21 noviembre, 2024

Necesitamos ecuatorianos que rescaten Ecuador de manos de los ecuatorianos

Homilía del 7º Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B

Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos, que no quedaba sitio ni a la puerta. El les proponía la Palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico, y como no podían meterlo por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico:-Hijo, tus pecados quedan perdonados. Unos letrados, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: ¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados fuera de Dios? Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo:-¿Por qué pensáis eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico «tus pecados quedan perdonados» o decirle «levántate, coge la camilla y echa a andar»? Pues, para que veáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados… entonces le dijo al paralítico: -Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa. Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios diciendo:-Nunca hemos visto una cosa igual. (Marcos 2,1-12)

  1. El evangelio habla de algo que necesita imperiosamente este mundo: “Camilleros”. Cuatro anónimos camilleros llevan a los pies de Jesús a un paralítico; personificación y síntesis del estancado y lamentable estado en el que permanecen hoy día no pocas personas, familias, sociedades o naciones, porque faltan “camilleros” que se pongan a su servicio de modo desinteresado, sacrificado, responsable y eficaz. El texto bíblico nos habla de la gesta de cuatro desconocidos voluntarios que, dejando, sin duda, sus ocupaciones personales, superando la barrera humana que se agolpaba en torno al Maestro, venciendo obstáculos, afrontando inconvenientes y triunfando sobre dificultades, resuelven con perfecto espíritu de equipo su situación al pobre infeliz. De esto trata el Evangelio de hoy
  2. Las parálisis espirituales y morales. Si observamos con detenimiento en nuestro entorno (quizá en nosotros mismos), hay situaciones que podrían ser sintetizadas y simbolizadas en la del paralítico de este Evangelio; casos reales que se dan en el plano espiritual y moral de los seres humanos, individual o comunitariamente considerados…; realidades tristes y preocupantes en las que los humanos permanecen persistentemente empantanados. Situaciones negativas, dañosas, destructivas, críticas e insoportables, en los ámbitos personales, familiares, sociales, nacionales con un factor común: estancamiento, inmovilización, parálisis… Concretemos:
    1. A nivel personal: personas sumergidas en la miseria desde quien sabe cuándo. ¿No vive una cierta parálisis personal la mujer maltratada, denigrada, manipulada por un hombre del cual depende económica y/o afectivamente desde ‘hace varios hijos’ (nacidos o abortados), desde hace tiempos? ¿no puede compararse a un paralítico la persona metida en un vicio del cual no puede salir persistentemente: iras consuetudinarias, soberbias obstinadas, ambiciones incontables, lujurias constantes (infidelidades antiguas), perezas insuperadas, envidias tenaces, gulas – alcoholismo, narcodependencia – inveteradas?
    2. En el plano familiar: ¿No podríamos denominar parálisis a la situación de una familia en la que el vicio del juego de uno de sus componentes se ha hecho presente de modo estable? ¿No es una especie de parálisis la situación a la que vienen a parar los ambiciosos hermanos que, es verdad, terminaron, por fin, dividiéndose la herencia, pero aún es más verdad que la herencia terminó dividiendo para siempre a esos hermanos y cuñados, y así viven: distantes, resentidos, odiándose?
    3. En el campo social: Ineficacia de personas agrupadas para un fin que jamás logran alcanzar… ¿No es un ejemplo de parálisis, el caso de un Instituto de Seguridad Social que no hace otra cosa que recibir ‘aportes’ de las gentes y no logra satisfacer las necesidades de sus aportantes por la mala calidad de sus servicios? ¿Y qué decir de escenarios como el de los mundos aduanero y petrolero; el de las telecomunicaciones, el judicial…, que desde tiempos inmemoriales marchan por sendas grises, y donde se ha enquistado la tercermundista, vergonzosa, solapada y endémica corrupción?
    4. En la vida nacional: ¿No adolece de una especie de parálisis nuestra Nación, que años y años, décadas y más décadas, permanece inmovilizada, sin ser capaz de elegir su Gobierno? Todo un País que vive bajo la piel de oveja del intocable tabú del ‘sistema democrático’, y soporta la eficaz presencia del fiero lobo de una masa humana ignorante, sin conciencia plena, sin conocimiento justo; de un electorado ofuscado, confundido y cegado por la sucia propaganda partidista, por la manipulación de las dádivas fáciles… todo un País que soporta que esa masa humana marque para siempre su destino. Vemos que el sistema es pésimo y seguimos sufriendo las consecuencias de nuestros propios actos y no terminamos de aprender… Y se presenta el nuevo manipulador con todo el tinglado de mentirosa propaganda y ofertas sin límite, y somos tan tercermundistas – e inmorales – que seguimos desesperadamente alimentando las esperanza, y así permanecemos empantanados en nuestra propia insensata inmoralidad? No cabe duda: Una gran masa humana inmoral2, manipulada por un pequeño grupo de inmorales es capaz de hacer sólo elecciones sin moral… Y así vamos3. ¿Será verdad aquello de “cada pueblo tiene el gobierno que se merece”? Aristocracia para los griegos era el gobierno de los mejores, pero cuando la democracia la vive gente corrompible, la aristocracia degenera en corruptocracia. Y el colmo de la corrupción de esa pequeña minoría manipuladora y corrompida está en hacerle creer a esa masa, que vivimos una democracia, y que todo está en orden y que lo malo se debe a los gobiernos anteriores o a los malditos que no nos dejan gobernar.
  3. En las parálisis morales, si el enfermo no se transforma en su propio camillero, permanecerá siempre enfermo.
    1. El paralítico físico, imposible, no puede moverse; pero en las parálisis morales, el tullido se moverá, sólo si él quiere; si no quiere, ni Dios mismo podrá moverlo (“Tú, Dios, quieres que yo me mueva, pero yo no quiero”). Es más: si no hace un esfuerzo para moverse por sí mismo, jamás se moverá. San Agustín decía: “Dios que te creó sin ti, no te salvará sin ti”: El Dios que para crearte no te pidió tu colaboración, no te salvará de ti mismo sin ti, sin tu colaboración. Mucho podrán hacer los demás por las personas, familias, sociedades y países que viven una crisis moral; pero si el mismo enfermo que la padece no hace lo que debe hacer para salir de su postración, el paralítico permanec
      erá en su parálisis. Al mal elector no le salvará de su propia inmoralidad ningún gobierno, sino él mismo no lo hace. Sólo cuando seamos un pueblo con moralidad haremos elecciones morales de Gobiernos morales.

