22 noviembre, 2024

El derecho al trabajo y la seguridad ciudadana

El derecho al trabajo y la seguridad ciudadana, son dos hechos perfectamente relacionados y que se constituyen en un verdadero pedestal para el desarrollo y prosperidad de los pueblos del mundo, de aquí se derivan las acciones que cada Gobierno realiza para precautelar el derecho de los habitantes de su país, a disfrutar del trabajo generado por sus instituciones publicas y privadas.

El trabajo fortalece la mente, genera acción y a la vez cansancio, el que se recompensa con una razonable y justa remuneración que permita vivir en forma armónica y decente.

La seguridad ciudadana, parte del respeto que todo ser humano debe tener de las leyes que regular su ordenado vivir, partiendo de que su derecho termina cuando comienza el derecho de los demás.

Por eso, cuando no existe trabajo para todos, sin distingo de clases ni sexos, con remuneraciones de acuerdo con la capacidad y responsabilidad que cada uno debe asumir en el ejercicio de su trabajo estable, se genera la informalidad, casi equivalente al desorden e irresponsabilidad que luego se deriva en pequeños actos delictivos, que poco a poco van creciendo hasta convertirse en un peligro social.

La informalidad en el accionar de los seres humanos, creada por la necesidad que genera la ausencia de dinero para cubrir sus elementales gastos para vivir racionalmente, genera la multiplicidad de trabajos informales, que cuando no existe la suficiente capacidad para pensar en busca de alternativas positivas, se generan las diferentes formas de delincuencia, robos, asaltos y hasta los asesinatos realizados por los sicarios. Trabajadores informales por hechos informales.

Es por eso que existe el controlado ingreso de ciudadanos de diferentes nacionalidades a otro país que no es de su nacionalidad de origen, se exigen requisitos como el pasaporte y la visa, para cumplir con los necesarios requisitos de control.

Europa es un continente viejo y que por su edad histórica tiene una población de edad promedio que supera los 55 años. America es un continente joven cuya edad promedio no supera los 35 años. Nosotros, el Ecuador tiene el 50% de su población que no supera los 35 años y el 25% es menor de 25 años. Estas son razones por las que existe gran demanda de mano de obra en los países europeos, plazas de trabajo que posiblemente ya están agotadas o a punto de agotarse, por lo que sus gobiernos tratan de precautelar las plasas de trabajo que aun les queda para sus conciudadanos.

En Octubre de 1980, cuando daba en Londres una charla en el desarrollo del Congreso de la CICA (Confederación Internacional de Contratistas Asociados) esto es a los colegas constructores del viejo Continente, les decía que recuerden que Cristóbal Colon ya había descubierto America y que ya no los necesitábamos, que no era necesario que vengan a America, que acepten nuestra decisión, de que Ecuador es para los ecuatorianos, que ya estábamos preparados para construir el futuro de nuestro país, en aquella época teníamos casi una invasión de las empresas multinacionales. Hoy en el 2008 son los europeos los que defienden sus plazas de trabajo, para no vivir lo que nosotros ya vivimos.

Los gobiernos en general y el nuestro en particular debe poner todo su esfuerzo en preparar mejor a la juventud y generar fuentes permanentes de trabajo, propiciando y generando inversión, con seguridad y respeto a las leyes vigentes, dando estabilidad a la inversión nacional y extranjera para lograr un desarrollo permanente y equilibrado, con lo cual se combatirá la delincuencia con la mejor arma que existe para lograr el verdadero desarrollo de todos los pueblos del mundo, EL TRABAJO.

Es necesario señalar que para lograr la seguridad y el bienestar, no es necesario atropellar las leyes, lo cual se constituye en un preámbulo de la corrupción, la que ha invadido las actividades públicas y privadas de nuestro país por la falta de actividades honestas y competentes, que no ofrezcan servicios a cambio de remuneraciones por debajo de la mesa, lo que dicho de otra forma significa, crear dificultades para vender facilidades.

Abrir nuestras fronteras en forma indiscriminada, es quitar el trabajo disponible en el Ecuador a los ecuatorianos, lo que significa disminuir las posibilidades de trabajo en lugar de incrementarlas, como fue el ofrecimiento de éste y de todos los gobiernos, en las campañas políticas. No todos los que ingresan sin ningún control son buenos, capaces y empresarios, ingresan también vagos, delincuentes y sicarios.

Ya en todos los niveles, profesionales, empleados de escritorio y de servicio domestico, se siente la presencia de miles de ciudadanos de los países vecinos restando con ello la posibilidad de trabajo a los ecuatorianos, generando más desempleo, corrupción y delincuencia.

NO hagamos a otros, lo que NO queremos que nos hagan a nosotros. Es un viejo refrán que bien puede aplicarse a la liberación de nuestras fronteras y a la migración de nuestros conciudadanos.

Auspiciemos nuestra seguridad, generando y no quitando el trabajo que con mucho esfuerzo ha generado y genera el sector público y privado del Ecuador, para los ecuatorianos.

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