21 noviembre, 2024

La tenebrosa partidocracia

La mentira es un tema recurrente que apasiona a quienes nos interesamos en el quehacer político. Faltar a la verdad en política es un hábito mundial. Por eso nos atrevemos a esbozar una especie de sentencia tras haber asistido , como testigos, al desarrollo histórico de grandes falsedades que lograron estremecer a la humanidad o concitar su fastidio y repulsa. Tras casi un siglo del decurrir político , se concluye que las democracias necesitan de la verdad para poder subsistir, mientras que los totalitarismos requieren imperiosamente de la mentira para sobrevivir. El nazismo y el comunismo se derrumbaron por las verdades que emergieron. Pero hay unos cuantos sobrevivientes que quieren reinventar este último con diversas etiquetas.

En el Ecuador se vive un ensayo totalitario que, como tal, debe mentir también. El engaño totalitario de hoy no está dirigido a gobiernos rivales ni forma parte del espectro imperialista de antaño. Hoy, tras el derrumbe mundial del comunismo ,está dirigido a la opinión pública del país donde opera. Decía Simón Bolívar que “la primera de todas las fuerzas es la opinión pública” Por eso es que los totalitarismos actúan para que NO ESTE BIEN INFORMADA ESA OPINION. Si Alianza País estuviera gobernando Alemania , habría mandado a reconstruir subrepticiamente el muro de Berlín para luego fungir de demócratas y derruirlo con bombos y platillos. Tuvieron que contentarse engañando al pueblo con el “infiernillo” de la cárcel de Esmeraldas, cuyas “dos destrucciones” exhibIó El Universo. Vergonzoso. Verdadera fraudulencia en que los sabios de A.P. hicieron caer a nuestro Presidente. La mentira no es, pues, una coadyuvante sino un componente orgánico y estructural del totalitarismo. En la Rusia soviética se solía colocar gigantescos letreros anunciando inexistentes obras descomunales , para la admiración de visitantes oficiales; publicidad que era luego trasladada a otro lugar para seguir engañando a más visitantes.

Entre tantas mentiras hay otra diariamente esgrimida por este gobierno, al sindicar a la “partidocracia” como responsable de nuestros males. Cuando un partido sube al poder, es inevitable y de sentido común que de sus filas salgan los funcionarios que tomarán las decisiones que concuerden con su agenda programática. Si a esto se la denomina peyorativamente como “partidocracia”, entonces ella está presente en todas las democracias del mundo . Sin embargo, el totalitarismo – ¡ese sí! – constituye la versión exacerbada del predominio partidista. Allí el partido lo es todo. Todo el poder lo disfrutan el partido y su líder. Nace, incluso, una nueva y privilegiada clase social El poder por el poder, hasta que sobrevenga el “embrutecimiento” pronosticado por Acosta como fenómeno concomitante. Visión ésta que nos retiene en el Ecuador y nos plantea una pregunta: ¿ Se quiere más “partidocracia” ( en su versión más grosera) y más totalitarismo que lo exhibido por el actual gobierno? Aquí contamos con un régimen verticalizado, detentador de casi todos los poderes estatales, dueño absoluto de los organismos de control, de los Tribunales Electoral y Constitucional, así como de las decisiones de casi 80 asambleístas alzamanos , operando directamente o por intermedio de un “politburó” que, al mejor estilo soviético, decide de antemano todo lo que la Asamblea debe resolver. ¿ Con qué autoridad moral pueden seguir despotricando de esa “partidocracia” si son sus mejores exponentes hoy en día ?

¿ Negociados ? ¿ Corrupción ? No van necesariamente implícitos en la “partidocracia” sino en la eticidad de quienes gobiernan. Es verdad y me consta que en el ámbito judicial los partidos políticos metieron sus “pezuñas” – parafraseando a Héctor Romero – , pero irónicamente NO fueron sus cúpulas, sino quienes aducían hablar en su nombre. Me tocó actuar en el Consejo Nacional de laJudicatura y en su labor depuradora con centenares de destituciones que, a corto plazo, habrían extinguido este tipo de corrupción , constriñéndola en sus demás facetas (porque son muchas) a límites mínimos que tiene cualquier país del mundo que se precie de su administración de justicia. Pero aquí, en Ecuador, necesitábamos una revolución ciudadana para extirparla. ¡Falso! ¿Qué se ha ganado al respecto ? Mostrar nuevas pezuñas exigiendo sentencias que condicionarían la integración futura de la Corte Suprema ; o exigir a un juez que prevarique reabriendo causas archivadas por mandato legal, volviendo con ello a atentar contra la libertad de información . Las verdades comienzan a aflorar porque no mienten bien. Terrible para un totalitarismo que, bajo la predicción de Acosta, estaría por “embrutecer”. Ellos mismos alardean , por lo pronto, de ser un bloque “monolítico”, una sola gran piedra.

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No hay comentarios

  1. Póngase en actitud beatífica o de mártir, ya que a la oligarquía corrupta le va llegando la hora. La incautación de los bienes de los Isaías, miembros del Jet Set de Guayaquil, es una acción de Justicia ejemplarizadora. Uds. ya van a salir con el cuento de que «atentado contra la liberad de expresión».

    ¿¿¿Cuándo un ciudadano del estado llano ha tenido libertad de expresión carajo??? ¿¿Cuándo???

    Pónganse a temblar los intocables, junto a sus corifeos los miebor de este pasquín.

    La Patria Socialista, está alumbrándose.!!!

  2. Señor Morales: Usted parece que no se cansa de derramar su vileza, regionalismo, resentimiento y amargura a todo lo lardo de Desde mis Trincheras. Por lo menos es coherente en seguir al pie de la letra a su mentor

  3. Una vez más Juán Francisco Morales Suárez,el cobarde del interande,nos demuestra su servilismo hacia Correa.Todos sabemos que la incautación de los bienes de los Isaias, es la máscara para encubrir lo que está detrás de ella, esto es, tener bajo su poder 3 nuevos medios de comunicación para seguir mintiendole al país, tal como lo está haciendo con el diario el Telégrafo.
    A propósito del grito de independencia,los cuasi analfabetos como usted siguen creyendo que el suceso del 10 de agosto de 1809, fué el primer grito de independencia, cuando todo ilustrado sabe que simplemente se trató de un acto de adhesión al Rey Fernando VII de España. No debe considerarse ese acto de sumisión como un grito de independencia.
    Me reafirmo en lo que digo todos los días:VOTARE NO EN EL PRÓXIMO REFERENDUM
    Gabriel Cherrez

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