por el hijo”. ¿Sicología barata de shock emocional que desconoce, en estos tiempos, el proceso social de valores normativos de la dinamia de la sociedad? El gran paraguas de las verdades a medias cubre y protege la gran feria de las vanidades ideológicas de la Asamblea Nacional! ¿Pero cuánto ha costado a la sociedad ecuatoriana? Costo social. Costo económico. Costo moral. Estuvimos, estamos y estaremos contra los Congresos compuestos por ganapanes profesionales, tengan la ideología que tengan. ¿Qué decir, entonces, desde esta perspectiva política, de la actual Asamblea?

¡Qué pérdida de tiempo y de esperanzas! Igual o peor que muchos Congresos anteriores. En términos de realidad socioeconómica no es más que atraso productivo. Detenimiento, incluso, de la expectativa tecnológica y del avance social! O sea, obstáculo para el desarrollo nacional. ¿Cómo es posible que haya que paralizar un sector productivo, la minería es un ejemplo vivo, para conformar una ley cuyo objetivo es normarlo? ¿Dónde están las transformaciones profundas ofrecidas con tanto bombo y platillo, sinónimo de panacea de la justicia, de la alimentación, de la salud, de la educación? ¿Dónde están los cientos de miles de puestos de ocupación laboral para los ecuatorianos? ¿O debemos contentarnos con ser un Estado tercerizador (ahora que está prohibido) y coyotero de la venta de fuerza de trabajo nacional, para el desarrollo especialmente de España? ¿Para qué una mayoría, en dependencia de la moderna partidocracia en crecimiento, cuya suma, por cuantificación y acumulado, es igual a cero? (Amigo lector: hable con su vecino de oficina o de casa, reflexione y tome posición…)

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  1. Estoy completamente de acuerdo con todo lo dicho por Marco Arteaga. Lo que confirma que no es la ideología o la religión la que crea dicordia, sino la «idiotez». En esto último son abanderados los Srs. Asambleístas. Pero creo que mas allá de conversar con el vecino, ahora sí que la gente que piensa debe hacer una alianza e impedir que esta payasada de constitución sea aprobada por el pueblo ecuatoriano. Yo me anoto, con tristeza, por que aspiraba algo mejor del Presidente. Saludos, Karyna.

  2. Estoy completamente de acuerdo con todo lo dicho por Marco Arteaga. Lo que confirma que no es la ideología o la religión la que crea dicordia, sino la «idiotez». En esto último son abanderados los Srs. Asambleístas. Pero creo que mas allá de conversar con el vecino, ahora sí que la gente que piensa debe hacer una alianza e impedir que esta payasada de constitución sea aprobada por el pueblo ecuatoriano. Yo me anoto, con tristeza, por que aspiraba algo mejor del Presidente. Saludos, Karyna.

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