A Galeano le ha molestado que Obama gane la presidencia de Estados Unidos, no hay vueltas que darle. Por más que diga “ojalá que sí”, el lector que no sea tonto leerá, “ojalá que no”. Parece que solamente él y otro -el que sabemos-, no encuentran razones para que la noticia ni siquiera les genere expectación. El otro, sueña con que llegue el día que a nadie le importe quién quede presidente de Estados Unidos. Pero bueno, Calderón, que era más viejo que yo, ya dijo que “los sueños, sueños son”.
Hablo de Eduardo Galeano, el que arruinó la vida y pudrió el cerebro, por empobrecimiento y por siembra, a una generación de latinoamericanos -y también de ecuatorianos-, con su best seller Las venas abiertas de América Latina.
A fines de los setenta y comienzo de los ochenta, eran muchedumbre los estudiantes de la Universidad de Guayaquil que abarrotaban la pequeña librería “Nueva Era”, que yo administraba, ubicada frente a la Universidad. Una de las obra más demandadas, era “El Capital, de Carlos Marx, para tercer año” (sic). Claro que nunca pudimos sobreponernos al impacto económico negativo cuando la editorial decidió cambiar el color de la portada, porque los estudiantes y sus profesores se negaron a reconocer como auténtica la nueva edición de color rojo que reemplazó a la verde anterior. Demás está decirlo, Las venas abiertas de América Latina batía los récords de ventas. Los pedidos de esa obra se hacían por cientos cada vez, y al parecer los universitarios, que recibían la materia de “Pensamiento Contemporáneo” en todas las Facultades, masivamente abrevaban de esas cenagosas aguas.
No en vano esta obra, por la que Galeano alcanzó la inmortalidad entre los suyos, fue llamada “La Biblia del idiota latinoamericano” y “Vademecum del Idiota latinoamericano” por el trio de cantantes Vargas Llosa, Mendoza y Montaner.
Hace unos días, Galeano escribió un artículo denominado “Ojalá”, en el que como indiqué más arriba, trasluce no solo su incredulidad de que el nuevo gobierno de Obama realice ningún cambio significativo, sino que aunque intente disimularlo, la amargura y la rabia contenida lo rebozan. Es que a Galeano solo le parecen significativas las fanfarronadas de Chávez, la verborragia fidelista ante la cual sigue quemando incienso, los trastabilleos de Evo Morales y la declaratoria de los derechos de la naturaleza de la Constitución ecuatoriana que tanto lo ha inspirado. Pero los insólitos logros democráticos de Estados Unidos ni lo inspiran ni lo inmutan, tampoco el compromiso de retiro de las tropas norteamericanas de Irak, y la tácita modificación del esquema internacional que se avecina. No, nada de eso inspira ni entusiasma a Galeano, todo lo contrario, le generan una rabietiza y fruncidera de morro propia del que siente que le empiezan a arruinar el negocio. En eso comparte una reacción que cada vez se hace sentir más en los sectores izquierdistas latinoamericanos, a pesar de los ojitos y besos volados que Chávez dedicó “al Negro”, antes de que éste ganara las elecciones.
En el mencionado artículo, Galeano, reclama por anticipado a Obama: “¿Continuará creyendo que su país ha sido elegido para salvar el mundo, tóxica idea que comparte con casi todos sus colegas?”. Aguda observación, no cabe duda, inteligentísima, solo que sesgado como todo lo que brota de la chueca pluma y lengua de Galeano. Porque hablando de “salvadores”, tóxicos son solo los gringos, según Galeano, nunca los enrojecidos y predestinados salvadores, como Chávez, Fidel Castro y el Che. Aunque en estricto sentido, habrá que revisar y reajustar el breviario lexicológico de la izquierda ¿ahora quién podrá llamar “gringo” a un negro como Obama?
