La nueva campaña

Aun no concluye la Asamblea Constituyente la elaboración de la nueva carta fundamental, acto para el cual fue convocada, eje central de la campaña del actual presidente. Gran esperanza del pueblo ecuatoriano para obtener lo que alguna vez le ofrecieron: pan techo y empleo, o dicho de otro modo: vivienda popular, trabajo, o jama, caleta y camello. De todas estas formas le han ofrecido al pueblo lo mismo que ahora le han ofertado con renovada furia mediante una constitución.

Lo que nunca se dijo es que los artículos que se están discutiendo no les van a dar ninguna de las tres cosas, sino que se trata de un ordenamiento jurídico fundamental para que un grupo de políticos de nueva generación tenga la oportunidad de llevar al país por el camino que ellos han esbozado como la gran solución. Esto es, que una minoría organizada, como son todas las agrupaciones políticas, va a dirigir al país hacia un sistema que ellos consideran el correcto, así como lo hicieron anteriormente otras minorías organizadas que convencieron a la mayoría votante para que confiara en ellos por una promesa que terminaron incumpliendo a lo largo de muchas oportunidades.

La cuestión esta en que las campañas que se han realizado hasta ahora, siempre han estado plagadas de imprecisiones que llegan a convertirse en falsedades, de una forma u otra han estado construidas sobre la base de la conveniencia de lo que se necesita hacer a oír las masas para conseguir su voto. Eso ocurre hoy, el slogan utilizado por el gobierno en su campaña de publicidad permanente es una imprecisión que se ha convertido en falsedad. Esta circunstancia ha engendrado mucha esperanza y una imagen falsa de la realidad nacional.

Esta campaña que viene se esta sustentando sobre una base forjada, porque lo que se anuncia no es real, existen muchas diferencias entre ecuatorianos, se ha creado ciudadanos de primera clase. Idealmente, el pertenecer a una determinada clase social se ha convertido en un INRI en unos casos y en una aureola que perse convierte en superior a quien exhibe una condición social real o forjada. Pero el ser o hacer alguna labor, tener tal o cual apellido ya es de entrada ventaja o desventaja.

Es incuestionable el carisma del Ec. Correa, que su sola presencia hace que se muevan las masas y las lleva hacia el camino que presenta como el apropiado para el país, sin tomar en cuenta que si bien es cierto que su votación le permitió llegar al poder, pero no fue la mayoría del país la que voto por él si bien obtuvo la mayoría de votos de los que se presentaron a votar, pero no la mayoría de votos de los ecuatorianos en capacidad de votar lo que significa que recibió el voto de una minoría organizada. Esto es lo que preocupa, que se vaya a imponer una constitución con principios o criterios que realmente llenan y convienen a una minoría, pero ajenos a la mayoría de ciudadanos del país.

Necesitamos una transformación pero esta tiene que responder a la realidad social y económica de nuestro país, de sus habitantes, el camino no es imponer a la mayoría un sistema que no responde al sentir mayoritario. El pobre al que se refieren los discursos de los salvadores de la patria, tiene normalmente una casa de invasión en algún sitio cercano a las ciudades, han dejado abandonado el campo en donde tienen pequeñas fincas en las cuales trabajan fines de semana o entre semana pidiendo permiso en sus trabajos en la ciudad. Los que no son tomados en cuenta son los miembros de la clase media que no tienen casa en un sector marginal, tampoco las cinco mas o menos hectáreas que sirven para el arroz o el banano. A estos sectores es fácil arrastrar a un engaño, la propaganda correcta hace que se lleve como borregos al matadero a quienes llenos de esperanza siguen una idea repudiada en principio pero que se convierte en tabla de salvación para quienes si realmente no tienen nada sino esperanza que se vera defraudada por una buena propaganda y una verdadera mentira.