Somos un pueblo sobre el cual los autócratas pueden vomitar agravios a su antojo , sumando al menosprecio generado por la diaria y progresiva conquista de poder, una obnubilada obcecación ideológica que sirve de clisé para embaucar a un pueblo hambriento de milagros .
Cuando se arriba a estos niveles de mando, el respeto a los demás, la discreción, el decoro, la ponderación y el equilibrio conciliador que debería exhibir un gobierno constitucional, se van al tacho de basura . Es que se piensa veleidosamente que el gobierno está en ejercicio de ese tonto eufemismo, siempre burlado y definido como “el poder que me ha conferido el pueblo” , en base del cual se puede agredir, vituperar y cometer los desmanes jurídicos concebidos por una imaginación febril que apunta a una revolución que ahora resulta usurpada ( así lo ha aseverado Alberto Acosta) , pero que no deja de ser una muletilla en pos del favor popular. Ya no se puede disentir., ni mucho menos impugnar. La historia del gallinero social se repite : las gallinas que hoy moran en Carondelet se cagan sobre las que viven en el llano. Y si antes esto acontecía por la estratificación socioeconómica del país, hoy son razones ideológicas las que llevan a esa sinrazón.
Todo este enredijo ético coincide con el desprecio gubernamental a las formalidades, constreñido como está a salirse con la suya.
¿ Dije formalidades ? Torpeza la mía, porque no podemos exigir formalidades en tiempos de revolución. Se me dirá que son tremebundas las expresiones vertidas en el párrafo anterior. Quizás. Pero ¿ cómo calificaría usted, lector(a) , que un proyecto constitucional cuya elaboración fue encargada por el pueblo a una asamblea integrada por “inmejorables” ciudadanos, haya sido impúdicamente redactado por la Presidencia de la República, a vista y paciencia de los ecuatorianos? ¿Cooperación gubernamental o simples excrecencias gallináceas ?
Fue desvergonzada la actuación de la Presidencia en las entrañas mismas de Montecristi , corrigiendo, tachando, suprimiendo, intercalando, vaciando, llenando, conceptuando , tajando, hiriendo y mintiendo con el frenesí que el tiempo requería . Pero no nos engañemos: lo más revelador de todo ello es que ESA debe haber sido siempre la tónica de la injerencia gubernamental durante los meses de redacción del texto constitucional. ¡De todo el texto constitucional!. Habían mantenido las apariencias y el Politburó hacía las veces de supervisor y redactor , cumpliendo con el papel asignado por el pueblo, según Correa. Pero el tiempo les cayó encima y la tal revolución no podía quedarse en soletas. Al fin y al cabo habían vencido electoralmente y debían llevárselo todo en nombre de una revolución en marcha. Debe haber sido un espectáculo – degradante, por cierto – el desfilar de los jefes de mesa llevando presurosos bajo el sobaco sus textos constitucionales, presuntamente vertidos al buen castellano por una comisión redactora, para luego tener que resignarse a la imposición presidencial . Humillante papel. Uno más en su fugaz carrera.
Y estos señores, sin vergüenza alguna, amenazan al electorado con traer de vuelta al Congreso si pierden el referendo. En otras palabras, de ganar el Sí, se elegiría un nuevo Congreso luego de que el Congresillo haya hecho lo suyo. Mas, de ganar el NO, se nos castigaría con el retorno del Congreso de los manteles, en el que, paradójicamente – no lo dudo -, encontramos diputados con mayor brillo y probidad que los que ofrecen los desautorizados y manoseados asambleístas. Es inmoral que se nos pretenda chantajear políticamente y, peor aún, anteponiendo una ridícula percepción que de sí mismos tienen los asambleístas. Aunque usted no lo crea, ¡se sienten superiores a los diputados del 2005 !
El Proyecto no fue un parto. Fue un aborto, para solaz de quienes, disimuladamente, lo autorizan en su articulado. Cuando se es sectario, se puede llegar a renunciar a una parcialidad de sus dogmas, pero no a todos ellos. Su lastre ideológico los llevó esta vez a redactar mañosamente vacíos y a crear ambigüedades, confiando en interpretaciones futuras de un congresillo, cual As bajo la manga y, subsidiariamente, apostar por una reciclada y politizada Función Judicial. Así lo he visto al dar una primera ojeada a ese mosaico mal foliado, con contradicciones y embustes , empeñado en hacernos creer que viviremos la utopía de la república bolivariana del Ecuador, no exenta, sin embargo, de folclorismos : entre los deberes del ciudadano(Art.84,nº 2) usted, lector, uno de los 11 millones de ecuatorianos que no entienden quechua , deberá recordar desde ahora uno, que en un comienzo creí era un virus en mi computadora: “ Ama Killa, Ama Llulla y Ama Shwa”(sin traducción) . Así como grabará en su mente la “pachamama” (Art.72),para significar la“naturaleza” , relevante concesión política a las “novelerías” del exigente indigenado. ¡ Viva la revolución ciudadana, carajo!
Art. 46.-Las niñas, los niños y adolescentes gozarán de los derechos comunes del ser humano, además de los específicos de su edad. El Estado reconocerá y garantizará la vida, incluido el cuidado y protección desde la concepción.
no tiene nada que ver con con que ud. dice el comentario del sr. Buitron……..fuera total de foco!!!!!!debe prestar mas atencion a lo que dicen los diarios todos los dias