Nadie como el periodista para, a nombre del derecho, defender la libertad de los hombres y nadie como el maestro para, a nombre de la libertad, preserva el derecho en sus alumnos a vivir cada etapa de la vida de acuerdo a un desarrollo sicobiológico normal.
Ambos tienen un solo compromiso: velar por su nación formada de niños adolescentes, jóvenes y adultos.
Por eso, ¿Cómo callar hoy, cuando quieren usar a los adolescentes, hombres y mujeres de la patria ecuatoriana, vulnerando su derecho a la vida normal?
De conocerlos y hablar de ellos, nadie mejor que una maestra que se ha pasado más de medio siglo formándoles; y, sobre todo, haber visto como los ególatras del mundo, a lo primero que echaron mano para su satisfacción, fueron a los niños y adolescentes entre 12 a 17 años, fáciles para el adoctrinamiento y la maldad, si no hay quien los guíe al bien.
Es esa la edad de la plena transformación sicofisiológica, cuando ese “no sé que me pasa” de incertidumbre y miedo, se puede convertir en resentimiento y violencia, incluso contra los seres que más amó en su infancia, de los que se sienten “hartos e incomprendidos”.
Y por ese resentimiento a sus mayores y al orden establecido, son sensibles a dejarse seducir de quienes quieren aprovecharlos. Así lo hicieron en su tiempo: Hitler, Mussolin, Stalin, Mao y más jefes del Soviet en colonias, ejércitos y comunas, que fueron tantos hasta llegar a América con Castro, Ortega y etc., etc., Es la edad de la necesidad del adolescente para formar grupos “contra alguien” – De ésto saben también los que manejan “guerrillas” y pandillas. Los adultos, son los jefes, que se sirven de ellos para subsistir.
Es entre los 15, 16 y 17 años (a veces hasta los 18 a 20, los de maduración tardía), en que pueden agredir aún a sus propios padres y amigos, por lo que bien pueden en grupo hacerlo contra la Patria.
“Nadie es serio a los 17 años” le oí decir al Decano de una universidad, ni aún ese muchacho que es “tranquilo y juicioso”; solo hurgar un poco en él y encontraremos sus temores y angustias.
Entes fáciles de convertirse en “ángeles” o “demonios”, según sean sus líderes positivos o negativos.
Recuerde, quien leyó a Dickens en Oliverio Twist, el viejo protector “Fagin” que hacia sentir héroe y daba elogios, al que mejor había aplicado sus técnicas de estruche y robo- que les hacia entrenar cada día, haciéndoles sentir orgullosos con los resultados que traían para aumentar su riqueza. Y había algo importante: para que el robar no lo consideren como un crimen, los tenía convencidos que era algo justo, quitarle al que tiene, lo que ellos “pobrecitos” no tenían (¿?).
Ahora el gobierno quiere echar mano de los adolescentes para que lo sostengan en el poder, porque ya la gente que votó por el, incluyendo los jóvenes, se están dando cuenta luego de 2 años, que un gobierno que persigue “la justicia siglo XXI” de odio y venganza contra el rico y de hegemonía del poder político con un despotismo que ya instalado con el voto a nombre de la salvación del pueblo se convirtió en el estado megalómano que estamos viviendo; con el agravante, como lo reitera Jean-Ravel al hablar de esta clase de estado-socialista-que “su meta no es el progreso económico y social, es más que un sistema económico, un sistema político que exige para su implantación el sacrificio de la economía…” mandando al traste las aspiraciones populares y con medidas autoritarias y hegemónicas convertirse en el único empresario del País y hasta el único jefe de los medios de comunicación del Estado. En cuanto a reunir a los adolescentes para sostenerse, es hacerle una mala jugada a la misma Constitución ecuatoriana: que el Art. 44 considera a los adolescentes junto a los niños y niñas para reconocerles “el derecho a su desarrollo integral, entendido como proceso de crecimiento, maduración y despliegue de su intelecto…”
Art. 45 “Los niños, niñas y adolescentes gozarán de los derechos específicos de su edad…”
De ahí mi grito de Maestra y Periodista.
¡Dejen a los niños y adolescentes fuera de sus jugadas!
Mis felicitaciones a Lily de Arenas, por enfocar con tanta inteligencia, claridad y sobre todo conocimiento profundo de causa por ser maestra, del trasfondo de permitir el voto de los jovenes de 16 años.
Ojala sea oida, lo dudo porque su Majestad el todo poderoso ya lo dictamino y le importa un salado rabano la suerte de nuestro querido Ecuador ni de sus habitantes, sean estos jovenes, ancianos o simples mortales. No se hasta donde quiere llegar, que es lo que quiere hacer y lo peor de todo por que lo hace.
Completamente de acuerdo con usted, mi querida Lily.
En mis ámbitos de acción, como parte de grupos juveniles católicos y como profesor secundario, puedo dar mi testimonio de vida al respecto: los muchachos, a pesar del desarrollo intelectual que ha habido en los últimos años, no están en capacidad de discernir al respecto.
