En la antigüedad los ejércitos no usaban banderas, es decir la insignia que influye a los soldados a vencer en las batallas; los ejércitos veían en el líder el emblema que simbolizaba todo lo que comprendía la patria, el país, las costumbres y el modo de vida.
Ejemplo de lo que acabo de decir lo encontramos en la batalla de las termopilas en la que 300 espartanos, liderados por Leonidas hicieron realidad la leyenda esculpida años más tarde en esos lugares y que rezaba:
“Caminante ve a Esparta y di que aquí hemos muerto en cumplimiento de sus leyes”
Ese es el ejemplo quizás más famoso de lo que significa encabezar dirigir y conducir a un grupo de hombres a conseguir el ideal común. En la actualidad, en la que el mundo ha cambiado, y trata desesperadamente de cambiar la guerra ante el derecho internacional que poco a poco se va imponiendo, el líder no es un militar, no es un uniformado; es un ciudadano que comparte los ideales y esperanzas de un grupo de hombres, no importando que ese núcleo sea grande o pequeño, pues, es precisamente la dirección del conductor la que impide que el grupo decrezca y siempre trate de aumentar los logros anhelados.
El líder además de inteligente, animoso, atento a los múltiples factores que se combinan en las interacciones sociales, tiene que poseer ante todo la convicción del proyecto que comparte con los demás.
Líder o quien pretenda ser líder que no sienta y presienta los anhelos sociales, necesariamente fracasará, motivo por el cual la mayor de sus virtudes será la generosidad de intuición.
Por los motivos expuestos, es necesario que en las elecciones para elegir Presidente de la República escojamos a un verdadero líder que no insulte, que no divida entre ecuatorianos, que no mienta a través de una publicidad que ofende a la inteligencia de todos, que no ataque a la ciudad de Guayaquil, que sus funcionario no tengan relaciones con la guerrilla colombiana, que no persiga a sus opositores políticos, que no ataque a los jubilados. Todavía estamos a tiempo de elegir un verdadero líder.
Doctor:
sólo para poner en contexto: ¿en la antigüedad? según me explicó uno de sus colegas articulistas, se conoce como «Antigüedad» a un período de la historia que los especialistas no han definido exactamente, pero que va más o menos desde 3500 a.C. hasta 500 a.C., según unos.
los conceptos en esas épocas son distintos a los que usted usa. las banderas no representaban a patrias o naciones, sino a clanes o a reyes.
es gracioso, pues conversamos de eso con su colega justamente hace un par de semanas (o tres?), pues hablabamos de heráldica y vexilología. Tampoco las banderas y emblemas tenían el mismo significado ni en el Medioevo, pues estas también representaban a reyes o a familias…
Bueno!, no me alargo más, el feudalismo no permite que el inicio de su artículo sea el mejor.
La idea es buena, los recursos están fuera de contexto.
Ellegir un nuevo presidente? Como? si se hace un sorteo entrelos siete candidatos para que solo haya uno que compita con Correa talves lo lograriamos,pero los siete son los que mas hacen por el triunfo de Correa. Que pena. Convenzan a los siete por favor.
Primero quiero felicitarlo por guiar y aclarar nuestros pensamientos en torno a temas realmente importantes… En cuanto a seguir o decidir por el mejor lider, primero debemos conocer a cada uno de los candidatos y sus intenciones politicas, pero sin trampas ni letanias publicitarias.
Es por eso que los ciudadanos comunes necesitamos analistas como usted que miren el panorama politico de una forma imparcial… Permitanos a quienes seguimos de cerca los articulos tener una frecuencia regular para leerlos.
Acertado y como siempre oportuno su comentario.
Dudo de que sea entendido por la persona a quien lo dirige.
Solo recordarle a ud. Que a ese gran Espartano le sobraba lo que a este le falta, cojones