21 noviembre, 2024

Campaña Política

La campaña va adquiriendo matices sombrios, porque quien va adelante quiere lograr mayorías seguras y evitar una posible segunda vuelta. El manejo de la campaña se vale de todo lo ético y no ético. Igual sirve una inauguración de un programa de vivienda, que una carretera tratándose del candidato presidente, que una escuela o una instalación de drenaje de aguas servidas para los candidatos alcaldes, de todo el país, ya que muchos han optado por la reelección y algunos están corriendo por la Asamblea Nacional.

El sistema de Juntas Intermedias escogidas a dedo por el Consejo Nacional Electoral, asegurando la participación de ciudadanos que en su mayoría son o pertenecen a las llamadas corrientes progresistas desafectos al antiguo orden, crea sospechas que su actuación no será en una línea de pureza, sino sesgada, para poder garantizar el triunfo, si fuera necesario, de los candidatos gobiernistas. No encontramos la motivación de este nuevo ente, que permitirá mas manoseo en un proceso que lo que menos requiere son manos e informes, por eso repetimos el viejo adagio que dice: muchas manos en un plato sabe a caka de gato.

La abierta campaña en los colegios en los que estudiantes, inmaduros aún, sin conocimiento de una realidad política, sin información propia, para tomar una decisión tan trascendental como es la de elegir quienes dirijan los destinos del país, sean llamados obligatoriamente a escuchar a solo un candidato es una pelea con un contrincante amarrado de pies y manos.

La campaña de amedrentamiento sostenida para que nadie cualquier ataque al gobierno sea tibio, logrando candidatos timoratos, sin el empuje necesario que le gusta al elector, ha dado resultado. Tener a los estudiantes de la Católica y a quienes han osado hacer el mas mínimo gesto de desagrado en contra del presidente, con una posible condena a prisión colgando de un hilo, es terrorífico, y mas aun cuando en la despenalización que se realiza, no se incluye el aberrante articulo del desacato presidencial, pero si se da patente de corso para que cualquier delincuente asalte, pero eso si, sin violencia y pidiendo permiso, porque de eso se trata, puedes hacer lo que quieras siempre y cuando pidas permiso.

Estas son las realidades que vivimos los que fuimos detractores del viejo orden y que proyectamos ese sentimiento. Este nuevo desorden tampoco responde a nuestros ideales de libertad y de justicia social, ahora estamos más marginados que antes. Antiguamente podíamos hablar y no pasaba nada, no por libertad de prensa sino que el poder era tan grande que no importaba lo que dijéramos, ahora tenemos que ponernos una mordaza porque corremos el peligro de ser perseguidos. La única libertad admisible es para el que asiente y aplaude.

La sospechosa participación de Álvaro Noboa, que a ultima hora rompe un acuerdo con Lucio, el acuerdo con la Banca que deja de apoyar en la campaña, la salida de un periodista de televisión conocido por su frontal ataque al gobierno, son todos hechos que hacen pensar que hay algo que se está cocinando y que huele feo. Es evidente el debilitamiento de la candidatura oficial, no tanto como para perder, no eso no, pero el gran margen de apoyo que tenia, ya esta bastante bajo, lo que influye también en la posibilidad de resultados en los Asambleistas, todo esto tiene que revertirse y se hace todo para lograrlo.

Preocupa ese volver a la era velasquista cuando se preguntaba desde las gobernaciones, cuantos votos faltaban y se los enviaba inmediatamente para lograr un nuevo triunfo de Velasco urdido por los grandes maestros de la triquiñuela electoral, que parecerían remontarse en el tiempo, reinventándose. En definitiva vemos las viejas prácticas de la partidocracia revividas a pie juntilla, mientras que las ansias de una verdadera patria libre agonizan en medio de cadenas radiales, vallas publicitarias, anuncios pagados por el consejo electoral, acuerdos entre sombras y todos los etcéteras que se puedan imaginar.

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