Definitivamente mi camino es ese, la tercera posición. No puedo estar con quienes durante nuestra vida productiva nos cerraron el paso, nos obligaron a desesperarnos, nos empujaron a cualquier esquina para lograr tener a costa de mucho esfuerzo un lugar y un espacio para vivir con nuestras familias. No puede ser parte de un intento de continuar con lo que se llama las costumbres de la vieja partidocracia. A la cual gracias a Dios nunca he pertenecido. He luchado contra ella a lo largo de mi vida de periodista, la he denunciado, desde la época del mismo Roldós, con quien me alinee, pero del cual una vez muerto misteriosamente ese 24 de mayo fatídico, tuve que dejarlo porque los que usurparon su nombre torcieron el camino hacia un nuevo día de lo mismo, festejaron su primer millón y formaron parte de la práctica corrupta, chantajeando jueces, fiscales, y luego recibieron respuestas iguales a sus acciones.
No puedo estar con quienes saquearon las aduanas con negocios “celestiales”, verdaderos delincuentes económicos que participaron del asalto al presupuesto del estado mediante bonos y giros de negocios estatales millonarios y entregaron la cuota aduanera a la primera conyugue del país, y luego como la doctrina cristiana permite el arrepentimiento, se confesaron pero no devolvieron nada de lo que se llevaron.
No puedo estar con quienes auspiciaron con leyes el asalto de los banqueros en el año 99, asalto que hoy continua impune por parte de los mismos pero con nuevas identidades corporativas, y que siguen siendo auspiciados desde las altas fuentes del poder, recibiendo dádivas y prebendas para agrandar sus fortunas, no a costa del pueblo de escasos recursos, sino de la clase media a la que le roban en intereses por préstamos infamantes denominados pomposamente “microcréditos” invención de los kikuyos llamados economistas y que dan un premio Nobel al que inventa esta novedosa forma de chulco, y mas encima los kikuyitos criollos lo aplauden encabezados por el maestro de los kikuyos sabelotodo que se proclama gran shaman, gran sabio, Merlín el mago, el amante bandido, y no se cuantas cosas mas.
No puedo estar con los siquiatras encabezados por el gran maestro del reguetón, del caderazo, presidente de oportunidad, conductor de la camioneta de la que habla el mejor velocista que ha tenido este país y que siempre gana las olimpiadas camino a Panamá. Tampoco puedo estar con quien traiciono los ideales y propuestas de cambio por cenas en el regazo de la partidocracia costeña y serrana, renegando su condición de soldado del pueblo a cambio de palmaditas en el hombro diciéndole que es buen muchacho por parte de los más nefastos grupos de poder político del país, cuyos agentes y representantes aun manejan parcelas de poder en este gobierno, haciendo pensar en un gran tongo.
No puedo estar con quien niega su condición de ecuatoriano poniéndose al servicio del ignorantón pseudo líder bolivariano, tratando de implantar ideas y prácticas extrañas a nuestro país, esperando que el patrón lo aplauda, en tanto que los montones de promesas siguen recogiéndose con pala y botadas al basurero de la historia. No puedo estar con quien traiciona las palabras de libertad, tolerancia, rebeldía, juventud, progreso, país, etc. No puedo estar con quien reniega de la verdad y la sustituye por una mentira repitiéndola mil veces al igual que el infamante propagandista hitleriano y redituándolo quiere sumirnos en el oscurantismo centralista, retrogrado, de un marxismo no aplicable, impractico, desactualizado y desintonizado de la realidad.
Por eso digo, aunque no soy joven, vengan los jóvenes rebeldes, los muchachos, los que se sientan jóvenes, los que se sientan rebeldes, los que no tengan miedo de defender sus ideas, su vida y la de los que luego vendrán, vengan al mismo patio y con la violencia de la razón luchemos en contra del totalitarismo de la sinrazón. Vamos por esa tercera posición. Digamos no a la partidocracia vieja y nueva. Digamos no a toda forma de dictadura, para luego si crear una verdadera constitución donde si seamos libres, porque nuestro sueño de una verdadera constitución, incluyente, tolerante, clara, aseguradora de los verdaderos derechos de todos, no solo de los identificados, se conviertan en realidad, en donde se hable con la verdad, no se hagan promesas que costaran mas de cinco mil millones que no los tenemos, sino que se maneje en el rango de lo posible. Vamos a esa tercera posición por una verdadera lucha popular. El que se sienta joven, que la siga, la practique y la haga triunfar.
Sr. Franco, ahora nos desesperamos al no ver la luz entre tanto lodo que se está lanzando a diestra y siniestra en esta campaña electoral eterna. Su artículo nos da luz en la confusión, estoy totalmente de acuerdo con su pensamiento.
ME ALEGRA LEER ESTE ARTÍCULO, ESTIMADO ALBERTO. TU POOSICIÓN POR EL «VOTO NULO» LA COMPARTO.