La “caja negra”… aprendizajes memorísticos

Después de un accidente aviatorio los expertos no dudan en buscar la famosa… “caja negra”, entre los escombros. ¿Para qué?, ¿qué es lo que ella contiene que la hace tan valiosa para los investigadores aeronáuticos?. Información, tan sólo eso, pura información que durante el vuelo ha ido acumulándose como resultado de la travesía.

En altísimo porcentaje de los casos allí está la respuesta para entender por qué ocurrió un accidente y si éste fue por causa humana o mecánica, en fin… es un recurso impresionantemente útil para la evaluación ulterior.

El concepto que encierra la “caja negra” me viene hoy a la mente mientras observo como muchos, muchísimos educadores siguen considerando al cerebro de sus estudiantes como verdaderas… “cajas negras”.

Consigna… ¡hay que meter información!, mientras más sepa de cosas será mejor evaluado. Cursos del Bachillerato que pueden tener quince, dieciséis, diecisiete y hasta veinte asignaturas todas cognitivas y que estimulan sólo la memorización.

En los casos más trágicos es como si se consiguieran un embudo para asegurarse que apretujada entre la información al cerebro de los estudiantes sin tomar en cuenta que usan tan sólo una mínima parte de las potencialidades establecidas. Entonces mientras más repitas de memoria una información tal vez ganes un premio, sin embargo, el mundo real no funciona así… ¿cómo, si la computadora también almacena?, ¿esfuerzo inútil?.

El cerebro puede captar información del entorno, contener información, ciertamente, pero también procesarla, generar nueva información, crear conocimiento nuevo… Dolorosamente basta con escuchar a un estudiante hablar de la Filosofía de memoria, para luego dramáticamente quedarse absorto cuando usted le pide que resuelva un problema sencillo vivencial en el cual debe usar lo aprendido. No puede hacerlo, pues su cerebro procesa muy escasamente y ni se diga clasifica, ordena, codifica la misma información, no lo entienden pues además estando el entorno poco informado de los avances científicos, los padres y autoridades tampoco ven el lamentable deterioro de las mentes de los niños y jóvenes, así como su futuro ennegrecido por la pérdida de tiempo. ¿Es así como pensamos cambiar al país?

Debo insistir hasta la saciedad que no podemos seguir viendo al cerebro de los más jóvenes como una “caja negra”, no, imposible, es antihistórico, muestra un supino desconocimiento de los avances científicos y hace daño. Busquemos capacitarnos para entender que el sistema nervioso humano es un sistema autoregulable y con enormes potencialidades que no alcanzamos a vislumbrar y menos cuando tampoco nos interesa.

Muchos se sienten cómodos dando año a año, repitiendo y copiando, dictando y tomando al pie de la letra, mientras que pocos, muy pocos se dan cuenta que la metodología debe cambiar para ofrecer mejores posibilidades de crecimiento para los niños, niñas y jóvenes que en definitiva es la del Ecuador. Lamentable que, aún, experimentados educadores sigan insistiendo sin una brújula en las cosas que hace cincuenta año fueron buenas pero que hoy… ¡imposible!. Einsten acostumbraba a decir… “los problemas no suelen corregirse en el mismo contexto en el cual se crearon pues la imaginación es más importante que el conocimiento”. ¿Hacia dónde vamos con esta educación metodológicamente desfasada?. ¿Debemos seguir echándole la culpa al otro o nos ponemos a trabajar conscientemente por mejorar al menos este obtuso concepto de la “caja negra”.

Ahora que comienzan las clases en la Costa… ¿está seguro(a) que no ha puesto los cerebros de sus hijos e hijas en manos de gente que desaprovecha las potencialidades y que los confunde con una “caja negra”?. Interésese, créame, es muy importante…