Suena cursi y es, además desproporcionado. Ni Correa es un Emperador ni el Ecuador es un coliseo en el que la muerte ronde. Lo digo pretendiendo resumir , con esa frase, lo que la dialéctica histórica nos tiene preparado: vamos a vivir una realidad distinta a la que imperaba .
El “sistema” que prevalecía ( sobre el que me he pronunciado en más de un artículo) era repudiable pero , aún así, preferible al que nuestro Presidente está forjando con un entusiasmo y una dinamia que sólo conseguirán precipitar más penosamente sus desacertadas ideas. El desarrollo que teníamos era inarmónico e injusto, pero en libertad. Lo que hoy avizoramos es la desintegración del país con inusitada celeridad y violencia.
Considerar el país “ de todos” , en su acepción física, material, brutal e invasiva de las clases populares insufladas de un descarado rencor oficial , nos llevará al desastre con cánticos mendaces de fondo. Han emergido pasiones que Correa prevé positivas en su desesperada lucha por ganar el referendo , pero que no podrá controlar llegado el momento de otras definiciones históricas que sobrevendrían indefectiblemente.
Quizás una figura como Correa nos hacía falta para contrastar con la corrupción estructural e institucionalizada que predominaba. Tanto nos ha repetido Correa que es honesto que, a pesar de debutar con los vergonzosos pativideos, con la protección a funcionarios sonvergüenzas y con sus agravios por doquier, hay cierta inclinación a creerle. Sin embargo, a corto plazo , los seres humanos que le rodean se encargarán de alimentar un reciclado proceso oligárquico, hipócrita o impúdico, que revelará la existencia de nuevas castas , de nuevos grupos y pequeños clanes que sustituirán a los anteriores , aprovechándose, entre otras opciones, de las emergencias declaradas y de las insólitas contrataciones (12 mil millones) que Correa está haciendo a dedo en materia petrolera e hidroeléctrica con sus pares venezolano y argentina . Los llamados movimientos sociales obtendrán con su intransigencia un cúmulo de decisiones reñidas con una sociedad jurídica y unitariamente organizada. Su aporte electoral condicionado hiede a chantaje. Pero “todo vale” para este gobierno.
La terrible inseguridad que conlleva la absurda aplicación de un socialismo fracasado, exige que Correa utilice todo cuanto tiene a su alcance: mastines intelectuales como Bustamante para agredir a Guayaquil (una obsesión que apunta a la psicopatía, si entendí bien a Miguel Palacios ) ; sumisos servidores como Cordero; sectarios asambleístas como Rodríguez, Romo y Escala, y vociferantes emepedistas callejeros, coreando exultantes al che Guevara bajo los balcones de Carondelet . Así se mantendrá el ímpetu revolucionario que el siglo XXI verá abortar en un país de gente buena y trabajadora, aunque amedrentada por la violencia convertida en cimiento de la cultura gubernamental.
Llegará el momento en que habremos olvidado la inexistente “larga noche neoliberal”. Y sobrevendrá también , por fortuna , el olvido definitivo que Correa se merece , agobiado por la responsabilidad de haber presidido un gobierno disolvente y sin frenos . Luego de pocos años ,Ecuador deberá comenzar de nuevo , desterrando las estupideces sufridas. Ojalá estemos preparados para pagar la gigantesca indemnización que una Corte Interamericana de Justicia nos impondrá por el infamante y vergonzoso Mandato 13 que oficializó la persecución política y condenó a la indefensión a los damnificados por las incautaciones. Deberá conservarse la lista de los asambleístas que consumaron tan inaudito atropello, para que restituyan al Estado lo que éste deberá pagar a los damnificados de ese accidente inédito, provocado por conductores que, como es usual, salieron ilesos y se dieron a la fuga.
Si, quizás sea mejor que el trasnochado socialismo deje este país en escombros. Siempre hay un nuevo comienzo para todo, si no perdemos de vista los lastres perniciosos que nos recuerden lo que nunca más debemos hacer. Cuando lleguemos a darnos cuenta que todos fuimos terriblemente estúpidos, la estupidez habrá desaparecido y nuevas figuras se harán cargo de empujar la pesada carreta del progreso. Peco de pesimista , pero no vislumbro una salida inmediata de la situación que aflige a nuestra lastimada democracia. Algún día – que debería ser mañana, en las urnas, si tuviéramos agallas para la “contrarrevolución ciudadana” que acabe con el basural – aprenderemos a luchar por ella, gracias al valor y el coraje de líderes mentalmente aseados, de buena fe, sin taras ideológicas ni rabos de paja. La actual instancia histórica – es triste decirlo – está escribiéndose con nuestra pusilanimidad, inclinada y humillada ante la vociferación, sepultando gestas cívicas que creíamos poder reeditar. Puedo estar equivocado. Lo deseo. Pero no he dudado en decir lo dicho.
