La tragedia ocurrida el pasado 19 de abril en el sur de Quito, en la discoteca Old Factory, ocasionó 19 almas perdidas.
Tragedias así ocurres gracias a la falta de control en los lugares donde se realizan conciertos, como tributos a bandas, covers, o bandas underground. En la discoteca donde se realizó el concierto Gótico, sólo tenía la capacidad de 150 asistentes, y hubieron entre 200 y 250 personas. No había control de armas u objetos relacionados en la entrada. Después de eso viene la pregunta: ¿por qué ocurrió tremendo desastre? Qué ironía que las personas que asistieron o asistían a esa discoteca se hagan esa pregunta si la respuesta está en el mismo lugar.
Me parece tan absurdo que las personas buscando una razón o una “solución” a esta tragedia lleguen a la disque conclusión que es por culpa de la música que estaba siento tocada en el concierto. La música no tiene nada que ver en el accidente que ocurrió. Eso sería discriminar ciertos grupos o preferencias musicales, y eso se debe a la mente cerrada de las personas. La verdadera respuesta a la anterior pregunta es: el descuido y la que mi importancia. La Organización Político-Cultural Diabluma no se ha preocupado por la seguridad de las personas, ellos deberían controlar los accidentes que podrían ocurrir, deberían tener un control real en las discotecas o en los lugares donde se podrían realizar conciertos. Si en un sitio solo tiene capacidad de 150 personas deberían hacerlo respetar, no solo por la seguridad de los asistentes sino también por la seguridad de la misma banda a presentar.
Aunque hayan hecho un homenaje a las víctimas que fallecieron en el incendio de la discoteca Old Factory, las personas ya lo han olvidado, pero no debe ser así. Jamás debe ser olvidado, debe ser recordado tenerlo presente día a día para apoyar más a los grupos y los conciertos, que tengan más importancia a la música a realizarse y a las personas asistentes.
“Ojalá sea el inicio de una convivencia sin prejuicios, que no necesite de una tragedia para aceptarnos como somos”. Dijo un joven en el concierto de homenaje a las víctimas.
Se reunieron más de 7000 personas en el homenaje, y todos creyeron que se iban a encontrar con ritos satánicos, animales muertos, vasos con sangre, trago y marihuana por doquier, pues se equivocaron. Al inicio hubo un minuto de silencio, y luego comenzó el concierto. No con sólo un género de música, sino varios. Asistieron al coliseo Rumiñahui y compartieron esa euforia entre góticos con rockeros, punkeros con metaleros y también padres con sus hijos, guayaquileños, ambateños, quiteños, y en general.
Todo fue bien organizado, como siempre debería ser. También asistieron los familiares de las víctimas. Se alegraron al darse cuenta que el orden y control es una decisión personal.
En realidad espero que el control necesitado se cumpla. Que los locales cumplan con sus permisos, y también que se vaya acabando esa ignorancia y prejuicios de las personas que no saben ver la realidad de las situaciones que ocurren y que se pongan a analizar las razones y las verdaderas posibles soluciones, claro está siempre tenerlas presentes y no dejarlas en el olvido.
sabes nelly tienes toda la razon la gente piensa que la musica es la culpa pero no la gente irresponssable y la poca madurez que hay en el mundo
att:(ya tu sabes quien soy)