Las inconsultas medidas tomadas por el régimen, están llevando al desastre a un sector de la producción tan nervioso como generador de ingresos para.
Es incuestionable que tenia que frenarse la alocada importación, llevada a niveles de consumismo, pero esta recomendación teórica, la que dice la lógica económica que hay que hacer con la que concuerdo porque, sin ir a una política de sustitución de importaciones, si hay que empujar la producción nacional y tratar de generar exportaciones, eso se logra solo con mejora en la producción interna que es la resultante de una política general de apoyo a un sector industrial eficiente, dos cosas que no existen, ni hay el apoyo del oficialismo; se busca es la creación de la industria pública, ni el sector industrial privado es generalmente eficiente y competitivo y da la impresión que no quiere serlo sino ganar con medidas como ésta de encarecer las importaciones.
Veamos, el establecimiento de tarifas arancelarias a productos que se encontraban libres por ser originarios de uno de los miembros de la Comunidad Andina de Naciones desbarata la CAN y nos pone en una situación riesgosa en esta organización a la cual hiere de muerte, quitando la esperanza de algún día poder establecer un contrapeso a los ejes ya existentes de comunidades productivas, CEE, Tratado de la Alianza Económica de America del Norte y el polo asiático con China a la cabeza.
En la práctica esto significa, que el producto que se recibe de esos países, y que no está destinado a los sectores de ingresos medios y superiores contra los cuales el Presidente despotrica llamándolos pelucones, se ha encarecido, creando problemas de subidas de precios en cadena y en productos de consumo necesario. Por ejemplo los ventiladores. Elemento esencial por nuestro clima en la costa. No nos olvidemos que durante muchos años los calefactores para la sierra no pagaban impuestos mientras que el acondicionador de aire si los pagaba, ahora pagan ambos, ahora le impusieron impuestos también a los ventiladores, lo cual es absurdo. Los materiales para educación, cuadernos y una serie de productos como lápices, escuadras, compases, todos están gravados, y sujetos a cupos trimestrales. Se habla de imponer impuestos a la importación de harina de trigo y sémola para el pan.
Los materiales educativos que provenían de Colombia y Perú, en gran cantidad ahora tienen que pagar impuestos privilegiando a ciertos sectores ineficientes de la industria similar de Ecuador, existen empresas que salen de esa categorización y que mas bien exportan hacia esos mismos países, pero son prácticamente la excepción que confirma la regla.
La importación de esos mismos productos provenientes de China y otros países del Asia, sujeta a cupos, cupos pensados para mercaderia que no es de temporada, es evidente que quienes lo hicieron seguramente son jóvenes graduados en las mejores univesidades pero sin la necesaria experiencia, nadie vende un cuaderno en el mes de febrero o en el de marzo en la costa, o en los meses de agosto y septiembre en la sierra.
Los cupos tienen que ser permisibles de usar en los momentos que requiera el importador, porque ademas hay minimos de fabricación en algunos paises de producción industrializada, si se imponen cupos de sesenta mil dolares en cuadernos y materiales similares, el cupo trimestral es de quince mil, y el pedido minimo en china es de treinta mil para un contenedor, no le alcanza al importador el cupo trimestral para armar un contenedor, lo que genera problemas de logistica y despacho. Si ese importador tiene su cupo de sesenta mil, puede hacer dos compras al año, pero seguramente el teorico que ideo el reparto de los cupos conoce de negocios lo que está en los libros y en su vida tuvo que ver con problemas de lógistica o de movilización de carga o pedidos de mercaderia. E ahí como una buena medida se viene abajo por la falta de conocimiento y práctica de quienes la implementan, este malestar no pudo ser manifestado públicamente por los comerciantes porque solo se invito a la reunión a los grandes importadores que no se manejan con pequeñas cantidades, dando la impresión que solo se favorece a los grandes aportantes de campañas políticas, ademas a estos no les cae el SRI porque llaman inmediatamente a sus contactos en el poder central y se acabo. Mientras que el pequeño comerciante si tiene que probar que es inocente contrariando la ley y la doctrina, y peor aún si se atreve a ha realizar un reclamo publico