Mentiras Dictatoriales

Que en política es usual mentir, lo hemos dicho muchas veces y usted, lector(a), lo sabe de sobra. Entre las mentiras políticas y los ungüentos milagrosos, no hay nada que los distinga y fue esa falta de eticidad la que carcomió los cimientos de las organizaciones políticas.

Correa se encargó de expulsarlas. Pero que se entienda bien: expulsar a las organizaciones, nada más,, porque sus prácticas quedaron y fueron superadas. La mentira de antaño fue reemplazada por la mentira dictatorial que se pretende imponer con un edicto con sello y firma del gobierno revolucionario. Veámoslo.

Las manos limpias – quizás sí el corazón ardiente – no intervinieron en la producción del video con los sucesos de la Universidad Católica. No se ve mentiras lanzadas al viento, sino falsedades institucionalizadas como verdad histórica. Se inventó un vandalismo estudiantil, haciendo gala de una inexistente objetividad periodística del aparato gubernamental. Las secuencias de los hechos fueron alteradas. Una estudiante, sangrando por la brutalidad policial, aparece agrediendo a sus agresores. Otro, despojándose con desesperación de su camisa por la acción del gas-pimienta policial, estaría cometiendo actos de burdo irrespeto. Y, obviamente, se omitió la brutalidad de la fuerza policíaca. Se convirtió a la juventud universitaria en material editable al antojo y conveniencia del gobierno, vertiendo estas distorsiones en un documento oficial difundido a la nación. Ya no había una verdad falseada, como era usual, sino una gran mentira a través de un video gubernamental que estigmatizaba a la juventud. El mensaje gubernamental fue claro: la juventud universitaria es vandálica y defensora de la oligarquía. Así, tanta desvergüenza inmersa en el caso fue expuesta por El Universo (Ago.31), preguntando con sorna y en primera plana : “¿Y usted, cómo quiere el video?”

Se venía acentuando la presencia de la juventud en este proceso electoral. El cuestionado llamado a imberbes como electores fue el primer paso. Luego se habló de las virtualidades juveniles para decidir el futuro de todos y no faltaron voces descalificadoras que no pudieron impedir la nueva realidad: los jóvenes empiezan a ocupar espacios políticos antes reservados a la madurez de los mayores. Los jóvenes ya están presentes, aunque algunos están siendo usados como material electoral. El oficialismo, desorbitado como siempre, se atribuye el ingreso juvenil a la política y lo complementa con bailarinas profesionales que agraden a infantes con su voluptuosidad pornográfica. Puro marketing carente de valores morales: voces y acciones que mienten para aprovecharse de la manipulación. Un rostro más del gangsterismo político.

Los jóvenes integran un universo lleno de pluralidades, al igual que en el mundo adulto. Una sola etiqueta no los describe. Recordemos a adolescentes nazis y adolescentes cubanos delatando a sus amigos, parientes y vecinos. Recordemos también a los miles de jóvenes chinos que lucharon por la libertad y murieron bajo la metralla comunista en la plaza de Tianamen, pagando con sus vidas el nuevo capitalismo del comunismo chino. En España, Italia y EE.UU. admiramos a jóvenes ecuatorianos, con sus familias fracturadas, luchar por su superación, forjar con bastante éxito reintegraciones familiares y aportar con sus remesas al desarrollo nacional. En “Día 7” ( Ago.31 ), escuché a dos jóvenes partidarias del comunismo cavernario, abogando por la desaparición del capitalismo (!) , aplaudiendo la educación pública ecuatoriana(!!) y sosteniendo que debía prescindirse de la privada (¡!!!). Mi asombro duró poco : una, al menos, era afiliada al MPD, autor- a través de la UNE – del fracaso educativo ecuatoriano registrado penosamente en estadísticas internacionales. (Creí ver precoces canas en sus juveniles sienes y recordé el ungüento milagroso ofrecido por Correa, de rescatar la educación de manos del MPD, su gran aliado de hoy). En contraste, en el mismo programa brilló la juventud de Gabriela: valiente, decidida, dialéctica, frontal, despiadada a ratos. Ejemplar. Y en la Universidad Católica – para concluir mis ejemplos – vi a estudiantes luchar por la democracia y la libertad de expresión, dando cara a los vejámenes policiales.

Así es la juventud, con aberraciones y virtudes, con yerros y aciertos, a la que hay que respetar en su pluralidad y a cuyo desarrollo intelectual debiéramos contribuir todos, al margen de sus posiciones filosóficas o ideológicas. Lo altamente censurable es que se haya utilizado un episodio al que fue empujada la juventud universitaria, para fraguar una falsedad documentada: falsos los roles de los personajes, falsa la voz montada a una alumna con dificultades de dicción, falsas las situaciones proyectadas y falsas las conclusiones divulgadas, orientadas a dañar a la juventud. Como dije, no es una falacia más. Es una mentira dictatorial en función electoral y, de paso, denostar de jóvenes que no pueden dejar de representar a la juventud. Si desde ahora nos mienten así. ¿Qué nos aguarda si triunfan?