Para atender asuntos de mi trabajo profesional viajé a Lima-Perú a la feria de materiales de construcción que realiza anualmente la Cámara de la Construcción del Perú, CAPECO, sus características y presentación es similar a la que se realiza en Guayaquil, exponiendo muchos materiales y soluciones para construir mejor.
Mi estadía en Lima la aproveché para compartir criterios y opiniones con los colegas peruanos, quienes me brindaron una exquisita atención y la oportunidad de compartir y conocer la amplitud de los programas de construcción que existen, lo que hace pensar en la posibilidad de un importante incremento en el desarrollo de la construcción en Lima, que ya bordea los 9 millones de población.
Entre los diferentes temas tratados, no faltó el de la política, sobre la conducción del Presidente Alan García del Perú y del Presidente Rafael Correa del Ecuador, sobre los destinos políticos de nuestros países La opinión generalizada es que el Presidente ecuatoriano no parece ser de los dirigentes políticos que practican el oír, como una herramienta para gobernar.
Alababan la destreza con la que ha manejado la política el Presidente Correa, con planes e intuiciones que le han dado un rotundo triunfo, frustrando las esperanzas de nuestros compatriotas políticos, al haberle permitido ganar cuatro elecciones seguidas.
Se destacó que su éxito posiblemente se ha debido en formular permanentes denuncias de los males del pasado, triturando a sus opositores para ganar el voto popular, creando la ilusión de imaginarse un nuevo Estado cimentado en las cenizas de los gobiernos y políticos del pasado.
Yo expresé que las actitudes y las herramientas usadas para impulsar sus victorias, no constituyen herramientas permanentes que le garanticen nuevas victorias, pues él debe considerar que existen otras herramientas muy importantes, que por el camino ya recorrido, resultan indispensables para construir un nuevo país y gobernar en serio, esto es, con seriedad, por eso estimo que debe partirse por el cumplimiento de los programas y de los ofrecimientos realizados al calor de las campañas políticas, fundamentalmente para dar la sensación de construir y no destruir, para gobernar y no reinar, con el respeto que merece el bienestar humano.
El resultado final de las diversas conversaciones concluyó en la necesidad de expresar la idea de varios consejos generados al calor del perfil de un Presidente de las características del Econ. Rafael Correa.
Opiniones a manera de consejos:
- Ninguna democracia justa, eficaz y estable, se ha construido en base exclusiva de una Constitución. Es recomendable la practica de la tolerancia, transparencia y dialogo permanente, como los factores mas importantes para el fortalecimiento de la democracia.
- Las Constituciones de mayor éxito en el mundo, se sustentan en la buena práctica democrática, son de corto articulado y precisas, no ambiguas en su redacción. Nuestra nueva Constitución tiene 444 artículos, 30 normas transitorias y un reglamento para el “régimen de transición”, lo que la hace frágil, por las dudas que genera su obesidad.
- La fortaleza Presidencial que se ejerce en la nueva Constitución, con un Presidente en la cúpula de su popularidad, genera la condición estelar para vivir con una avasallante concentración de poder Presidencial. Lo que nos hace sugerir de que si realmente existe la decisión de un cambio para construir un nuevo país, debe el Econ. Rafael Correa alejarse de las tentaciones del autoritarismo Presidencial, pues si lo mantiene, se convertirá en un efímero retrato del pasado que tanto criticó y que lo llevó al triunfo, que luego lo puede conducir a la derrota.
- El club de la izquierda del siglo XXI formado por Chávez, Morales y Ortega, lo tentaron al Presidente Correa a integrarse para bailar algunos de sus ritmos. Debe romper esa tentación y no entrar en ese círculo vicioso. Esta debe ser otra de sus especiales preocupaciones.
- Debe mirarse en el espejo de los errores del pasado, para evitar cometer los mismos errores, no solo debe criticarlos. Propugnar el trabajo serio y honesto de una burocracia ya corrompida, con Ministros y Asesores que generen confianza para pensar que se ha iniciado el proceso del control de la corrupción, que aun sigue campante sin visos de desaparecer.
Resulta difícil dar opiniones a manera de consejos, desde luego sin la vanidad de consejero, sino con el simple deseo de opinar democráticamente, para que el oír se convierta en una eficiente herramienta para gobernar mejor.
El camino a la apertura autonómica es un consejo de respeto al desarrollo de los sistemas adoptados, cuyo ejemplo ha creado confianza y prosperidad, pensando en un país y en una ciudad, en particular, que saben asumir primero sus deberes para luego exigir sus derechos.
"Guayaquil, por la patria con autonomia"