Sigue diciendo: “¿Obama aceptará que el racismo sea normal cuando se ejerce contra los países que su país invade?” ¿No es racismo contar uno por uno los muertos invasores en Irak y olímpicamente ignorar los muchísimos muertos en la población invadida?” ¿Entendieron ustedes eso? ¿Qué tiene que ver con el racismo la cuenta de los muertos de uno u otro lado? Que yo sepa nunca Estados Unidos justificó su absurda invasión a Irak en ningún tema de raza, y los muertos irakíes no son asesinados por ser de raza alguna, como tampoco los muertos norteamericanos, entre los cuales hay de todas las razas: negros, latinos, judíos y gringos sonrosados ¿Entonces? Una cosa es que la presencia norteamericana en Irak sea un error y hasta una estupidez, incluso un crimen, ¿pero racismo? ¡por dónde! Solo en la torcida e ininteligible interpretación galinesca.
Pero el diamante de la diadema es el siguiente: “¿Obama firmará y cumplirá el compromiso de Kyoto, o seguirá otorgando el privilegio de la impunidad a la nación más envenenadora del planeta?… ¿Podrá cambiar el rumbo asesino de un modo de vida de pocos que se rifan el destino de todos? ” Y eso sí es cantar verdades en el más puro estilo de Galeano. Es cierto que le cabe a EEUU la gloria de ser el país “más envenenador del planeta”, pero es estilo de Galeano silenciar que el segundo envenenador del mundo es China (firmante del Protocolo de Kyoto), alcanzando casi a EEUU y superándolo dentro de muy poco. Se hace el tonto al callar que Rusia es el tercero e India el cuarto. Calla también que en los diversos índices de medidas para control de la contaminación, como el Environmental Performance Index (EPI)), Estados Unidos ocupa el puesto 39, frente al 120 de India y 105 de China (Ecuador está en el 22), y que en otros indicadores como el Indice de Sustentabilidad Ambiental (ESI), de entre 146 países. EEUU ocupa el puesto 45. Pero quizá lo más importante que dejó de decir Galeano con relación al Protocolo de Kioto, que tanto lo atormenta, es que 3 de los firmantes: China, India y Brasil, no están obligados según el mismo Tratado a reducir de manera efectiva las emisiones contaminantes, a pesar de que los 2 primeros son probablemente los más desaforados contaminadores actuales, y que Rusia ha bloqueado sistemáticamente los trabajos del Protocolo.
Como vemos, para Galeano todo vale cuando se trata de culpar a los yanquis de cuanto malo ocurre en el mundo, o sea, a los “gringos de mierda”, según Chávez. Todo vale, hasta relativizar las verdades y los hechos. Todo sirve, cuando se trata de ensombrecer la democracia y los límpidos resultados de ésta. Todo, hasta vestir de gris turbio la esperanza y las lágrimas del Reverendo Jesse Jackson, en tácito escupitajo lanzado a los recuerdos de quienes se las jugaron de verdad luchando por la libertad, la democracia y la igualdad de derechos civiles.
Va siendo hora de ir desenmascarando a este sembrador de infamias que tanto daño ha hecho a américa latina contribuyendo a teorías de dependencia completamente idiotizantes. Algún día, despertaremos y nos preguntaremos dónde habíamos dejado el sentido común al escuchar a este plañidero amargado e incapaz de Galeano.
Estimado Sr.:
Lastimosamente Galeano no es el unico que tiene esa posicion de oposicion ciega.
Sus seguidores no se quedan atras, me ha pasado que despues de demostrar hasta la saciedad que algunos de los colaboradores del regimen son los mismos contumaces ladrones de siempre me responden:
«Ahora son diferentes bajo el liderato de Correa».
Que comodo debe ser para Galeano hablar de la pobreza de los pueblos mientras viaja por el mundo con los gastos pagados y lucra de sus libros al los cuales los comercializa al mas puro estilo Capitalista.
Saludos
Francisco.
Lo felicito por tan ilustrador artículo. Para Rafael Correa y sus izquierdistas colaboradores, este Galeano debe ser un gran pensador, pues lo imitan a cabalidad, especialmente los ministros Larrea y Ponce. I. Hurtado Y.