Todas las violaciones constitucionales que se han hecho en el congresillo por quienes cacarean pertenecer al más limpio movimiento político de la historia, se quedan chiquitas frente a los atropellos cometidos anteriormente.
Los actuales desfloradores constitucionales, no son nada más que los mismos de siempre. Otrora miembros de antiguos partidos, se suman a los nuevos entontecidos del poder para tomarse todas las instituciones del estado. Bajo el pretexto de un cambio que solo es de nombre, todo sigue manejado por los amarradores y lambiscones del amo de turno.
Entre lo que teníamos y querríamos cambiar, con lo que tenemos y debemos aguantar; no hay diferencias.
Los mismos asambleístas fueron los primeros profanadores al prorrogarse en sus funciones.
Por otro lado, la auto proclamación de los miembros del tribunal constitucional constituye la más desvergonzada violación a la nueva constitución.
Los cómplices y encubridores de esta patraña, son aquellos que con su silencio avalan esta sinvergüencería nacional.
No solo que permitieron este desparpajo, sino que hoy los exhortan para que resuelvan el caos jurídico creado por su propia ignorancia, al desaparecer la corte suprema de justicia.
La exhortación hecha por el congresillo para que los auto proclamados arreglen el caos judicial es una farsa.
Los abogados interpretan las normas cuando son oscuras o cuando hay dudas sobre su verdadero sentido o alcance. Siendo la constitución muy clara en su redacción en este punto, no está sujeta a interpretaciones ni aclaraciones.
De lo que se trata ahora es simplemente de nombrar jueces a dedo, pero sin hacerlo de frente por que se actúa con hipocresía. Se trata de hacer lo mismo que en la pichicorte, pero escondiéndose tras un “fallo interpretativo” que dirán que tiene carácter vinculante y que por lo tanto hay que obedecerlo aunque no nos guste, aunque también dirán que a ellos no les gusta, pero que por patriotismo tienen que acatar.
Todo en el fondo es mentira y sinvergüencería.
Con el pretexto del cambio que todos queríamos, se están haciendo las mismas cosas denigrantes y rastreras de siempre. Su finalidad es simplemente la consolidación del poder para seguir lo más que se pueda amamantándose de la ubre nacional.
Lo que vemos es lo mismo de antes pero con nuevos actores.
Anteriormente los depredadores subsistían medrando, en cambio hoy el hambre de poder es tan grande que no solo se cometen barbaridades, sino brutalidades para desestabilizar nuestra convivencia democrática.
Lo acontecido con el caos judicial, no es culpa de los jueces al no aceptar sus nombramientos. La culpabilidad está en la ignorancia y la incapacidad de los asambleístas, quienes imbuidos por la prepotencia otorgada por la mayoría de los votos, han hecho rajatabla de todos los criterios jurídicos llevados a Montecristi y que nunca fueron oídos y peor considerados.
Los congresillistas son los sabelotodos del saber.
Creen que su conocimiento está por encima de cualquier ecuatoriano y no necesitan de nadie para saber como manejar el país.
En su soberbia y egocentrismo estará precisamente la mayor fuerza de su caída, ya que así como van las cosas; más temprano que tarde se dará
«Lo que vemos es lo mismo de antes pero con nuevos actores.»
Desgraciadamente ni siquiera los actores son nuevos. La obra es vieja y los actores son los trinqueros de cuarta de toda la vida.
Felizmente el pueblo elector de estas cosas no entiende, por que si algo entendiera, ya nadie ni siquiera escucharía las patrañas de los sábados del ciudadano presidente.
Esto nos pasa por elegir con el hígado y no con el cerebro, unos cuantos malintencionados e ignorantes quieren feriarse nuevamente los poderes, pero ahora con el respaldo de la constitución y el presidente. Q.E.P.D Ecuador
Es increible tanta sinverguenzeria con estos actores de manos limpias y corazones ardientes se estan feriando el pais. Pero cada vez van perdiendo adeptos, lentamente, pero vamos abriendo los ojos ante esta nueva forma de mentira.
Saludos.