Toda la tarde ha caído lluvia ligera con algunas oleadas de fuerza, el cielo ha estado gris, como casi la mayor parte de las tardes de este invierno incierto. Un día se desata la tormenta y luego algunos días sin agua. Llueve en la ciudad y no en el campo. Al principio fue al revés. La tarde es depresiva, no por el climaa, sino por las condiciones humanas de nuestro país.
En un almuerzo familiar no es raro encontrar tres generaciones, los jóvenes impetuosos informados sesgadamente por la televisión manejada magistralmente por el gobierno que informa a través del medio que ellos consideran el único que trasmite la verdad, porque ha sido su medio, a nosotros sus padres, en algo nos alcanzo la radio, a los abuelos no, por eso nuestra credibilidad es a medias, pero los muchachos cuando lo escuchan en televisión y lo ratifican por Internet, tienen una verdad dogmática en manos.
En medio de esa lluvia invernal encontramos por una parte la propaganda política, anunciada como tal por el Consejo Nacional Electoral, mientras que por otra los informes del gobierno, que estos al no ser tomados como propaganda electoral son trasmisores de una verdad, de su verdad. Ellos los jóvenes la escuchan, la ven, la creen porque tiene tintes y matices de rebeldía, de querella, de desafío, y si se identifica con su condición de desear algo, la creen mas.
La conversación fluye y el mas joven de la mesa comenta que es necesario el cambio de moneda, dejando el dólar, que este es únicamente un medio de seguridad para un grupo minúsculo de exportadores parte de los grupos oligárquicos porque mantener esa moneda hace daño al mas necesitado, al pueblo, que se ve muy limitado con una moneda dura. Que esta no permite que se pueda bajar el precio de producción a partir de un manejo soberano de la política monetaria. Replican los mayores que como se haría ese milagro de que teniendo una moneda susceptible de devaluar se pueda tener un tipo de cambio estable. En este tono la conversación mantiene puntos de vista irreconciliables, asaltados especialmente por verdades dogmatizadas en quienes ostentan menor edad.
No dejó de golpear mi cabeza esta conversación y me di cuenta lo que me tenia triste y decaído. Se había logrado el gran anhelo del Furher, en cada hogar había quien defienda dogmáticamente la verdad de la gran revolución nacional socialista, esta que se denomina de los ciudadanos pero que se está afincando en crear odios y desinformación. Pensé entonces en el objetivo de la vida de muchos que hemos luchado en contra de la corrupción política, de la componenda política, a favor de la libertad de elección, de la libertad de pensamiento. El joven no eligió el modo de pensar partiendo de la información normal y diaria, sino que sesgo su pensamiento a través de la información que le quisieron dar. Manipularon su sentimiento de justicia y su condición de necesidad.
Que se afirma que es correcto lo hecho porque la vieja derecha lo hacia también, en parte pueden justificar su acción negativa en el negativismo de la oposición, pero se desautoriza cuando vamos a las bases ideológicas de la revolución planteada y ahora desnaturalizada. Luchamos por la libertad de pensar y de escoger, por la libertad de decidir, la inducción del pensamiento y de las decisiones equivalen a mentir, a crear un estado nacionalsocialista, la línea es muy delgada y solo tratando serenamente la pasión del poder se puede controlar el monstruo de las ambiciones del poder por el poder.
Cuidado la derecha se prepara sustentando su fuerza en el fénix de la negación de la izquierda de aceptar dar lo que siempre nos negaron los grupos de poder, la verdadera libertad de pensar y hacer, no mas jóvenes informados convenientemente, no mas células de información familiar, cuidado nos acercamos a un modelo nacional socialista, a pretexto del socialismo del siglo XXI, con visos de marxismo leninismo, nazismo y fascismo al mismo tiempo. Que la lluvia nos traiga arroz, maíz, campos alegres y que en ella no veamos el pretexto de más propaganda con sentido e intenciones abyectas.