El infiernillo de Correa.

NO señores, no es el Ecuador en el cual estamos obligados a vivir por culpa de un desgobierno que no atina el rumbo hacia donde dirigirse, sino el infiernillo, (celda de castigo), que el ciudadano presidente a punta de combo y martillo derrumbó en la cárcel de Esmeraldas, acompañado por la difusión mediática, que por el espectáculo circense brindado por el visitante de Carondelet, ofrecieron todos les medio de comunicación, a más de la interminable propaganda gubernamental, pagada con dineros que salen de nuestros bolsillos.

Si el tema hubiera quedado ahí, para mí no hubiera existido sorpresa alguna, ya que este mal llamado Gobierno Democrático, tiene por costumbre crear un ambiente de histrionismo para todas las “buenas acciones” que ellos realizan, y a través de las cadenas, mensajes y noticias a los ecuatorianos, vuelvo a insistir, pagadas con nuestros dineros, inundarnos de las mismas, y pretender que a las buenas o especialmente a las malas, como es su tradición, creamos la cantidad de desaciertos que se presentan por los medios antes detallados.

El infiernillo derrumbado, era una celda de castigo de reducidas dimensiones, en la cual, según lo mencionado por algunos internos, en ciertas ocasiones ingresaban a más de ocho reclusos hasta por tres días; mencionado esto, considero totalmente justo que se haya demolido dicha área por atentar a los Derechos Humanos de los reos, que ellos, (los gobiernistas), en estos casos si hacen prevalecer, pero lo que me parece totalmente injusto, absurdo, inadmisible y una tomadura de pelo a todos los compatriotas, es que se ordene que dicha celda se reconstruya un día antes de la visita del soberbio a la cárcel esmeraldeña, para que pueda hacer su gran show propagandístico, ya que el verdadero infiernillo, ya había sido derribado en el mes de mayo anterior, y su majestad no se había servido ni usufructuado de dicha publicidad; La arrogancia ya es de todos!

Es así estimado lectores, como despreciablemente se derrochan nuestros dineros, siendo estos ofensivamente utilizados en mejorar la apariencia del señor Correa y de este desgobierno que están en franco declive, pero como la Patria ya es de ellos, todo lo actuado es justo, correcto, y acorde al nuevo Socialismo del Siglo XXI, si no pregúntenles a los señores asambleístas, quienes en maratónicas sesiones están aprobando los articulados Constitucionales al antojo de Rafael El Soberbio, so pretexto de correr con la misma suerte del renunciado Acosta.

A mi criterio, lo que estaría por darse en estos días, en el sentido de ir acomodando el camino al capricho del dueño de P.A.I.S., para que de una manera apócrifa y mezquina, violentar la voluntad popular depositada por los ecuatorianos en las urnas, que se ejecutarían a través de ciertas medidas que ya están saliendo al tapete en la Asamblea, merece una profunda y especial atención; ya leí en alguna nota periodística, que quieren disminuir de 45 a 15 días el tiempo, para que el T.S.E. convoque a elecciones del referéndum, así mismo, ya se escucha desde algún ministerio, que querrían reemplazar, (presumo a los no obedientes a la revolución ciudadana), a vocales del antes mencionado organismo.

Triquiñuelas como las antes mencionadas, las mismas que tanto despreció su majestad El Soberbio en campaña, y a más de eso, que juró desterrar en su nuevo proyecto político, entiéndase Socialismo del Siglo XXI, se los está cometiendo a diario, en la sucursal de Carondelet, ubicada en Montecristi, pero como insisto, son ellos los que las cometen, con las respectivas aprobaciones que llegan vía fax desde las alturas, todo queda avalado, sacramentado, foliado y en santa paz.

En estos meses debemos trabajar duro por nuestro futuro y el de nuestros hijos, no debemos permitir que un tropel de 80 alza manos nos trunquen el derecho que tenemos al progreso y a progresar, debemos denunciar las artimañas que nos quieren pasar como parte constitutiva del proyecto de nueva Carta Magna, mantengámonos juntos como un solo puño y digamos NO a las barbaridades jurídicas que a nombre de la revolución ciudadana se pretende implantar en el País, el Ecuador NO puede, y NO debe convertirse en El infiernillo de Correa.