Son más de veinte años que viajo a Salinas por la temporada incluyendo el Carnaval, como forma de recuperar fuerzas y enfrentar nuevos días de trabajo. Hasta hace poco, salíamos al Malecón en las mañanas, se podía caminar a comprar pan recién hornado, o dar un paseo lento viendo el mar. En las tardes, se hacia el mismo recorrido que en la mañana pero con distinto objetivo, era mas o menos el matar la tarde, tomar aire fresco y disfrutar la vista marina.
Es cierto que le debemos dar paso al progreso, al cambio, que ahora el placer de disfrutar la playa “ya es de todos”, aunque pienso que siempre lo fue, no solo de quienes tuvieron la oportunidad de adquirir un departamento o una villa en una ciudad costera cualquiera. Pero ese dar paso, hay que hacerlo sin perjudicar nuestros derechos. A propósito formo parte de una propiedad familiar comunal, única forma como un profesional de clase media, pueda acceder a una casa habitación en Salinas.
Pues les comento que el tema pasa porque nuestros derechos están siendo vilmente vulnerados, estamos siendo agredidos, no solo por quienes, de manera procaz e incorrecta asumen la propiedad general de calles, plazas, olas, comida, etc., en cualquier ciudad de la península. No solo por estos, sino por las autoridades de estos sitios, que hacen tabla rasa de su condición. No hay signos de inversión de los impuestos que se pagan, las calles son un asco, aparte del malecón de Salinas y del de Libertad y la calle principal de Santa Elena, no se atrevan a circular un poco hacia adentro, lodo, mosquitos, basura, moscas, etc., ese es el triste panorama después de mas de un año de que ya son provincia y se auto administran, entonces esta claro que si bien es cierto, fueron olvidados tantos años por las administraciones socialcristianas de la provincia del Guayas, administraciones de las que nacieron los alcaldes porque los tres vienen del PRE y del Partido Social Cristiano. Tampoco es menos cierto que la falta real de acción administrativa positiva viene de su parte, la realidad es que no hay nada y lo poco que había antes, ya tampoco existe.
A todo esto súmele la inacción de la Policía Civil Nacional que no actúa sino en casos evidentes de desorden, miran a la masa con temor, será que temen actuar porque luego serán acusados y perderán la calidad de policías, que representa un trabajo seguro, manejable y que hecho así, sin compromiso y sin mística representa solo ganancia. Los pandilleros se tomaron las calles de la ciudad. Al bajar al Malecón se encuentra que todo apesta a cerveza y meado, que ve caras de jóvenes con la mirada perdida en el alcohol y en la droga, la noche sin dormir. La balacera que finalmente fue repelida por la policía pero a las cuatro de la madrugada, cuando podían haber controlado muy bien la noche, evitando el abuso en la venta de alcohol, en el consumo publico, en la calle, en las veredas. Pero seguramente los superiores no tuvieron la orden y a las autoridades civiles les puede representar perdidas de votos.
La contaminación ambiental por ruido, canchas instaladas por: una telefónica, una gaseosa y un escenario de gimnasia con auspiciantes múltiples no dejaron de sonar durante 18 horas diarias en el sector del malecón conocido como Las Palmeras. Compitiendo cada una de las baterías de parlantes de algunos miles de decibeles, creando una confusión de sonido. Dañando el ambiente, matando la posibilidad de descanso y otra vez en redundancia las autoridades no hacen nada, la policía no hace nada. Todo es permitido en nombre del carnaval.
Tienen que entender las autoridades, que hacer turismo no es patente de corso para hacer lo que le de la gana a las personas, mientras menos orden y control exista, menos posibilidades de recibir turismo externo tenemos. Mientras menos inversión existe en calles, vías, carreteras, menos seremos apreciados como destino de playa y costa, pero parece que el único interés de las autoridades políticas son los votos y de la policía es mantenerse sin hacer olas. Esperemos que un Tsunami de desgobierno no termine con lo poco que queda de nuestra costa y nuestros balnearios.
es verdad, la realidad es tan desalentadora que uno solo puede ver con impotencia la podredumbre de Salinas.
Por más de 30 años he ido todas la temporadas y feriados a mi extinto y querido Salinas, hasta hace un año, en el cual juré NUNCA mas ir en un feriado y lo pensaré el doble antes de ir un fin de semana de temporada.
Yo tengo mi departamento en el area de San Lorenzo, frente a la Iglesia de la entrada, en el carnaval anterior de la manera más arbitrárea y descarada pusieron 4 puntos de venta de zhumir frente a la Iglesia creando una ola de gente de la peor calaña que consumía el trago desde la mañana, ya en horas de la noche se inmaginarán cual era el espectáculo, gente ebria en las veredas, vomitando, defecando, drogandose, peleando y me atrevo a decir que más de uno fornicando.
A tal punto llego esta pesadilla que ni siquiera pude salir con mi familia a comer de noche por que no había paso entre la multitud de escoria que impedía el paso de mi carro, estaba con mi esposa e hijas lo cual sumaba una gran preocupación ya que les podia pasar algo, si hubiera estado solo se los juro que les tiro el carro a esa horda de animales.
Quién autorizó los permisos para este atropello? por que la policía es tan cauta y mira desde atrás?
La verdad ya no me interesa lo que pase o dejen que pase, llegará un momento en que Salinas será un gran servicio higiénico en el cual la basura chapoteará en el agua, feliz.
Y donde dejamos el odio generado hacia los guayaquileños? acaso yo soy Lapentti? para que me insulten un poco de peninsulares borrachos.
Gracias Correa por sembrar más estiércol entre Ecuatorianos y encaminar al Ecuador a la miseria.
Desde que tengo uso de razon voy a Salinas. Antes con mis padres, ahora con mi esposa e hijos y soy asiduo practicante de deportes acuaticos. Cada vez que paso el limite provincial, creanme siento un temor en el fondo, como si algo nos fuera a pasar, como si la gente nos fuera a linchar o a agredir por ser forasteros (Guayaquileños). He visto gente insultando a ocupantes de carros con placas G… Los servicios basicos de Salinas son inexistentes. Las administraciones anteriores no han sabido dar cuenta de lo que han hecho con el dinero que han recibido al granel (recordemos el reajuste de los prediales). Carnaval (que antes era lindo) ahora es una fiesta de inmundicia y verdaderamente peligrosa. Los policias son como seres abstraidos del mundo y yo no confio en ellos, mas bien les temo. Salinas tiene un futuro incierto y lo mas probable es que termine siendo una chamuchina de personas incultas que terminaran destruyendo lo poco que construimos los Guayasenses.