Se nos preguntó a los ecuatorianos si considerábamos que se debía proponer una nueva estructura de ley madre Constitución y votamos afirmativamente condicionando nuestro voto a que se nos presente un proyecto y entonces decidiríamos si lo aceptábamos o no.
Yo, en muchas ocasiones he escrito artículos en que afirmaba la necesidad de cambios que nos llevasen a una mayor justicia social y brinde igual oportunidades a todos.
Empero, asevere que por los plazos que se daban y las mociones de un incongruente señor Heinz Dieterich que tenía una propuesta de un “Socialismo Siglo XXI” que el mismo no sabía explicar y que justificaba que después se vería… demostraban claramente que a lo que iban es a una Carta Magna ya redactada y compendio de mil fracasos. Esa posición es inaceptable hasta para botar la basura.
Pronto vimos que ese señor Rafael Correa que logró fusionar mucha empatía con los votantes, no era el mismo que había ganado las elecciones. Salieron a brotar sus complejos, sarcasmos, sentido de inferioridad tratando de encubrirlo con una superioridad inexistente, indeciso, misógino, busca pleitos, insultador. Su forma de tratar a sus colaboradores y amigos, ¡no hablemos del pueblo!, no correspondían a la de un funcionario ni de cuarta categoría; mucho menos a un mandatario.
Lo deducido de que estaba redactada y no había espacio para el debate era cierto, el diario El Comercio de Quito, el 15 de abril, publica: “El presidente Rafael Correa llegó cerca de las 22:00 de anoche a la Universidad Laica Eloy Alfaro de Manta para reunirse con los asambleístas de Acuerdo País. El objetivo del encuentro en el puerto manabita era evaluar los avances que en temas como régimen de desarrollo, administración de justicia, reformas al poder Ejecutivo, planificación y relaciones internacionales se debaten en las nueve mesas constituyentes. Eso luego de que la Mesa 7 aprobó seis artículos sobre Planificación y Desarrollo, que establecen, entre otros temas, la creación de un Consejo Nacional de Planificación y mantener a la Senplades como organismo ejecutor. … Al final, fue Correa quien dirimió el tema … Esos temas debieron discutirse a profundidad en el Pleno de la Asamblea y no únicamente en el bloque oficialista. … La estrategia del Gobierno es que el propio Presidente ponga en claro algunos temas neurálgicos al interior de su bloque y logre su aprobación. Para las 19:00 de anoche (ese día) estaba prevista una nueva reunión del Jefe de Estado. Los temas pendientes para la cita eran, entre otros, la conformación de la Función Ejecutiva.
Inicialmente, se pensó reemplazar al segundo mandatario por el ministro de Coordinación Política pero esa tesis no prosperó. Otro de los puntos acordados fue dar paso al reordenamiento territorial manteniendo a las provincias como unidades básicas. El bloque acogió un informe en ese sentido de los asambleístas Fernando Salazar (Acuerdo País) y Fernando Burbano (ex ID) que reconoce cuatro niveles de gobierno (parroquial, cantonal, provincial y regional autónomo). Hernández explicó que la idea es fortalecer las provincias y dar paso a las regiones “equipotentes” (entiéndase quitarle a Guayas, Guayaquil y viceversa; a Pichincha, Quito) definiendo competencias y funciones de unas y otras. Hasta el cierre de esta edición continuaba la reunión de Acuerdo País con el Jefe de Estado.”
Bajo estas condiciones de tiranos autócratas ¿se puede aceptar una “Constitución” que refleje el deseo, capricho y vanidad de un hombre sin experiencia de mando? Definitivamente NO.
En la práctica, muchos gobiernos son simplemente instituciones interesadas en retener el poder. Por eso fracasan. Éste, el de Rafael Correa, es el más claro exponente. Las leyes que ellos hacen y les dan fuerza reflejan esta confusión. No señores, no se confundan, este es un proyecto de Constitución que le pone una gran piedra a cada hombre del pueblo que desea cruzar el río a la ribera de la prosperidad. Por lo tanto NO.
En su libro First Democracy (Primera Democracia) Paul Woodruff explica que la tiranía podría ocurrir incluso en Atenas democrática: Un grupo popular de los líderes, que podrían confiar en votos que ganaban en la asamblea, excluiría todos los intereses políticos de otros evitando la discusión seria.
El doctor Paul Woodruff define a los tiranos:
“-Un tirano está asustado de perder su posición, y sus decisiones son afectadas por este miedo.
-Los tiranos intentan levantarse sobre la regla de la ley, aunque él puede dar servicio de labio a la ley
-Un tirano no acepta crítica.
– A un tirano no se le puede llamar para explicar sus acciones.
-Un tirano no escucha el consejo de los que no lo hagan a favor del él, aun cuando puedan ser de sus amigos.
-Los tiranos evitan a los pensantes para prevenir a los que discrepan con él de participar en política.
Todas estas cualidades pueden ocurrir en el contexto de una sola regla tiránica o en el contexto de un grupo tiránico de la mayoría. ¿Cuál es más importante? No es los números de ésos implicados, pero si su indiferencia para los principios de la ley y para trabajar en armonía con otras.
Él explica porqué una tiranía de la mayoría, también conocida como “regla de la multitud,” puede ser tal problema:
La “regla de la multitud” es sencillamente una clase de tiranía; asusta y excluye y pone a la minoría bajo energía absoluta de la mayoría. Y la tiranía de la libertad de las matanzas de la mayoría tan absolutamente como cualquier otra forma de tiranía. No es libertad si usted tiene que ensamblarse a la mayoría para sentirse que usted está libre”.
No es correcto decirles vote NO porque no vale, porque es una Constitución subjetiva, tiránica y comprobadamente mala. En artículos venideros les demostraré por que motivo deben rechazar esta afrenta al pueblo y la reflexión de por qué hay que votar NO. A una Carta Magna que para evitar ser descubiertos dieron la orden: ¡No pienses! “Arranca choclo y mete al saco”.