Quienes se creen invencibles y se valen de la sociedad para sus “grandes transformaciones”,u ofrecen milagros que la misma sociedad se niega a aceptar, terminan generalmente derrotados y escarnecidos. No es un concepto nuevo: lo dijo, con parecidas palabras, Benjamín Constant en 1814. La Historia se encargó de confirmar estas experiencias que se han dado en todas las latitudes.
Hemos vivido por más de un año una orgía de proclamas y acusaciones escandalosas que no termina de desfogar y que, al contrario, amenaza incrementarse. La verdad no interesa a los actores políticos del momento y no cuenta para nada si se tiene a la mano la mentira que es más impactante, más sugestiva , más poderosa. Será nuestra, entonces, la tarea de repudiar aquello que riña con nuestros principios y nuestra inteligencia, y dar un STOP que nos redima como miembros de la sociedad o , cuando menos, nos dé la satisfacción de saber que no hemos sido engatusados.
Aún bajo el inaceptable supuesto de que hayamos vivido una aventura neoliberal, no es admisible acusar a éste de ser el responsable de las desdichas que padecía el pueblo ecuatoriano hasta la mesiánica llegada de Correa. Analicemos los últimos veinte años, desde Borja hasta Palacio. No veo al primero como neoliberal; siempre despotricó de él . Y por ello Correa logró hacerlo designar Secretario General de un organismo internacional cuyo nombre pocos recuerdan. Consecuentemente, el plazo que examinamos se nos reduce en cuatro años. Si Noboa, por su parte, hubiese cometido el pecado de adoptar políticas neoliberales en su gobierno, su condición de víctima de una persecución no le habría bastado a Correa (sectario como es) para solicitar su amnistía: su pecado neoliberal habría pesado más que su inocencia. ¿Quiénes quedan ? Sixto, Bucaram, Mahuad, Gutierrez y Palacio serían, entonces, los responsables de la larga noche. ¡ Vaya sarcasmo! Sólo el primero completó un período carente de definiciones político-económicas , y para los demás fueron tan cortos sus lapsos de gobierno que nunca habrían podido marcar siquiera una tendencia, mucho menos todo un sistema de gobierno. Entonces , la larga noche se redujo a la nada y resultó ser simple retórica política al servicio de una campaña electoral impregnada de falacias. Además, las noches están para otras cosas, usualmente agradables (bodas, fiestas, bailes, romances, etc.) y no es justo que se emplee el vocablo para denostar de ellas, así porque si.
Pero, además de estas notas cronológicas, ¿ qué mismo es el neoliberalismo ? Desde una óptica filosófica , debo afirmar con el debido énfasis que en toda sociedad humana , ¡ la única realidad que no podemos soslayar sin pecar de ciegos , es el Hombre ¡ El Individuo constituye el punto de partida y el de llegada, la meta misma de cualquier concepción filosófica. Visión irrebatible por su objetividad . El neoliberalismo fue, en su momento, una revolución que sustrajo al Hombre de la pertenencia a un grupo que pretendía prevalecer autoritariamente sobre aquél. Examínese usted : toda su actividad, todas sus vivencias, forman parte de SU experiencia personal; de una experiencia solo SUYA, con usted como eje de la misma. Los sistemas totalitarios hunden al hombre en un total anonimato, aplastado por el colectivismo y contrariando el significado real de los derechos humanos que , en esencia, han sido proclamados para defensa del individuo. La coparticipación en el seno de una sociedad, el respeto a las normas de convivencia, la solidaridad, la no evasión de tributos y, en general, la vida integrada en sociedad , constituyen un compromiso cierto del hombre a favor de sus semejantes; pero no pueden diluir la predominancia de SU experiencia individual. Deviene torpe, entonces, descalificar lo neoliberal, denunciando que un funcionario o un grupo de poder hayan incurrido en actos de corrupción, como si la moral personal de nuestros administradores pudiera ser representativa de un sistema económico de gobierno. ¿Quién garantiza que en este gobierno neomarxista (¡ uff !) estaremos libres de esas mismas o de mayores corrupciones?
El tema se torna grotesco y repudiable cuando, al final, descubrimos que el neoliberalismo, para este gobierno, tiene el rostro de Febres Cordero. Y que es a éste a quien se quiere acosar a pretexto de ideologías. Febres Cordero , desde 1984 , habría implantado el neoliberalismo que nos azota y durante los 20 años que le siguieron, ninguno de los gobiernos habría sido capaz de iluminar la larga noche en que aquél nos sumió. Falsedad histórica. Es triste constatar que a los seres inteligentes que creemos ser, no nos dirige la inteligencia. Por saciar un odio personal se quiere destruir todo un país.