Ecuador está haciendo mejores cosas que el Perú. No las vemos porque nuestras miradas hacia fuera no ven más que Chile y los EEUU. Del resto de los andes, solo tenemos pobres estereotipos: el terrorismo de las FARC y las caricaturas de Hugo Chávez y Evo Morales.
Ya nos debería haber inquietado el hecho histórico de que las fuerzas ecuatorianas les ganaron a las peruanas en la guerra del Cenepa. O que ellos tuvieran a un general como Paco Moncayo, un militar demócrata, mientras nosotros teníamos al penoso Nicolás Hermoza. Moncayo es ahora alcalde de Quito en su segundo período. Hermoza, ya sabemos en qué foros anda.
Hoy, a cualquier peruano que visite Quito y compare con Lima le dará un ataque de sana envidia. La capital de los vecinos aparece limpia, ordenada, verde, amable, humana, moderna. La nuestra, todo lo contrario. Moncayo, el general alcalde, ahora le está ganando a su colega de Lima, el Sr. Castañeda, muy civil y muy chambón.
Y ya saca ronchas el paralelo ente el fútbol ecuatoriano y el nuestro. No en cuanto a jugadores, sino respecto a clubes. Frente al LDU, la U y el Alianza son remedos. Y la Federación ecuatoriana no es como su par peruana, ese negocio de un tal Manuel Burga.
Tan diversas cosas ya no pueden ser casualidad. Pronto deberemos admitir que también en política las cosas van mejor allá que aquí.
Hace poco, cierto periodismo peruano mostró como un acto totalitario la incautación de dos canales de TV por el gobierno de Rafael Correa. Lo que no se informó es que eso era parte de la intervención a 200 empresas de los hermanos Isaías, un par de defraudadores de ahorristas y del Estado ecuatoriano.
Tampoco se informó que la intervención tiene por objeto recuperar el dinero defraudado, que pasa los mil doscientos millones de dólares, para resarcir a los ahorristas y al fisco ecuatoriano. Hace unos días, los EEUU le han negado una visa a Estéfano Isaías, precisamente para no ampararlo como fugitivo.
La Asamblea Constituyente ecuatoriana ha concluido la aprobación de su proyecto de nueva Constitución. Tiene 493 artículos. Hablan, entre otras cosas, de ciudadanía universal, de Estado laico, de voto a los 16 años, de los derechos de la naturaleza, de paridad política para hombres y mujeres, de soberanía económica. Pronto comenzará la desinformación sobre este tema. Se mofarán de su cantidad de artículos y se repetirá la sonsera del eje chavista.
Lo del número de artículos se podría entender como la idea, quizá candorosa, de que proclamar muchas veces los derechos ayuda a que estos se cumplan. La historia de las frustraciones ecuatorianas, y las nuestras, justifican esa ansiedad. Lo que importa es el contenido del proyecto. Allí, si comparamos con nuestra carta del 93, también saldremos perdiendo. Compruébelo en la web de la Constituyente ecuatoriana.
hoy martes 22 de julio acaba correa, de darnos otro duro golpe a los Guayaquileños, se aprovo a las 3 de la madrugada,como acostumbra todos ladron, quietarnos el aeropuerto, el registro civil,y el terminal terrestre…POR FAVORHH AGAMOS UNA BUENA CAMPAÑA POR NO PARA APLASTAR A ESTOS ENVENANADOS LLENOS DE ODIO Y ENVIDIA NO PODEMOS PERMITIR QUE ESTO SE HAGA REALIDAD..SON TAN MAQUIAVELICOS QUE JUSTAMENTE A UNOS DIAS DE LAS FIESTAS SE LES CAE LA MASCARA…LUCHEMOS X DEFENDENDER A NUESTRA CIUDAD Y A SU ALCALDE YA NO PERMITAMOS MAS ATROPELLOS…