“La puntita” es una de las tres mentiras más grandes del mundo, la segunda es “préstame cinco sucres que mañana te pago hermano”… Y a decir verdad, ya no me acuerdo cuál era la tercera, ni me importa tampoco.
Es que esas tres, eran mentiras que no hacían daño a nadie porque todos sabíamos que eran “mentirillas”, y al decirlas en la intimidad o al calor de la buena amistad no podíamos menos que esbozar una amplia sonrisa de complicidad y seguir adelante con lo nuestro. ¿Verdad?
Lastimosamente también hay otra clase de mentiras… De esas a las que en los diez mandamientos se las ubica junto a “No matarás”… Dios sabe que tengo muchos defectos y conoce todos mis pecados. Y debo admitir que de entre todos los pecados contra la ley de Dios, a los que más temo son a:
“No matarás”… Y a:
“No levantar falsos testimonios ni mentir”.
Algo tarde en mis años, llegué a comprender por qué estos dos pecados están en la misma lista… ¡Y estoy convencido de que levantar falsos testimonios y mentir es peor que matar!
Obviamente que si mato a alguien, perjudico no solo a la víctima de mi pecado, sino también a sus seres queridos y a quienes dependen del muerto.
Lo anterior – insisto – para mí, es menos maligno que destruir la honra de las personas con falsos testimonios. Matar, para mí, no es tan censurable ni dañino como utilizar el cinismo y la mentira de instrumentos en la consecución de un mal fin…
Para ilustrar lo que afirmo, más adelante copiaré para ustedes, un fragmento del buen libro del señor, con la esperanza de poder ilustrar mejor lo que afirmo…
Es que mentir no es solo mentir…
Como verán más adelante, el 8vo mandamiento incorpora también:
A la calumnia, al falso testimonio, a la difamación, a la hipocresía, a la burla, a la maldición, y finalmente a la mayor de las bajezas del hombre: “La murmuración”, que no es otra cosa que el sembrar cizaña entre los amigos, los hermanos y los pueblos…
Lo cual me trae a la mente algo que en mi juventud leí y que me impresionó tanto, que aún lo tengo presente en mi mente… Y quiero compartir con ustedes…
“Maldito aquel que con su lengua viperina pretenda desunir a los hombres de buena voluntad o destruir a sus pueblos y culturas” “Que las llamas del infierno den cuenta de su alma carroñosa por toda la eternidad”.
Quisiera que me permitan incluir una sencilla oración, que aprendí de una persona que siempre ha sido muy querida para mí. La oración es muy cortita, pero solo es para valientes, y dice así:
“Señor, trátame mañana como hoy traté yo a mis semejantes”
Y finalmente, cumpliendo con lo ofrecido, les adjunto este segmento del buen libro que sobre el octavo mandamiento dice:
“No levantar falso testimonio ni mentir”.
(Efesios 4,15 y 4,25)
E indica que se nos prohíbe:
La mentira (Éxodo 23,7)
La simulación, Que es la función con el fin de causar un juicio erróneo.
La hipocresía: Que es una bondad fingida.
La difamación: que es quitar la buena fama al prójimo ausente.
La calumnia: Que consiste en imputar al prójimo una acción mala no cometida por él.
El juicio temerario: Creer sin motivo suficiente que el prójimo está en Pecado o tiene mala intención.
La murmuración: El sembrar cizaña entre los amigos.
El falso testimonio: Afirmar algo falso como si fuera verdad.
La burla: Poner al prójimo en ridículo delante de los demás.
La violación de un secreto, y
La maldición…
Interesante… ¿Verdad?
¿Cual puntita ? se debe preguntar el pueblo – si nos hizo el papanicolao sin vaselina, ¿quien? su majestad – que ahora anda de viajero fue a visitar a los más pobres de Ahiti, y de aquí no se acuerda – mi abuelo decia que la caridad empieza desde la casa, ¿cual pobres ? si aquí LA PATRIA YA ES DE TODOS, los que están en el gobierno.