Debo confesar que, en estos precisos instantes en que estoy preparando esta nota, me invaden una serie de indescifrables sentimientos. Bueno, por la tremenda importancia del tema, es entendible lo que me pasa. Además, sin lugar a duda alguna, estas similares sensaciones las están experimentando Incluso cientos de miles de ecuatorianos más.
Todo empezó con esa convulsionante conformación de la Asamblea Nacional Constituyente, convertida luego en un gigantesco putamadral, y que en la actualidad únicamente con nombre cambiado, sigue protagonizando problemas al país. Esa que tuvo en su seno a ingratos y perversos participes y coparticipes, autores y coautores directos e indirectos, y que ahora dicen haberle entregado al país una nueva y única constitución. (Y muchos nos preguntamos: Para Que..?).
Hace pocos días la prensa nacional nos entregó un sinnúmero de noticias relacionadas con la petición de perdón de Fernando Vega a “su iglesia”, y en su narrativa sorprendente se nos dio a conocer que dicho arrepentido sacerdote había pedido perdón por haber participado en política y haber formado parte de “tan ilustre cuerpo colegiado” del entonces. Pidiendo a viva voz que le permitan regresar a sus prácticas clericales, etcétera.
En lo personal, no voy a presumir que estoy imbuido de rencor o venganza contra dicho triste personaje. ¡No señor!, pero tampoco puedo dejar de rechazar las acciones de un individuo que en este caso y de forma protagónica contribuyó con la aprobación de artículos que fueron perversamente manipulados Infinidad de veces. Particularmente, y durante muchos años, me toco vivir arduas jornadas demostrando con la constitución en la mano que el famoso aborto terapéutico y/o eugenésico no existen, tanto a colegas ex diputados cuanto a ex y actuales asambleístas, así como a ciertos médicos y expertos en salud pública, quienes dicen respetar la vida pero jamás practican dichos postulados, a creyentes y agnósticos, también a ciertas mujeres que extrañamente no saben valorar su rol integro de madre, pero se pasan la vida pregonando paralelos derechos, incluso a los más fervientes y peligrosos abortistas cuyo único interés ha sido, es y será mantener vigente la mas aberrante de las industrias. Aquellos que, antes de ponérselo, ya han manchado sus mandiles con la sangre de inocentes e indefensas criaturas. Mas sin embargo, y a pesar de todas esas falacias, permaneceré siempre en la lucha.
Consultando con mis archivos, acabo de encontrar copia de una de las tantas cartas que le enviaba a mis buenos y entrañables amigos Pro Vida (25 de julio/08). Procedo entonces a citar unos cuantos párrafos de la misma:
“Debo confesarles que me ha dado mucha rabia y dolor constatar la actitud irreverente y soberbia del asambleísta Fernando Vega, quien conociendo desde el fondo de su corazón que la mentira envolvente y perversa con la que sus compañeros asambleístas han venido planificando el irrespeto al derecho a la vida, desde su concepción y sin excepciones; en su discurso de ayer, este señor ratificó con su voto el inhumano y diabólico instrumento de genocidio, como es el aborto.
Una cosa es la lucha por nuestros ideales y mantener firmeza en esa lucha, con lógica y coherencia, pero otra muy distinta es hacer de esa lucha una acción que irreverencia el único principio y razón de la existencia de un Ser Supremo, y que él como sacerdote o ex sacerdote debe llevar siempre en lo más profundo de su corazón, hasta el final. Y quien por sus actos demuestra que no se ha dado siquiera la oportunidad de ser humilde, sensible y autentico como verdadero cristiano.
