Respondiendo preguntas de Omar Abril sobre el tema Palestina e Israel

PREGUNTA.- ¿Por qué en Guayaquil hay tantos libaneses, sirios y palestinos cristianos y por qué no hay musulmanes? (A excepción de los recién llegados a los negocios de shawarma). No tengo claro si es que los primeros llegaron a la ciudad por motivos religiosos o sólo por negocios.

RESPUESTA: la razón de las emigraciones de principios del siglo 20 fue principalmente de ciudadanos libaneses principalmente cristianos ortodoxos que huían de la obligación de enrolarse en el ejército turco. Turquía se sumergió en la primera guerra mundial junto al imperio austro húngaro. Los cristianos libaneses no se sentían turcos, ni estaban dispuestos a luchas contra Francia, su país referente en el mundo occidental. Emigraron por esas razones pero básicamente los fenicios ancestralmente emigran desde siempre por comercio y en tiempo de guerra es difícil trabajar.

Para ese entonces y hasta 1970 al menos el 50% de los libaneses eran cristianos y pro occidentales. Eso no sucedía con los sirios y mucho menos en los palestinos cuya inmensa mayoría fue y es musulmán. Pero también emigraron a Ecuador muchos musulmanes que llegaron especialmente a Quito entre los cuales los Dassum, Misle, Ramadan por citar a los que puedo recordar. México, Chile, Argentina y Brasil fueron los países donde hubo emigración masiva del Medio Oriente. Aquí llegaron pequeños grupos en base de referencias. Hacer América, no era precisamente ir a los EEUU. Se asimilaron al país y jamás el tema religioso fue razón de segregación ni con los católicos nativos, ni con los musulmanes, ni con los judíos que también se establecieron en Ecuador masivamente durante la segunda Guerra Mundial huyendo del nazismo. La colonia árabe, musulmana o cristiana de tercera generación ya está totalmente asimilada en Ecuador, así como en otros países de Sudamérica donde el fenómeno de la emigración de los medio orientales fue mil veces mayor.

La colonia judía se aísla genéticamente, no en el mundo mercantil, pero para ellos es el vientre materno el que otorga la condición. Así sobrevivieron como una unidad religiosa y étnica durante los 2.000 años que pasaron hasta volver a un Israel configurado como Estado.

Las migraciones recientes, la de los del “shawarma”, obedecen a un fenómeno propio de los tiempos modernos. Ya los ecuatorianos también emigran masivamente cosa que antes no sucedía, por razones de la modernidad en el transporte, facilidad de comunicación, un tanto por el sentido aventurero y otro tanto por mejorar las condiciones de vida. Los chinos, rusos inundan por doquier.

No son condiciones particulares sino consecuencia de eso que se llama globalización. Los “shawarneros” no están aquí por ninguna otra razón particular, y no sé qué porcentaje de ellos son musulmanes o cristianos. No es un factor. Lo cierto es que en el Líbano actualmente los cristianos constituyen una clara minoría, cuando hasta antes de los años setenta compartían constitucionalmente el poder con los musulmanes. Una sana forma de convivencia que Siria la hizo desparecer de una manera cruenta que tuvo su fundamento más que en lo religioso que por su simpatía hacia lo occidental.

Habiendo menos cristianos libaneses, habrá sin duda un mayor porcentaje de musulmanes abriéndose camino mediante la emigración. Resumiendo: para los cristianos de Medio Oriente el tema de Israel no es nada personal, ni religioso y prefieren muchas veces convivir con ellos antes que con los palestinos sin tierras que andan como penando por tener su lugar en el mundo, su territorio y su identidad.

La violencia se engendra con aquellos palestinos sin tierras, tierras que las fue ocupando Israel con beneplácito del mundo occidental, Inglaterra y EEEUU específicamente. La violencia se acrecienta cuando se la quiere aplacar con la política de cien ojos por cada ojo, y cien dientes por cada diente. Es difícil convivir con los desposeídos dispuestos a morir porque no tienen mucho que perder y más bien mucho que ganar por el fanatismo religioso en el que caen por su falta de esperanza y porvenir.

PREGUNTA Usted dice: “Los palestinos en cambio están hacinados en Gaza, sin luz, agua, medicinas ni alimentos”; sin embargo, en mi corta visita a Cisjordania (me recomendaron no entrar a Gaza) pude comprobar que contaban con todos estos beneficios y que estos eran proveídos por Israel. Belén se podía apreciar como una ciudad pujante sin un resentimiento tan grande contra Israel. Ciudades como Nazareth o la misma Jerusalén tienen más población árabe que israelí; sin embargo, ellos conviven sin problemas con los israelíes. ¿Por qué precisamente el área donde predomina Hamas, es la más violenta? ¿Acaso ellos no tienen también parte de culpa, o usted cree que toda la culpa es de Israel?

RESPUESTA; Yo me refiero precisamente a Gaza, donde hay un millón y medio de palestinos hacinados en 450 kilómetros cuadrados y desérticos, y cuyos servicios básicos depende de Israel. En estos momentos Gaza tienen cortado estos servicios y sus accesos, y en medio de ello se desata una operación militar de gran envergadura. Claro está que si usted hubiese ido a Gaza hubiese entendido mejor la situación. Muchos palestinos se han adaptado a una convivencia con Israel, y muchísimos han emigrado por todo el mundo. Pero finalmente hay palestinos hacinados sin esperanzas de ser aceptados. Y cuando ya no hay esperanzas es que el terrorismo cobra sentido y puede volverse diabólico y extremo como políticamente Hamas lo es.

PREGUNTA Finalmente, ¿cuál usted cree podría ser la solución al conflicto? ¿La desaparición de Israel? ¿Acaso ellos no merecen también contar con un pedazo de tierra?

RESPUESTA; difícilmente nadie actualmente viviente podrá ver una adecuada solución. Lo que acercaría a encontrar una solución, seria la creación del estado Palestino, con respaldado internacional económico occidental. Eso el sionismo no lo permitirá jamás. El sionismo es oculto. Hamas no. Hay que entender al sionismo como una centenaria decisión de recuperar Jerusalén con ayuda de la gran pujanza e influencia internacional alcanzada por los judíos dentro del esquema económico occidental. Así se explica cómo en los EEUU se produjo un 11 de septiembre y se ha convertido como blanco del terrorismo musulmán.