    2. Más aún: cuanto más necesaria sea la intervención de extraños para dar movimiento al tullido, la parálisis será más alarmante, porque se estará manifestando como incurable. Voy a decir lo que viene a continuación de modo chocante; pero este recurso literario no pretende que los otros se queden con lo que se dice, sino con lo que se quiere decir. Con profunda esperanza y confianza en los aludidos4: Permítaseme, entonces, decir a bocajarro…
      • Necesitamos ecuatorianos que rescaten Ecuador de manos de los ecuatorianos…
      • Necesitamos presidentes que rescaten la presidencia de manos de los presidentes…
      • Necesitamos jueces que rescaten la judicatura de manos de los jueces…
      • Necesitamos legisladores que rescaten la legislatura de manos de los legisladores…
      • Necesitamos administradores que rescaten la administración de manos de los administradores…
      • Necesitamos políticos que rescaten la política de manos de los políticos…
      • Necesitamos creyentes que rescaten la fe de manos de los creyentes…
      • Necesitamos católicos que rescaten el catolicismo de manos de los católicos.
      • Necesitamos religiosos que rescaten la religión de manos de los religiosos…
      • Necesitamos espirituales que rescaten la espiritualidad de manos de los espirituales…
      • Necesitamos pastores que rescaten el pastoreo de mano de los pastores…
      • Necesitamos sacerdotes que rescaten el sacerdocio de manos de los sacerdotes…
      • Necesitamos médicos que rescaten la medicina de manos de los médicos…
      • Necesitamos artistas que rescaten el arte de manos de los artistas…
      • Necesitamos mujeres que rescaten a la mujer de manos de las mujeres…
      • Necesitamos madres que rescaten la maternidad de manos de las madres…
      • Necesitamos padres que rescaten la paternidad de manos de los padres…
      • Necesitamos jóvenes que rescaten la juventud de manos de los jóvenes…
      • Necesitamos inconformistas que rescaten la inconformidad de manos de los inconformes…
      • Necesitamos empresarios que rescaten la empresa de manos de los empresarios…
      • Necesitamos trabajadores que rescaten el trabajo de manos de los trabajadores…
      • Necesitamos periodistas que rescaten el periodismo de manos de los periodistas…
      • En definitiva: Necesitamos hombres que rescaten al hombre de manos del hombre…
      • Y “el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”, dijo el único y más grande Camillero de la historia; que se hizo parálisis,5 sin haber jamás tenido nada que ver con la parálisis, para rescatar desde lo más íntimo de las parálisis a la paralítica humanidad…
  4. ¿Cuáles son las cualidades de los camilleros que el mundo exige? Según sean las circunstancias – personal, familiar, social, nacional – se deberá definir el quién, el dónde, el cuándo, el cómo… No es este el lugar para ni siquiera lejanamente apuntar soluciones concretas; pero algo se puede decir sobre las cualidades de todo camillero.
    1. Camilleros que superando todo complejo de inferioridad, toda cobardía, todo respeto humano, toda reacción de un mundo antropocéntrico y anticristiano, estén convencidos, de que a este paralítico lo llevamos hacia Dios, o no hay quien lo cure. Hoy, hasta los Guías religiosos, no creen que Dios sea la solución, y proponen estrategias puramente humanas y terrenas. Como el mundo ha dejado de creer en Dios, ellos tienen vergüenza de dar la cara por Dios y hablan y apuntan sólo hacia lo ‘políticamente correcto’.
