El proyecto político puesto en marcha por el Presidente se ve opacado por los continuos enfrentamientos que va generando, en una parte producto de su carácter impulsivo que no tolera contradicciones, ese no es un pecado, porque normalmente los líderes políticos son egocéntricos y ensimismados. Pero lo que si llama la atención es la facilidad de descarte que tiene el Presidente.
Se manifestó alguna vez como el primer Acostista, para luego dejar de lado a su compañero de lucha, es mas afirman fuentes generalmente bien informadas que fue quien le cedió el paso para ser candidato por el movimiento Alianza País, reservándose Acosta el puesto de Presidente de la Asamblea, del cual fue removido por su ferviente “admirador”.
La remoción del compañero de escuela y colegio, Ministro de Economía, y así varios cambios no garantizan a los compañeros del Presidente su permanencia, porque es evidente que tienen que funcionar primeramente los lineamientos que hagan ver el triunfo del criterio e ideas del Presidente y si se oponen de alguna forma pues simplemente son puestos de lado. Al momento se han manifestado contrarios a dicho proyecto político algunos sectores, la iglesia, a la que ya esta atacando, algunas agrupaciones de indígenas, los cuales ya fueron dejados de lado por el Presidente al afirmar que representan un mínimo porcentaje para considerarse peso en la política del país.
La oposición, que ha planteado puntos claros en la Asamblea, nunca llego a un acuerdo de país con quienes dirigían la mayoría. Lo ideal hubiera sido lograr tener un consenso en ambos sectores de la verja, porque es indiscutible que algunas cosas que están incluidas en el proyecto de nueva constitución son positivos, pero otros como el híper presidencialismo son negativos.. El necesario entendimiento nunca se dio, de ahí que estamos ante una constitución que no tiene la seguridad de lograr mayoría de respaldo y si lo logra será con un voto muy ajustado, lo que le quitará la fuerza que necesita para constituirse en una especie que por fin se aprecie como rectora permanente de la vida de los Ecuatorianos por muchos y largos años. Pero es evidente que no va a llegar, en el caso de triunfar, con una aceptación amplísima que le de esa categoría.
Cuando ocurra cualquiera de las dos posibilidades, a) que pierda el gobierno el referéndum aprobatorio ¿que va a pasar con el país?. El rechazo a la constitución será el pretexto del Presidente para justificar su falta de obras, su falta de acción por cuanto se dedico a las continuas campañas, y podrá afirmar que no puede hacer nada por que la partidocracia y la oligarquía no lo dejan trabajar por el pueblo y b) si gana, tampoco podrá hacer nada porque tendrá que dedicarse los próximos tres meses luego del referéndum a la campaña y luego un año mas a crear las leyes que le sirvan para aplicar la nueva constitución. El Presidente deberá seguir en campaña porque participará en elecciones a) de asamblea, b) de ratificación de la presidencia, con nuevos candidatos opositores, entre ellos Acosta que desde ya se postula por el movimiento Alianza País como candidato a Presidente con el afán de reemplazar a Correa a quien no consideran puro ideológicamente, como si es la apreciación para Alberto Acosta.
En definitiva, estamos a dos meses del referéndum aprobatorio o desaprobatorio, pero no veo luces de tranquilidad en nuestro Ecuador, sige el incremento de precios, intranquilidad, falta de trabajo, abandono de la clase media, a la cual se debe el Presidente, pero parece que la odia por algún motivo que no sabemos cual es. Así que estamos en el peor sitio que podríamos estar, sabemos que vamos hacia un limbo pero nada mas, nuestro norte es la nada, estamos donde nos quería llevar el Presidente, en el sitio exacto para poder alegar la necesidad de destruir todo para construir un todo nuevo. Cuidado este nuevo mundo es peor que el anterior. No me preocupa en lo personal, recorro mi último tramo, pienso en los demás, en los que vienen atrás mío, atrás suyo, sus hijos y nietos, mis hijos y nietos, no me gustaría verlos en una cola de reparto de pobreza y miseria. Hablemos y actuemos pero hoy para que después no tengamos que decir “Y después que….”
Todo lo que usted expone y mucho más, nos tiene sumamente preocupados. Aún no tengo en mis manos el texto completo y definitivo??? de la posible nueva constitución. Pero de lo que me ha llegado a conocimiento, posiblemente algunos de los puntos negativos, nos inclinan a pensar: mejor malo conocido, que malo por conocer. El de la edad para elegir diputados o legisladores, 18 años de edad, es una verdera monstruosidad. Quisiera conocer al retardado mental que la craneó.
Atentamente,
Irene Hurtado Yunes
C.I. 0900903683
ihurtado.f@hotmail.com