He aquí entonces un extracto de sus pensamientos y discursos dados a conocer en tan aciaga y vergonzosa madrugada (me estoy refiriendo al día en que la asamblea le dio la estocada final al país, cuando aprobaron decenas de artículos en una jornada maratónica aquel 24 de Julio del 2008): “Esta constitución es un “CANTO A LA VIDA” (!!!), ha sido concebida contra el aborto, incluso con los apuros del padre que quiere que nazca antes de hora, es hija de NUESTRAS VIRTUDES y nuestros defectos”
Seguro estoy que después de que algunos de los detractores de siempre lean este articulo, querrán decir mediante su purulento verbo que estoy siendo exagerado y hasta injusto con Fernando Vega. En ese supuesto escenario jamás consentido, si yo estoy equivocado, entonces de que se ha arrepentido el sacerdote Vega..? , por lo que prometo que todo juicio de valor que se emita por parte de los arriba mencionados, me tiene sin el mas mínimo cuidado. Además, cada uno de ellos saben bien lo que digo y a quienes me estoy refiriendo.
Bien vale la pena entonces citar a propósito una de las más bellas frases de Gandi:
“Más atroz que las malas acciones de la gente mala, es el silencio de la gente buena”.
Finalmente, no soy yo…, ni usted…, ni usted…, ni usted…, a quienes nos tocaría juzgar las acciones del sacerdote Vega. Pues a pesar del dolor inmenso causado a nuestra patria por ese proceso viciado de errores e inconstitucionalidades, atropellándose como es el caso el sagrado derecho a la vida de miles y millones de niños por nacer; a pesar de todo aquello y por la forma como se están dando los eventos, desenmascarándose uno a uno sus protagonistas, una vez más me fortalezco y me convenzo plenamente de que ¡DIOS NUNCA PIERDE!.
Muy profundo su articulo. Casos como el que usted acertadamente narra son los que por desgracia han hecho que lamentablemente algunos fieles se alejen un tanto de la iglesia catolica.
Es inaudito que un sacerdote haya impulsado el aborto a traves de una ley que atenta contra el derecho a la vida de los niños dentro del vientre de su madre. Eso es verdad y a todo el pais le consta.
Es verdad que no es a nosotros a quienes nos compete juzgar las insensibles acciones que el cura Vega hizo en Montecristi al apoyar con sus votos, repito, esos articulos antentatorios contra la vida desde la concepcion, eso hay que dejarselo a Dios.
Mientras tanto usted mantenga firme su lucha y sus convicciones a favor de la vida. Yo conozco su trayectoria como Diputado y puedo decir que es uno de los pocos que se salva del criterio que de ellos tenemos la gran mayoria de los ecuatorianos, asi como del criterio de la gran mayoria de los famosos asambleistas que no son para nada diderentes de los primeros nombrados.
Felicitaciones.
Yo considero que fue aberrante la actitud del sacerdote Vega al imprimir su nombre aprobando una ley que denigra a los seres humanos. Por mas que el gobierno y las fuerzas abortistas de este pais digan lo contrario, es una vergonzosa realidad lo sucedido.
Muy bien expresados sus comentarios señor Ramirez. Que facil fue hacer daño y luego pedir perdon. Acaso Vega no sabia desde el principio lo que estaba haciendo?
Pero asi es la vida, es verdad que a nosotros no nos compete juzgar tan absurdas acciones, eso le corresponde a nuestro Dios, pero lo que a mi tambien mas me duele es que precisamente ese señor siendo sacerdote, haya dicho que esos articulos aprobados en esa constitucion de $%&· sea «UN CANTO A LA VIDA».
Mil felicitaciones a usted y continue con su lucha que la gente que ama a Dios lo apoyara siempre
¡TIENE TODA LA RAZON USTED SR. RAMIREZ!
Lo que pasa es que los ecuatorianos rapidamente sufrimos de amnesia. Esta bien el pedido de perdon a la iglesia por parte del sacerdote Vega, lo que no esta bien es que haya dicho que esa constitucion es un ¡canto a la vida!, sabiendo que los articulos pertinentes atentan contra la vida desde la concepcion.
Efectivamente es a la iglesia en nombre de Dios a quien le corresponde perdonar o no a dicho curita.
Yo lo felicito muy deveras por la frontalidad y la honestidad con las que ha escrito ese articulo. No olvide que la justicia tarda, pero siempre llega.