Es sorprendente la facilidad con la que Rafael Correa ha logrado involucrar a la oposición en discusiones estériles respecto del texto que “su gobierno” propone como opción para una nueva constitución ecuatoriana.
Digo discusiones estériles, porque en abril del 2007, (como accionistas del estado), los ecuatorianos autorizamos la contratación – por obra y por un plazo máximo de 8 meses – para que 130 personas escriban un texto que pudiese ser usado para una nueva constitución, y una lista de cambios a la estructura general del Estado.
También dispusimos que dentro del plazo acordado, nos traigan el producto de su trabajo para que nosotros lo revisemos y decidamos si es que nos gusta o no…
Sin embargo de lo dispuesto por el pueblo, ahora nos enteramos de que el texto que las personas que contratamos debiesen haber escrito… ¡No fue concebido por ellos! y que algunos Asambleístas permitieron que este texto sea corregido por la Presidencia de la República!…
Debemos concluir entonces que tanto el proceso del plebiscito como el producto que luego de más de ocho meses nos presenta a consideración la Asamblea Constituyente, han resultado ser una gran tomadura de pelo.
¡Lo anterior obviamente descalifica al documento y al proceso! Además de exponer a ciertos asambleístas a las penalidades que pudiese tipificar la ley, por prevaricato, por excederse en el uso de sus atribuciones.
Amén de que se han malversado más de 200 millones de dólares en un proceso mañoso, preconcebido y lleno de falsedades, por lo que tarde o temprano alguien tendrá que responder ante la justicia y la historia.
Absurda resulta entonces la obligación de ir a votar el día 28 de septiembre respecto del contenido de un texto manoseado y corrupto que ha sido redactado fuera de los parámetros autorizados por la ciudadanía en la Consulta Popular de abril del 2007.
No podemos por tanto ir a votar basura en las urnas, ya que si así lo hacemos, nos estaríamos prestando al “Jueguito de los sapos y de las sapadas” y de paso estaríamos aceptando que “Correa & Compañía” nos vean la cara de imbéciles.
Completamente convencido de que todo este proceso no es más que una gran sapada de los mentiroso de turno… Les diré que NO a Correa y sus acólitos en las urnas.
hay 1 millon de cosas mas importantes q discutir, q estas tonterias, lo mas importante es conocer al enemigo y no llorar sobre la leche derramada, la pregunta es, q vamos hacer? es ahi, donde nos veremos, los q solo escriben y aquellos q defenderemos lo mas preciado, nuestra libertad, en las calles
Mi querido Eduardo:
Estoy de acuerdo con votar «NO» por esa basura, pero eso es diferente a no votar.
Saludos cordiales
Gabriel Aquim Ch.
Mientras el no votante es tratado de delincuente y sin derechos
(para la constitucion actual y para la nueva)
la opcion es el VOTO NULO