La revolución y sus robustos asambleistas

Era ahora o nunca. Las encuestas empujaban al Gobierno al derrumbe de su revolución. Era urgente asestar un golpe de gran efecto que elevara la opción gubernamental en el próximo referendo y acallara, a la vez, la libertad de información de canales de televisión y radios no afines a este gobierno .

Debían desechar legalidades, simples banalidades burguesas en tiempos de revolución . La administración de justicia, pusilánime y aterrada por la reestructuración anunciada, no condenaba a los Isaías. Ocho años sin decidir. ¿ Cuánto de verdad podría haber en las alegaciones de los sindicados para que no se atrevan a condenarlos tras tantos años de procesamiento ?

Buscaron, entonces, un personaje con capacidad infinita de odiar. Un reo actual de la tortuguesca y amilanada justicia. Éste, por su parte, llamó a un abogado subalterno. Y el tinglado se armó. Las fobias se identificaron , se complementaron , se hermanaron y se tradujeron en resoluciones. Cerca de 200 empresas debían ser incautadas , recurriendo a una disposición legal que aún no podemos explicarnos cómo pudo expedirse y , peor aún, mantenerse como ley de la República si , a todas luces, es de manifiesta inconstitucionalidad. Se arrebató patrimonios por simples presunciones de un burócrata , sin que anteceda fallo judicial alguno. Y se confiscó – que no fue otra cosa – habiendo una norma constitucional (Art.33) que expresamente la prohibe . ¡ Al diablo las normas, esto es una revolución ! Y esta exclamación , única posible para pretender explicar tan atrabiliario proceder , fue corroborada por la Asamblea Constituyente al expedir un mandato que cubrirá de vergüenza al pueblo ecuatoriano y estigmatizará a nuestros asambleístas ante la comunidad internacional, que ya está cuestionando al Ecuador en materia de violación de derechos humanos : “ Se prohibe a la familia Isaías ejercer la defensa de sus derechos. Se prohibe, incluso, que emita criterio alguno al respecto ” Todo esto resuelve mientras se concebía una norma constitucional protectora de los derechos humanos. No tienen vergüenza . Verdadera práctica del aborto.

Alguien , con extrema ironía, decía hace más de un siglo que “ para hacer una revolución se necesita de dos inteligentes tuberculosos y de 500 imbéciles robustos”. La tuberculosis ya no es un azote y no interesa saber si los asesores españoles o venezolanos la padecen. En cuanto al número de robustos, se excedió. Con 80 basta y no hace falta calificarlos. Montecristi será la cuna que engendró la prueba instrumental más relevante y torpe de la persecución oficial a una familia, la misma que debería sentirse agradecida por esta pública admisión del absurdo oficial. ¡ Todos tienen derecho a su defensa y al debido proceso ,excepto los Isaías! Tal es el mensaje de domesticidad y de desaseo ético que una Asamblea ha lanzado al mundo, a pretexto de cobrar una deuda . No habrá país que se niegue a brindar asilo político a esa familia, tras conocerse tan impúdica confesión oficial y escrita.

Como decía al comienzo, el gobierno va al todo o nada. La imagen de los Isaías ha llegado a concitar, con o sin razón, serias resistencias que el Gobierno explota con fines electorales. El triunfo del NO en el referendo se pretende asimilarlo, según la intoxicante propaganda revolucionaria, al retorno de la “partidocracia”, pese a que no cabe cacarear más sobre ello, si una buena parte de la cúpula “naranja” se ha incorporado a la burocracia revolucionaria.

Los próximos días asistiremos al fracaso de la administración estatal de las empresas incautadas. Veremos cómo administra el Ingenio Aztra, con una zafra próxima y miles de trabajadores hambrientos de trabajo demandando sus salarios. Veremos cómo la fuerza pública entrará a toletazos infamantes en dominios privados, obedeciendo a un Gerente de la AGD para arrebatar propiedades y lesionar derechos humanos. Veremos cómo se resolverá el desempleo de miles de trabajadores pertenecientes a las empresas incautadas. Y si algún rédito pre-electoral pudo dejarles estas acciones, deberán recurrir a un nuevo y distinto golpe publicitario. ¿ Quiénes están en la mira ? Sólo ellos saben. Talvez querrán adueñarse de uno o más canales privados y someterlos a la línea editorial gubernamental. Es parte de la meta totalitaria que no ven aquellos que prefieren seguir ciegos ante lo que será el socialismo siglo XXI bajo el tutelaje de Chávez y con el sostén de 80 robustos asambleístas. Revolución, más revolución, más revolución, siempre termina en Imperio totalitario. Es una ecuación conocida. Con la revolución francesa ocurrió lo mismo. Stalin y Castro lo emularon . Y hay aprendices sudamericanos que quieren también jodernos.