Es más, usted habla de maduración tardía entre los 18 y 20 años. Yo me atrevo a decir que, hoy por hoy, dado el ambiente de sobre protección en el que viven nuestros hijos, la conocida «edad del burro» se está prolongando hasta los 24 ó 25 años. Esto, debido a que damos a nuestros hijos toda la capacitación y formación intelectual que es posible, pero asimismo les estamos negando que pasen los «sufrimientos» que a nosotros nos formaron; les damos las comodidades, los adelantos tecnológicos, los gustos, los caprichos; la pedagogía evita que los pobrecitos «se traumen» con las experiencias que a nosotros nos hicieron fuertes.
Bueno, tampoco digo que haya que usar los métodos de «la letra con sangre entra» ni cosas por el estilo, pero la naturaleza mismo se encarga de fortalecernos por un lado, mientras nuestro desarrollo intelectual hace que nosotros los debilitemos por otro.
Lo gracioso, querida Lily, es que quienes proponen una mayor participación de los adolescentes en la vida política del país son gente, como usted y como yo, que ha educado por mucho o poco tiempo a juventes y, según sus experiencias, piensa que los capacidad crítica e intelectual de los muchachos de hoy en día les hace ser lo suficientemente críticos como para ser incluidos en el voto.
Lo que se les paso de alto a estos legisladores, además, es que todo derecho implica deberes. Es así como, si se les da el derecho al voto (pues es opcional) porque tienen la responsabilidad necesaria, la contraparte sería darles obligaciones civiles de adultos, como la de responder por sus actos con las mismas penas que los adultos, ¿no le parece?
Para las personas sensatas y reflexivas, cada día es más claro el camino que está tomando el gobierno de la «revolución ciudadana Siglo XXI»: transformar nuestra democrática y pacífica patria en una réplica de Cuba. Por eso la siembra de odio entre ecuatorianos, fomentando el regionalismo, el odio de clases, defenestrando a los altos mandos militares para formar una nueva cúpula que se formará en Rusia, Irán y Cuba. El supuesto acercamiento del gobierno a la iglesia no tiene otro fin que conseguir los votos que Guayaquil y los cristianos le negamos en el referéndum. No hay duda que detrás del presidente Correa, a quien considro un mediocre, existe una eminencia gris tan extraordinariamente inteligente como perversa. La felicito Sra. Arenas por tan ilustrativo artículo.
Atentamente,
Irene Hurtado Yunes.
Excelente articulo,concuerdo con Irene Hurtado,pregunto, que estamos esperando que las cosas empeoren mas,que el gobierno se haga mas fuerte en base de la gran masa de ignorantes que lo apoyan?. Es hora de arrancar con un programa agresivo antigubernamental que pare todas estas maniobras que no son nuevas y que ya han sido usadas por gobiernos comunistas que llevaron al CAOS al pueblo, y a la nacion la retrocedieron otros 100 anios en su desarrollo.
A ver, estoy de acuerdo con que hay que parar el carro no sólo a los abusos y heterodoxias de Correa, sino también al mal manejo que de la Justicia se está haciendo en Ecuador. No logró convocar voces de apoyo REAL (no sólo bla-bla) para comenzar el plantón para sacar a la espuria Corte Constitucional y el resto de ilegalidades e inconstitucionalidades que hoy por hoy pueblan el país.
La convocatoria ciudadana que llevó a la caída del mamarracho de Gutiérrez comenzó con los plantones de un par de movimientos sociales y de control frente a la antigua Corte Suprema de Justicia en diciembre de 2004.
Pero ese no es el tema.
El asunto de la participación de los adolescentes en los asuntos políticos es algo más amplio que la coyuntura y que el mismo Correa. Como me decía un lector, en este medio le damos demasiada importancia a Correa; pues que la tiene, la tiene, pero el asunto SOCIAL es responsabilidad de TODOS, es mucho más amplio y complicado.
Sea Correa, Nebot, Pepito o Juanito el que haga o no haga con los adolescentes, cada uno de ellos es un funcionario temporal, cuya obra puede o no colaborar con el buen desarrollo de la sociedad, pero es ésta la que tiene la mayor responsabilidad en viabilizar los proyectos sociales con buen derrotero.
Sí, combatamos a Correa en lo que haya que combatirlo. Sí, hagamos una oposición PROPOSITIVA, positiva y planteando soluciones… No pura crítica vacua y disparando al aire o dando palos de ciego.
Seamos puntuales.
¿Qué vamos a hacer?
Hablando de los niños y del ejemplo que debemos darles los mayores, ¿qué opinan ustedes de inducirlos a fumar?
Todos sabemos que el tabaco produce, en muchos de los casos (no en todos), muchas enfermedades a distintos órganos del cuerpo: pulmones, estómago, cerebro, garganta, etcétera, llegando a producir hasta cáncer allí donde, Dios no quiera, sea posible.
Pues bien, existe el caso de un fumador empedernido, a quien no se le podría recordar sin un cigarrillo en la boca, al cual, como lógica y correspondiente secuela de su VICIO, le dio cáncer y otras enfermedades.
Gente como este señor debería servir de MAL EJEMPLO para los niños, como demostración de que el tabaco (y en su caso también el vodka) hace daño y que, como pago, pueden morir con cáncer.
Me parece ilógico que, hoy por hoy, se le hagan homenajes al fumador, al MAL EJEMPLO.
Que Dios lo perdone y lo lleve a mejor sitio, pero que los humanos lo sepamos poner en el que humanamente le corresponde.