Del 30 de mayo al lunes 2 de junio presté mi contingente como observador internacional del referendo pro autonomía que se dio en Beni, departamento del oriente boliviano. La consulta se celebró para que la ciudadanía apruebe o niegue la institución de un estatuto autonómico en esa región, tal como ya gobierna uno a Santa Cruz de la Sierra. El “SÍ” en favor del Estatuto Autonómico del Beni lleva la delantera con más del 70% a favor.
Ardua tarea fue esta la de ser observador, considerando que me presté para ir con todo gusto a las zonas más conflictivas donde indígenas cocaleros y andinos causaron disturbios evitando que muchas personas de poblados alejados a la capital del departamento, Trinidad, puedan sufragar con tranquilidad. Lo cual originó ausentismo en la votación del pasado 2 de junio.
Para que estén más al tanto y contrasten las informaciones a las que hayan accedido para conocer qué mismo pasó aquí, les pongo una lista de hechos que constaté y que me parece deben ser conocidos por todos aquí en esta columna:
El Beni es un departamento del oriente boliviano. Se encuentra situado al norte de Santa Cruz, y su extensión (213.564 Km2) es casi superior a la de Ecuador entero.
Las carreteras de este departamento dependen exclusivamente del Gobierno Central (Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda). El estado de gran parte de la red vial es deplorable. Las vías importantes para transporte y comunicación dentro del departamento no están siquiera asfaltadas. Son caminos de herradura. Esto explica el por qué todos en este departamento utilizan vehículos de tracción a las 4 ruedas.
Igual que en Sta. Cruz, la mayor cantidad de servicios públicos son prestados por cooperativas constituidas por benianos (gentilicio de los nacidos en Beni), pues el Estado Central no tiene presencia más que en membretes y letreros en este lugar. La usencia de políticas e inversión estatal en infraestructura explica también el por qué este departamento es el primero en pobreza en todo Bolivia, por su elevadísimo nivel de necesidades básicas insatisfechas.
Es una zona altamente ganadera y agrícola. Volar sobre el Beni –como en efecto lo hice- es sobrevolar tierras fértiles y sin elevaciones de ningún tipo. Es impresionante como en kilómetros a la redonda no se ve ni una loma siquiera. Lo que se ven son bosques muy espesos y tierras cultivadas para el comercio interno y externo y para pastoreo.
La gente del Beni es similar a la de Santa Cruz. Gente sencilla, sin poses, muy amante de su pueblo y de sus raíces orientales, parecidas a nuestras raíces montubias en Guayas, Manabí, Los Ríos y El Oro. De hecho su imagen de identificación, como nuestro “Juan Pueblo” porteño en Guayaquil, para cualquier propaganda sea comercial o político en el Beni, es un hombre con el pecho definido y descubierto, con pantalones blancos de algodón, un sombrero de paja o mocora sobre la cabeza y el rostro adusto del hombre del campo. A ratos me parecía estar en Santa Lucía o en Milagro, como en mi Guayas.
La Fuerza Pública boliviana no apoyó en lo más mínimo al proceso electoral del referendo. La consulta popular se realizó con la única participación de los benianos y de policías departamentales (algo así como los policías municipales) que muy ordenadamente votaron en una jornada con pocos sobresaltos.
La división entre líderes políticos y líderes cívicos es muy marcada, y creo yo la fortaleza del proceso autonomista en Bolivia. Conociendo la realidad de Sta. Cruz y ahora la de Beni, puedo ensayar la siguiente fórmula que confío ha dado el éxito a este proceso:
Los líderes políticos (alcaldes y prefectos) tienen intereses partidistas que solo se concretan captando el poder en elecciones. Esto lo saben los electores y no es “pecado” exteriorizarlo entre políticos y medios de comunicación.
Los líderes cívicos tienen objetivos comunitarios, es decir, mediante su trabajo buscan mejoras en la comunidad tanto en infraestructura como en calidad de vida. La fortaleza y a la vez la presión para que sean proactivos, que reciben estos presidentes de comités cívicos, están en un directorio y en una asamblea donde participan todos, realmente todos los miembros de la sociedad de sus departamentos.
Los políticos y cívicos saben que cumpliendo sus objetivos políticos partidistas cumplen su rol cada uno. Mientras los cívicos se empujan unos a otros para que el presidente del comité concrete sus promesas, reclamos y discursos de beneficio comunitario; el político sabe que cumpliendo esos compromisos y exigencias cívicas puede mantenerse en el poder y continuar con el fortalecimiento de su partido.
La verdad sea dicha: la mayoría de bolivianos se ha organizado por más de 50 años para lograr lo que hoy están logrando. Hacer oposición inteligente y ordenadamente a un gobierno que atropella el Derecho y los acuerdos. Puede que no sea legal o constitucional lo que hacen en estos referendos, pero luego haber recorrido a pie, en bus, por avión y en carro particular el Beni, me hago la siguiente pregunta: ¿Es legal y constitucional que esta gente viva en las condiciones que vive sabiendo que pueden y merecen un mejor presente y futuro?
Ya es tiempo que en el Ecuador nos hagamos esta misma pregunta, sin poses, ni divisiones. Creo que Guayaquil tiene la palabra para contestar esta pregunta…
Desde Trinidad, Beni. Bolivia.
El departamento de Beni es mas grande que Ecuador y su Gobierno Central por mas de 180 anios no ha podido hacer de este Ecuador una Nacion rica y prospera.
Las Autonomias es la mejor salida que tenemos para que Ecuador salga de este letargo centralista.
Guayas junto con otras Provincia ya votaron y el Pueblo gano con el si y nadie va ha pasar por encima sobre esa voluntad libre, pelearemos por la Autonomia asi tengamos que morir.