    2. Camilleros, por tanto, de fe: Lo dice el Evangelio: Viendo Jesús la fe que aquellos 4 hombres tenían… Fe traducida en obras: ¿De qué sirve, hermanos míos, que alguien diga: «Tengo fe», si no tiene obras? ¿Acaso podrá salvarle la fe? Si un hermano o una hermana están desnudos y carecen del sustento diario, y alguno de vosotros les dice: «Idos en paz, calentaos y hartaos», pero no les dais lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta. . La fe sin obras es estéril (Sant 2: 14-20)
    3. Camilleros capaces de todo sacrificio: Es de suponer que los camilleros del Relato, no eran unos vagos – por lo menos al ver cómo proceden, no lo son – y, poniendo en su sitio sus asuntos personales, hacen del problema del paralítico un asunto muy personal. Igual que el Buen Samaritano: mira con compasión al apaleado del camino, se baja de su cabalgadura, se acerca, lava las heridas con su vino, las unta con su aceite, lo monta a su cabalgadura, lo lleva a una posada, paga al posadero por anticipado, indicándole que gaste lo que sea, que cuando esté de vuelta le pagará todo6 Generalmente la gente valiosa es gente ocupada y no tiene tiempo para nada; pero precisamente porque es valiosa, con ellos siempre se puede contar…
    4. Camilleros capaces de trabajar en equipo: no se les ve peleándose entre ellos por el poder y el mando: son cuatro cabezas y ocho brazos y un corazón, capaces de actuar como un solo hombre. Nada de protagonismos vanidosos, nada de inmaduros egoísmos, nada de ser ‘figurones’.
    5. Camilleros capaces de tomar iniciativas. Como dice tan gráficamente Mensaje a García7, y como enseña el espíritu de la poesía The Quest8
    6. Camilleros que opten por encender luces en vez de maldecir la oscuridad. En su intento, los camilleros encuentran que el grupo que rodeaba a Jesús es un verdadero obstáculo, y eran los que más tendrían que haber facilitado el encuentro con el Maestro. Ahora ocurre lo mismo… La Iglesia, que es Sacramento de salvación, a la vez que se nos entrega (a Jesús), nos lo oculta. Es imposible encontrar al Señor prescindiendo de la Iglesia; esa Iglesia que fue fundada por Él y que ahora es santa y pecadora al mismo tiempo 9 Ellos, lejos de arremeter contra esa barrera a puntapiés, se elevan y llegan a Jesús.
    7. Camilleros que no se contenten con un esfuerzo ordinario. El mundo necesita hombres capaces de subirse al techo con el paralítico y atreverse a quitar las tejas…Hombres y mujeres para los cuales lo extraordinario es lo ordinario… capaces de vivir la vida ordinaria de un modo extraordinario.
    8. Camilleros para los cuales servir no es hacer favores, sino dar la vida: Sirviendo desde su propia vocación: chicos que entren – y salgan – de la Universidad con la determinación, no de servirse, sino de servir al mundo que les rodea, capaces de vivir como Jesús: “Yo no he venido a ser servido, sino a servir, y a dar mi vida en rescate de muchos” (Mt 20,28)
    9. Hombres sinceros: No ponen excusas. No le dicen al enfermo: Perdona. Has visto que lo intentamos; pero no fue posi
      ble. Lo dejamos para mañana, cuenta con nosotros, para eso estamos. Estos no son los de ‘yo te prometo, busca quien te lo cumpla’. Son personas de palabra; no de palabrería.

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