La pregunta aun no tiene respuesta por parte del Gobierno, específicamente por el Ministerio de Justicia quien asumió bajo su cargo todo el Sistema Penitenciario y Carcelario del país. Le han dado miles de vueltas y realizado cualquier cantidad de comentarios negativos, pero no terminan de tomar una decisión mientras que la delincuencia flagela el país y en los Centros de Reclusión el hacinamiento y el irrespeto a los Derechos Humanos, no tiene límites.
El nuevo Centro Carcelario ha sido construido gracias al aporte del Sector Privado. La idea era complementar la seguridad de Guayaquil como se lo estaba haciendo con la dotación de armamento y vehículos a la Policía y apoyado en un moderno Sistema de Comunicación que enlace todos los Organismos que tienen a su cargo el enfrentar las emergencias. Si todo operaba como se tenia pensado, los delincuentes mas peligrosos que tenían bajo su imperio verdaderas bandas armadas, una vez capturados y juzgados debían ir a parar a este Nuevo Centro dotado de modernas seguridades donde la fuga les seria mucha mas complicada. Las cosas no se han dado como se esperaban debido al silencio gubernamental. La gran perjudicada, la ciudadanía.
Las criticas sobre la construcción han sido muy variadas. El Ministro de Gobierno, aquel que dice que el aumento de la delincuencia es una simple “percepción” alimentada por la prensa, calificó de mausoleo al Centro de Detención, posiblemente como una nueva forma de referirse en forma sarcástica a la ciudad de Guayaquil, donde existen hermosos mausoleos que se construyeron y se siguen construyendo en terrenos del Cementerio General, regentado por la H. Junta de Beneficencia de Guayaquil.
El Presidente Correa, en base a los comentarios que le han realizado sus subordinados, consideró que la nueva construcción carece de ventanas hacia el exterior, falta de ventilación y que quienes estén en el recluidos no tienen contactos con la naturaleza; que es un bunker a usanza de aquellos que se construyeran en la Guerra Mundial, para aguantar la embestida enemiga. Hay una gran equivocación e ignorancia relativa al concepto con el cual se construyó el Centro y principalmente a quienes serian los huéspedes que albergarían.
En todo caso el Sector Privado guayaquileño como siempre generoso y desinteresado, dio su aporte económico. La ciudad cuenta con un moderno Centro de Reclusión para aquellos delincuentes cuya hoja de vida y currículum delictivo trae como consumación que su rehabilitación no va por el lado que muchas de las Autoridades del actual Régimen pretenden. El delincuente contumaz y que tiene a su haber varias victimas, difícilmente es rehabilitado con talleres de ebanistería, zapatería, jardinería, etc; el tema está por el lado psicológico.
Esperamos que el Gobierno recapacite y deje a un lado las diferencias políticas pensando únicamente en el aporte positivo que representa para la ciudad y el país el Nuevo Centro Carcelario, construido, equipado y deshabitado mientras los delincuentes asolan el país.