Dicebamus Hestemia Die…

"Como decíamos ayer" 

Frase con la que Fray Luis de León reinició sus clases en la Universidad de Salamanca, luego de haber pasado casi 5 años (marzo 27 de 1572-diciembre 7 de 1576) en cárceles de la Inquisición.

Al retornar no hizo referencia a su ausencia ni a las causas de ella, más bien profirió la frase con que solía empezar sus clases, y que es la que le pone título a este artículo …yo no fui prisionero de la Inquisición, ni cosa que se le parezca, más sí mencionaré que mi ausencia se debió a varias razones, las más de los cuales agradables; pero hubo una que, a mi esposa y a mí, nos vistió de magia – de la más linda de las magias – y consistió en la llegada, desde Francia, de mis dos hijas, mi hijo, mis dos nietecillos, y mis dos yernos, quienes junto a mi tercera hija y su esposo, que viven en Guayaquil, nos dieron la más grande alegría en el mes de la navidad y de final de año.

Al retomar los artículo en este diario digital, quiero comenzar con cosas gratas como, por ejemplo, mencionar que en la Societá di Assistenza Italiana Garibaldi concluimos con un ciclo de eventos culturales, que fueron llevados a cabo por la Comisión de Cultura de dicha entidad, ofreciendo al público de Guayaquil 2 eventos mensuales en los que tuvimos presentaciones en vivo con jóvenes artistas quienes interpretaron conciertos de música clásica, pequeñas obras de teatro, música coral, narración de cuentos, etc. Además fueron presentados videos de obras de los grandes maestros de la música, de autores o intérpretes italianos.

Paralelamente a los gratos momentos narrados, continuaban en el país las ya acostumbradas malaventuradas situaciones motivadas por el caos en que vivimos los ecuatorianos en razón del desgobierno en el que nos tiene sumergidos el economista, a quien le importa poco o nada el país mientras mantenga inmersos en sumisión a los demás poderes del estado, entidades obligadas a actuar con absoluta independencia del ejecutivo, pero que en la realidad le permiten tener poder total …a como dé lugar.

Esto supuesto, debemos tener claro los ciudadanos de este país que Correa no tiene ideologías, no cree en el socialismo del siglo XXI, ni en la revolución ciudadana, ni en los desgobiernos de Fidel, Chávez, o Evo Morales, ni mucho menos cree en una revolución “Guevarista” pues conoce perfectamente que el “Che”, al igual que Fidel, traicionaron a una revolución que se inició con el beneplácito de los pueblos y gobiernos del mundo para acto seguido convertir a Cuba en un gran paredón en donde cayeron justos y pecadores; el “Che” fue un homicida a gran escala, como se desprende de sus propios escritos, más el llamado “marketing” lo presenta como paradigma de idealismo y justicia a fin de obtener réditos económicos a base de tontos útiles que como dice la sabiduría popular “han escuchado cantar al gallo, pero no saben por dónde”; el caso Che Guevara será tema de una próxima entrega.

El economista se vale de esa línea comunistoide, esto es, dictatorial porque en su afán de perennizarse en el mando no encontró otra forma de tener poderes absolutos, ya que en democracia eso no le es posible. En su dañino entender no discute ideas ni programas, ha tenido, desde el principio de su gobierno, únicamente actitudes y palabras insultantes para quienes osan discrepar con él. Una prueba más se refleja en los agravios que, cuales escupitajos, lanzó en contra de uno de los articulistas de este diario digital, esto es, a Miguel Palacios al motejarlo de mafioso, perro, acusado de violador, y otras cosas, y a quien le manifiesto mi solidaridad, al tiempo que concuerdo con todas y cada una las palabras con que le contestó al opresor que se dice presidente de los ecuatorianos. Debemos tomar nota de que si bien es verdad que la mayoría de los ecuatorianos lo eligieron presidente, no es menos cierto que, en su soberbia, no juró respetar y hacer respetar la Constitución, lo que de suyo lo descalifica. Yo no voté por él en ninguna de las elecciones en las que directa o indirectamente ha participado, por lo que tengo mi conciencia tranquila al no haber sido cómplice de los desatinos que vivimos desde el momento mismo en que asumió como presidente.

En la frágil memoria del pueblo, quizá ya no esté presente el hecho de que el economista le ganó un juicio –creo que por calumnia o por daño moral- al Banco del Pichincha, con lo que obtuvo “cinco millones de dólares” (la moneda que tanto detesta) lo que, a su decir, serviría para costear la educación de sus hijos. ¿Se han puesto a pensar los ecuatorianos cuantos “cinco millones de dólares” tendría que pagar el dictador a cada una de las decenas de personas por él agraviadas?. Veamos unos pocos “cinco millones de dólares”: La gordita horrorosa; la vieja pelucona; la vieja arpía; las bestias salvajes (aquí son algunos “cinco millones de dólares”); al perro, mafioso, violador (en este caso serían 3 “cinco millones de dólares” por espetar 3 calumnias), etcétera …un bastante prolongado etcétera.

Por otro lado, no se puede dejar de mencionar a la llamada “Primarias” de Alianza País, que constituyó otra afrenta a la nación; otro menosprecio a la inteligencia de los ecuatorianos; otro acto que causa reconvención en todo ser bien nacido que aunque no esperaba otra cosa del buró gobiernista, guardaba la esperanza de que, al menos, alguna vez harían las cosas de correcta manera.

Lo hasta aquí mencionado es una sucinta y general visión de los malos acontecimientos que infortunadamente le producen escarnio a la Patria. Ante tanto mal hacer de las cosas, y anhelando un mejor porvenir para el pueblo, estimo oportuno concluir este artículo parafraseando a un conocido refrán de la filosofía popular: “No hay Correa que dure cien años ni Ecuador que lo soporte”.