¿Existen, en verdad, los organismos internacionales que, promoviendo la paz, logren el cumplimiento de los derechos sociales y humanos para con los pueblos? ¿Dónde están? ¿Por qué no aparecen sus representantes cuando más son necesitados? Como que ya no tiene sentido hablar de Naciones Unidas para estos casos. Después de la segunda guerra mundial parecía, con su presencia, que un camino hacia la seguridad mundial estaba abierto para andarlo sin miedo, con libertad y en justicia.
Tal cual lo hemos repetido cantidad de veces en nuestros comentarios, sin embargo, Naciones Unidas no pasa de un escaparate, de alto nivel, donde el vitrineo de las grandes potencias opaca y bloquea la presencia de los pequeños países, de los pueblos que buscan apenas sobrevivir creyendo en las diferencias de una identidad propia. Sólo cartas, llamados de atención y hasta jalones de orejas entre tanto la sangre salpica por todas partes desde el hacinamiento de montones de cadáveres en uno u otro hueco de la tierra. Los que matan son reconocidos en su calidad de héroes y los asesinados quienes debían morir por terroristas, desestabilizadores, basura de la sociedad. Hoy, en este juego, los israelíes buscan el reconocimiento de su fuerza y poder tratando de completar el genocidio contra el pueblo palestino. Genocidio iniciado antes, incluso, de la creación del llamado Estado de Israel en 1948, sinónimo de una cabeza de playa en beneficio de los intereses multinacionales de los Estados Unidos.
Son más de 50 años… Los palestinos fueron desalojados de sus hogares y hostilizados para que abandonen sus tierras, sus cultivos, sus esperanzas. Y sobre este agravio humano tomó cuerpo el actual Estado facistoide, militarizado y autoritario, armado con bombas nucleares que hoy cerca la Franja de Gaza por mar, tierra y aire con el beneplácito del presidente Bush y el silencio comprometedor de Obama.
Aplaudida semejante situación por Hilarie Clinton, cuando supo que el candidato ganador seguiría defendiendo el statu quo del Medio Oriente. ¿Quizás, empero, en esta incriminación, tan a raja tabla, verdadera o no, para unos y otros, es mejor ya no insistir?. Entonces, debe imponerse el diálogo. No a favor del más fuerte. Exclusivamente, mas bien, de acuerdo a la racionalidad de la diplomacia política y a la realidad del sentido más humano de una relación social pertinente. Muchas veces ha sido promovido este andar, y de igual manera, detenido muchas veces. El punto de encuentro y de llegada, eso sí, por ningún motivo, puede ser el crimen organizado a través del avance tecnológico militarista y su arremetida. Bajo esta perspectiva siempre las cosas mostrarán, únicamente, deformaciones y jamás el diálogo para un arreglo definitivo dará su fruto.
Israel debe comprender que subsistiendo en las tierras que siempre fueron palestinas, este pueblo, el pueblo palestino, conformado en Estado tiene pleno derecho a mantenerse como tal, con un gobierno democrático nacido de sus condiciones socio culturales y en proyección de sus propias aspiraciones. ¿Cómo negar a un pueblo, en este caso el palestino, vivir su auténtica identidad que es su razón de ser ante la historia y proyecto de realización para su porvenir? Palestina tiene el derecho no sólo a conformarse en Estado, sino procurar lo mejor para sus hijos, en educación, salud, vivienda, cultivos, industrias, manifestando continuamente su fondo cultural. ¿Qué posibilidad hay de conseguirlo?
Entre ambas partes debe existir movilidad de sus pueblos, a uno u otro lugar; el muro levantado entre las dos sociedades debe ser destruido; los refugiados palestinos que deseen deben tener la opción a regresar; Jerusalem tal cual fue declarada “patrimonio universal” no puede permanecer, políticamente, en manos de Israel en calidad de chantaje inquisitorial tal cual está; los estados árabes comprometidos con la Causa palestina están obligados a generar los créditos suficientes y necesarios para definir la modernidad en el nuevo Estado palestino. Menos palabras y menos rasgarse de vestiduras…
¿Ficción semejantes planteamientos? ¿Irracionalidades y torpezas sin mayor criterio? En todo caso, ya es hora de que digamos todos a uno ¡NO AL GENOCIDIO PALESTINO! Ayudemos a la apertura de la paz, la democracia y la realización creativa de la vida…
Estimado señor Arteaga:
Es lamentable la situación del pueblo palestino, pero debemos identificar a los culpables. Poco antes de que el estado de Israel fuera creado, la ONU estableció la partición, en vista a la distribución demográfica del antiguo mandato británico. Igual ocurrió en la antigua colonia británica de India (India y Paquistán), así como Ruanda-Burundi (cuya partición fue apoyada justamente por los países musulmanes). Cuando la ONU estableció la partición entre los judíos y árabes, Israel lo aceptó. Los árabes no, y a más de sus fuerzas armadas (combinadas de cinco países) utilizaron a sus correligionarios en Palestina para combatir a los judíos, a quienes juraron exterminar. Ruego que se remita a los titulares de los diarios de la época, en los distintos países árabes, y podrá apreciar dónde se arraigó desde temprana época el odio, que continúa hasta ahora. Asimismo, sería interesante que analice dónde se han enseñoreado los regímenes fascistoides (justamente en los países enemigos de Israel, tales como Siria, que en 1982, en una ciudad que para coincidencia se llamaba Hamas, masacró a 20.000 personas, o Irán, que no se caracteriza justamente por las libertades civiles o los derechos individuales, o como la porción de Palestina ocupada por el grupo Hamas, que asesinó a un sinnúmero de compatriotas integrantes de la facción rival Al-Fatah, y que despierta la animadversión de su otro vecino, Egipto, que por cierto, ha bloqueado su frontera con Gaza desde que Hamás ocupó el poder, imposibilitando, al menos oficialmente, el tránsito de bienes o personas por su frontera común, dato que no es mencionado, cuando se habla del bloqueo de Gaza).
Pese a los intentos de desfigurar la historia e identificar el genocidio que padecieron los judíos en la Europa dominada por el nazismo, o el que sufrieron los armenios en Turquía o los habitantes de Darfur en Sudán, con la situación en Palestina, es evidente que ha sido Israel la parte atacada, que debe defenderse. Israel no puede esperar a que el enemigo, repudiado por los propios árabes y por sus compatriotas de Al-Fatah, se fortalezca y que las agresiones que hoy padece se intensifiquen en el futuro. Israel tampoco puede detener su acción de defensa hasta no debilitar por completo a Hamas, caso contrario el infierno de tener que vivir en refugios por los cohetes Qassam se repetirá, y con mayor frecuencia y efectos devastadores.
Así que el «genocidio» es infligido por Hamas.
Por tanto la respuesta a la pregunta ¿Hasta cuándo el genocidio palestino? sería «Hasta cuando Hamas quiera que termine». Si reconocen el derecho a Israel a existir (parece mentira que a estas alturas de la civilización una nación tenga que pedir ese derecho tan elemental) y no ataca a Israel, lograrán los palestinos vivir en paz e iniciar su desarrollo.